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Carl Mydans, uno de los más destacados fotoperiodistas de la historia

Carl Mydans, uno de los más destacados fotoperiodistas de la historia
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Hablar de Carl Mydans es hablar de fotoperiodismo con mayúsculas. Es hablar de buen hacer fotográfico. Es hablar de entrega. Es hablar de fotografiar con pasión sin descuidar la técnica. Es hablar de Vietnam. De secuestros. De vida en pareja profesional y matrimonial. De presidentes de Estados Unidos. De retratos sinceros.

Carl Mydans, que comenzó su carrera en los periódicos The Boston Globe y Boston Herald, se graduó en la Universidad de Boston y tomó sus primeras fotografías con una Contax de 35mm para más tarde pasar a formar parte de la FSA antes de unirse a Life para quien relizaría los mejores reportajes de su carrera.

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Su matrimonio con la escritora Shelley Smith, también de la misma revista, les llevó a viajar por el mundo cubriendo varias guerras. En 1941 fueron secuestrados un año en Manila y Shanghái hasta su liberación, hecho que no le hizo dejar su trabajo puesto que siguió fotografiando este tipo de acontecimientos, cubriendo años más tarde la guerra de Corea o la de Vietnam en 1968.

Cuando eres fotógrafo de guerra para una revista, hay tres cosas muy importantes: la primera es llegar a donde está la acción y fotografiarla; la segunda, es conseguir que la película llegue a tu oficina; la tercera, guardar un cuidadoso registro de lo que has fotografiado.

Entre sus fotografías más reconocidas, la de los ciudadanos franceses afeitando las cabezas de las mujeres alemanas colaboracionistas o la rendición japonesa a bordo del U.S.S. Missouri en 1945. Aunque también tuvo tiempo para retratar a John F. Keneddy, Winston Churchil, Douglas MacArthur o Bobby Fischer en un exquisito reportaje por la ciudad de Nueva York.

Carl 2

Uno de sus trabajos más desoladores fue el que hizo a los supervivientes de la bomba de Hiroshima, con estampas no sólo del esqueleto de la ciudad, sino de los habitantes que muestran sus cuerpos llenos de heridas que sin duda dejan ver las llagas internas, las del corazón que son las que más tardan en cicatrizar.

Pero para mí si hay una imagen de esas que me gusta guardar en mi carpeta de fotografías que me llegan, es la tomada en el metro con los pasajeros leyendo el periódico en cuya portada se anunciaba el asesinato de John F. Keneddy. Retrato de un momento indiscutible de la historia americana, tan sencillo pero con tanta carga visual a nivel fotoperiodístico en una sola toma.

Murió en 2004 habiéndose reconocido su trabajo en 1991 como invitado de honor en la Visa Pour L'Image de Perpignan. Todo un lujo poder traerle a este rinconcito para que conozcáis su trayectoria y sus fotografías, a las cuales podéis acceder mediante el buscador de la revista Life.

Fotógrafo LIFE

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