La tecnología como entrada al mundo fotográfico. Un "pequeño" error de principiantes

La tecnología como entrada al mundo fotográfico. Un "pequeño" error de principiantes
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- “Soy fotógrafo”
- “Anda que interesante, y en quiénes te inspiras o qué fotógrafos te gustan”
- “Ehm bueno, he dicho que soy fotógrafo no artista”

No una, sino muchas veces he asistido a conversaciones similares en estos últimos años, y es que cada vez son más las personas que entran al mundo de la fotografía llamados por el mundo gadget y tecnológico.

La universalidad de la tecnología fotográfica

No es raro, hoy día, ver como miles de personas dentro del mundo fotográfico pueden tirarse horas hablando sobre las maravillosas o desastrosas facultades de su cámara o de la del vecino. Que si los megapixeles no sirven para nada y sólo sirven para impresionar, que si el ruido de esta marca da mil vueltas a la otra, o que si es imposible colocar ciertos objetivos de tal montura porque habría viñeteo…

De hecho muchas de estas conversaciones suelen venir dadas en su mayoría (y que no se me enfaden por favor) por la inclusión de gran número de ingenieros informáticos al mundo fotográfico. Es cierto que anteriormente el uso de la química era bastante importante, por no decir indispensable, en la fotografía; pero la propia química no estaba implicada en casi todos los pasos del proceso fotográfico, como hoy si ocurre con la informática. Esto, unido a la conversión de la cámara fotográfico como un gadget más son, en mi opinión, gran parte de los “culpables” de ello.

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Fotografía de Fran diCosta en nuestro grupo de Flickr

Vayamos por partes

La fotografía, debido a todo esto, se ha estado dividiendo poco a poco en dos partes diferenciadas, mas una tercera que es la mezcla de ambas. Una de ellas, y primera, en la que las personas se ven atraídas y muchas veces cegadas por las opciones, características y posibilidades (a pesar de que nunca se vayan a usar) de los aparatos fotográficos; la segunda, comprendida de aquellos que comienzan en la fotografía por la atracción desde su lado más personal y podríamos llamarlo “artístico”; y por último aquellos que entran al mundo dejando patente que ambas cosas son importantes y se fijan en ambas sin distinción.

Hasta aquí muchos de vosotros podrías pensar que no hay diferencias con lo que ha sido siempre la fotografía años atrás, pues siempre hubo estas tres partes diferenciadas. Posiblemente sea cierto, pero el problema, a mi juicio, no se encuentra en las partes en las que se divide, sino en la cantidad de gente que se encuentra en cada una. Mientras años atrás, la primera de las divisiones, la meramente tecnológica, ocupaba una parte no muy alta, hoy día es sin lugar a dudas la más alta de todas, mientras que la segunda y tercera cada día disminuyen a pasos más y más grandes.

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Fotografía de el afox en nuestro grupo de Flickr

Ese problema, que puede parecer no ser tal, viene a significar algo bastante claro, y es que la fotografía esta pasando de ser un mundo con un interés “artístico” y “sentimental”, para dejar paso a un mundo de números, y en muchos casos de caprichos sin un interés real. Quizá muchos de los que estáis leyendo esto me podáis tildar de fanfarrón o incluso de “listillo”, pero puedo asegurar que es así; y es que el interés por tirar una foto se está perdiendo cada vez más, hasta tal punto que mucha gente no es capaz de valorar si una foto es valiosa o no, pues sólo ha llegado a leer y a escuchar que un cámara vale X dinero y es capaz de hacer X cosas; por delante de quienes inspiraron a esas personas para hacer esa fotografía. Hemos pasado de el “¿Quien te ha enseñado a hacer esa foto? o “¿Como has aprendido?, al “¿Y qué cámara tienes?” o “¿Qué marca te gusta más?”.

La fotografía como una ciencia no exacta

La fotografía es una ciencia, pero de esas que tanto me gustan a mi, las ciencias no exactas; y por desgracia muchos están intentando dejar patente que, lo que para muchos era “1+1= infinito”, para ellos es claramente “1+1= 2”.

Personalmente mi meta fotográfica siempre ha sido, y seguirá siendo, el saber como conseguir hacer lo que tenga en la cabeza con las cosas que dispongo, y para eso se que necesito conocer lo que tengo entre manos, pero tengo claro que me sería imposible conseguir algo sino tuviera claro primero la idea de las cosas que quiero hacer, y todo lo que puedo descubrir, a pesar de que me supiera de memoria hacer la raíz cuadrada del número 5723. Y es que, como en la gran mayoría de las cosas, en la variedad está el gusto, y no sólo el gusto, sino las posibles diferencias.

Para finalizar quiero dejar patente mi apoyo a todos los avances tecnológicos y a todas esas personas que los hacen posible (y en especial los del mundo fotográfico), no obstante soy técnico digital; pero a pesar de ello y por encima de todo soy fotógrafo. Algo que no sólo un puñado de números (sino unos pocos) me van a hacer ser llamado así. Y es por tanto, que ser fotógrafo a lo único que le pueden asociar las matemáticas es que es la SUMA de muchas cosas. ¿Cuántas?. No lo sé; pero lo qué si tengo claro es que son muchas y la gran mayoría de las veces no se pueden contar.

Fotografía de portada | Roger Costa

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