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Andreas Feininger, el maestro del reportaje fotográfico como expresión artística

Andreas Feininger, el maestro del reportaje fotográfico como expresión artística

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Andreas Feininger, el maestro del reportaje fotográfico como expresión artística

La imagen floreciente de Nueva York de los años 40 y 50 convertida en casi la capital del mundo debe mucho a la obra del fotógrafo Andreas Feininger. Las calles, el tráfico, los puentes icónicos y el carácter de paisaje vibrante fueron reflejados con maestría por este autor de origen alemán. Pero Feininger fue mucho más que un fotógrafo con grandes influencias arquitectónicas. Fue periodista gráfico para la revista Life durante dos décadas y uno de los más influyentes fotógrafos y gran pedagogo.

Esta doble vertiente, la de artista (que le venía de herencia) y la de escritor de técnica fotográfica, le convirtieron en una referencia en el siglo XX y su obra, ampliamente expuesta y que cuenta con más de treinta libros, es un capítulo esencial de la historia de la fotografía.

Sus inicios

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Nació (en París, en 1906) rodeado de artistas. Su padre, el pintor vanguardista Lyonel Feininger, fue docente en la escuela Bauhaus. Andreas pasa su infancia y juventud en Berlín y tuvo un profundo acercamiento a la arquitectura, esencial para entender su estilo y su influencia. Estudió en la Bauhaus y en la escuela de arquitectura de Zerbst, dedicándose a la arquitectura antes de dar su paso a la fotografía. Ya en los años 30 realizó sus primeros publicaciones y exposiciones, para trasladarse a París a trabajar con nada menos que Le Corbusier.

Ya en 1933 se traslada a Suecia convertido en fotógrafo arquitectónico y, años después, en 1939, se traslada a Nueva York, donde al poco tiempo publica su primer libro especializado como escritor de fotografía.

Andreas Feininger: época floreciente

Asentado en Nueva York, donde adquirió la nacionalidad estadounidense, se centró en trabajara para distintas revistas, entre ellas la prestigiosa Life, así como escribiendo artículos y libros. Se forjó un nombre de referencia en este sentido, llegando a publicar numerosos libros durante el resto de su trayectoria.

En cuanto a su obra fotográfica, también fue la época más floreciente. Retratando la ciudad de Nueva York con su mirada analítica, estilo austero, jugando con las estructuras y demostrando su talento como fotógrafo del paisaje urbano y arquitectónico. Pero aunque es su faceta más conocida, con fotografías que han pasado a la historia, a Feininger también le atraía otra vertiente: documentar las formas naturales. Estaba muy interesado en la geometría, ornamentación y aspecto, siempre ensalzando la belleza.

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1949 Andreas Feininger, The Gyro Globe Coney Island, New York, 1949

Esta faceta artística convivió en Feininger con sus encargos de reportajes durante más de dos décadas (para Life, entre 1943 y 1962), convirtiéndose en una figura capital y logrando elevar a nivel artístico esos encargos fotoperiodísticos que afrontaba. Feininger llegó a realizar un total de 346 reportajes para la mencionada Life, convirtiéndose en uno de los fotógrafos estrella de esta prestigiosa publicación.

Estilo y legado

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Andreas Feininger. Man walking down stairs with sign that says:"$10 complete no other charges"

No fue un fotógrafo viajero ni aventurero. De hecho, fue "el representante tipo de una cultura de la fotogenia y de la imagen fija espectacular, a la que se opusieron los creadores del estilo documental moderno, entre ellos Walker Evans y Cartier-Bresson, tras apartarse del esteticismo de los autoproclamados primeros maestros de la straight photography (fotografía directa o pura)”, como ha señalado Jean-François Chevrier con motivo de una retrospectiva de su obra.

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Feininger falleció en 1999 en Nueva York, la ciudad que lo consagró y la que le debe buena parte de esa imagen cosmopolita y grandiosa que se forjó en la posguerra. Cuanta con una amplísima bibliografía y decenas de exposiciones que lo convirtieron en una leyenda de la fotografía del siglo XX.

“Cada fotografía de éxito, a excepción de los disparos afortunados, comienza con una idea y un plan. Cuanto más preciso un fotógrafo sepa qué es lo que desea hacer, mejores serán las posibilidades de que lo conseguirá.”

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