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Olympus XZ-1, la hemos probado

Olympus XZ-1, la hemos probado
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A comienzos de año Olympus presentó su compacta de gama más alta: la Olympus XZ-1. Una compacta de buenas prestaciones, buen acabado, tamaño contenido y, sobre todo, destacando con su objetivo Zuiko muy luminoso en sus características y que hacía presagiar una de las principales bondades de esta cámara.

Y así es. Hemos tenido oportunidad de probarla y su objetivo es lo más destacable de una Olympus llamada a competir con buenos argumentos en un sector, el de las compactas de gama alta, cada vez más interesante.

Vamos a repasar algunas de sus características, las impresiones que nos ha causado y haremos una valoración para todos aquellos fotógrafos exigentes que busquen una compacta pequeña pero de calidad y con buenos resultados.

Olympus XZ-1: en las manos

Como ya hemos adelantado, la XZ-1 tiene en su óptica su principal reclamo y es lo que más llama la atención cuando la tienes en las manos. Un objetivo zoom grande (en cuanto a diámetro) que acompaña a un acabado convincente del cuerpo. Aquí Olympus ha cuidado con detalle este aspecto y desde luego es una cámara sólida con buenos materiales y gran acabado. El sello de Olympus queda bien patente en este sentido. Sobria y elegante.

En cuanto al tamaño y peso es comedido, no en vano se trata de una compacta, pero comparada con una de sus principales rivales, la Canon PowerShot S95, apreciamos un volumen y peso algo superior. Eso sí, su objetivo retráctil queda bien recogida y seguro con una tapa que salta en cuanto se enciende la cámara y que es conveniente que vaya asegurada para no perderla con facilidad. Esto es un poco engorroso puesto que a menos que nos acordemos de llevarla siempre encima, nos obliga a “atarla” al cuerpo para no extraviarla.

olympus XZ-1 XF 2

La ergonomía es buena, tacto agradable y controles bien distribuidos (incluido uno para grabar vídeo directamente), aunque se eche en falta alguno más. Destaca el anillo que rodea al objetivo que sirve para manejar algunos ajustes (como también posee la mencionada S95). La pantalla es OLED de 3 pulgadas con buena resolución (614.000 píxeles) y bien protegida, ofrece una excelente visión incluso con luz diurna intensa y, en general, muestra unos tonos muy reales, muy naturales.

Zuiko f/1.8, calidad y luminosidad

La gama de focales unido a la luminosidad (una apertura máxima de f/1.8) convierten a este Zuiko en el verdadero punto de inflexión para el sector de las compactas. Ya hacía presagiar buenas sensaciones, pero una vez probado uno se encuentra con una gozada de objetivo, cuya calidad es sobresaliente y, como veremos, lo más destacado del conjunto. Su distancia focal equivalente está entre los 28 mm y los 112 mm (llegando en su máxima focal a una apertura máxima de f/2.5), lo que otorga una gran versatilidad. Quizás lo más que se puede pedir a una compacta con este tamaño. Y siempre con unos muy buenos resultados.

La calidad del objetivo unido a un sistema de autofocus realmente efectivo y muy veloz dotan a la XZ-1 de sus mejores armas. Ideal para todo tipo de situaciones y escenarios. En este sentido con esta cámara no vamos a echar en falta ninguna prestación extra en lo referente a la óptica (bueno, el tema de la tapa que va suelta, pero algo sin mayor importancia). Y con los resultados se aprecia el buen trabajo de Olympus y su mira puesta en los más exigentes.

olympus XZ-1 XF 3

Lo que menos nos ha gustado

A pesar de que no todo está a la altura de su brillante objetivo, sí que hay que subrayar que el resto de prestaciones y por los resultados obtenidos cumplen muy bien para una cámara de su categoría. Es una cámara muy bien equilibrada, aunque atesore las carencias habituales en una cámara compactas, sin ser especialmente destacable en ellas.

Ruido a valores ISO altos (permite hasta 6400, pero desde luego nada recomendable), el manejo de los menús –en situaciones de poco tiempo para preparar la toma– es mejorable y la velocidad de grabación de las imágenes algo lenta (cuando se dispara en RAW o en RAW+JPEG) a no ser que se disponga de tarjetas de memoria de gama alta, con velocidad de grabación elevada. Aquí esperaba que el buffer interno funcionara mejor, aunque el resultado no ha sido muy destacado.

Para terminar, en la parte menos positiva, destaca la batería, que sin ser de autonomía escasa, tampoco nos permite demasiado. Amén de la solución de poder cargarla sin extraerla del compartimento a través de la conexión USB (aunque alternativamente se ofrece el habitual cargador externo).

Conclusiones

Olympus ha hecho un excelente trabajo con esta compacta que se desmarca de sus anteriores modelos y ofrece una calidad muy elevada. Resultados muy buenos en general, logrando con facilidad imágenes de gran nitidez y resulta muy veloz en el enfoque. Aunque como venimos insistiendo, destaca su objetivo y además el excelente sistema de estabilización (doble, electromecánico y digital) y la velocidad del autofocus.

Solo se echa en falta una mejor solución para la tapa del objetivo, algún que otro control en la parte posterior para facilitar el manejo de los menús y usar con moderación los filtros artísticos que incorpora. Aunque llamativos a primera vista, el tratamiento es algo agresivo y ofrece tonos y resultados demasiado excesivos.

Ejemplos

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