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Sobre la interpretación del 'instante decisivo' de Cartier Bresson

Sobre la interpretación del 'instante decisivo' de Cartier Bresson

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Sobre la interpretación del 'instante decisivo' de Cartier Bresson

La expresión 'instante decisivo' es una de las más recurrentes de la historia de la fotografía. Todos la asociamos con Henri Cartier-Bresson y su forma de entender este mundo. Cuenta una forma de enfrentarse a la realidad con una cámara en la mano. Pero puede que hayamos interpretado mal durante este tiempo la expresión original del gran fotógrafo francés.

A raíz de una conversación telefónica estupenda con uno de los mejores fotógrafos de este país y una de las mentes más vivas, Paco Junquera, -donde hablamos sobre todo de August Sander- salió el artículo que publicamos sobre la relación entre Robert Frank y Henri Cartier Bresson. Y terminamos comentando el origen del 'instante decisivo'. Por este motivo hablamos hoy de este concepto.

El instante decisivo es uno de los preceptos más comentados cuando hay cámaras por medio. Siempre que se habla de la agencia Magnum, de la obra de Cartier-Bresson, del reportaje, de la forma de enfrentarse a la realidad, sale a la luz esta forma de relacionarse con la realidad con la ayuda de una cámara.

Y me habló de un ensayo de Agnès Sire, directora de la Fundación HCB, que se publicó en el libro 'Revoir Henri Cartier-Bresson'. Se puede encontrar también en la página The eye of photography. Y es una referencia en muchos libros dedicados a su figura.

Henri Cartier Bresson

Lo más interesante de ese trabajo es que nos plantea otra forma de entender dicha expresión. Y nos obliga a cambiar la forma de ver el trabajo de Henri Cartier-Bresson y alejarnos del tópico en el que muchos hemos caído alguna que otra vez.

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El origen del instante decisivo

En muchos cursos de fotografía y libros cuentan que el instante decisivo consiste en disparar en el momento justo en el que la acción sucede. Ni un momento antes ni después. Por este motivo tenemos que estar siempre alerta para conseguir el mejor disparo porque solo sucede una vez.

Siempre se explica con la famosa fotografía 'Tras la estación St. Lazare (1932)' en la que vemos toda una historia protagonizada por un hombre que ha hecho lo imposible para evitar mojarse. Al final, y eso es lo que observamos, no le queda más remedio que saltar. Es el momento preciso, el único válido. Ni un segundo antes ni después. Y el fotógrafo ha estado ahí para fijarlo: el instante decisivo. El oportunismo temporal como bien dice Oscar Colorado.

¿Pero de dónde viene esta expresión? En 1952 publicó su libro más famoso 'Images à la Sauvette'. La traducción literal sería imágenes a hurtadillas. No es una expresión suya, sino del cardenal de Retz. Un hombre culto del siglo XVII conocido por la elocuencia de sus sermones y su pasión por las intrigas políticas.

Henri Cartier Bresson
La famosa frase

La cita que abre el famoso libro de Cartier-Bresson es de él, pero como bien recuerda Agnès Sire está cortada:

No hay nada en el mundo que no tenga su momento decisivo, y la obra maestra del buen comportamiento es conocer y aprovechar este momento.

El editor americano del libro decidió que esa expresión no era muy comercial y aunque podía haberla dejado en francés, apostó por 'The decisive moment'. Y así lo inmortalizó Matisse en la portada. Tuvo tanto éxito el título americano que pasó al idioma original como instant décisif.

Y cuando se reeditó el libro en 1986, el texto introductorio se llamó 'L´instant décisif' cuando originalmente no tenía título. Se ha metido tanto en el imaginario fotográfico que se convirtió en un apéndice del autor.

La nueva interpretación

Si nos limitamos a una primera lectura y no tratamos de entender el pensamiento de Cartier-Bresson, nos quedaremos solo en la superficie de su obra. Y muchos lo hemos entendido así, hasta el punto que cuando hablamos del trabajo de Robert Frank lo bautizamos como el momento indecisivo.

O como comenta Agnès Sire, el tiempo débil como oposición al tiempo decisivo, tal como explicaron el trabajo de Raymond Depardon en los años ochenta. Es una forma muy limitada de entender el trabajo de uno de los fotógrafos más grandes.

La fotografía es una interpretación de la naturaleza que solo el buen fotógrafo es capaz de ver

Si atendemos a una cita del fotógrafo:

La Leica es para mí un cuaderno de bocetos, el diván de un psicoanalista, una ametralladora, un gran beso caliente, un electroimán, un recuerdo, un espejo del recuerdo. Aquí no hay rastro de una supuesta grabación de una realidad, sino mucho más de la memoria (y por tanto del pasado), del diván de un psicoanalista (haciendo resurgir el pasado) y un espejo de la memoria (la imagen del pasado).

Henri Cartier Bresson
Dos formas de ver la obra de Cartier-Bresson

Aquí se aclara todo y se abre algo tan cerrado como el instante decisivo. La fotografía es una interpretación de la naturaleza que solo el buen fotógrafo es capaz de ver. O como él mismo decía:

No tengo ningún mensaje que enviar, nada que demostrar: ver y sentir, y es el ojo sorprendido el que decide.

Al final la buena fotografía solo sale cuando el fotógrafo está preparado, cuando es capaz de mirar sin cesar y cuando descubre que algo inevitablemente va a pasar. Da igual el momento, solo lo tienes que ver. Y conseguirlo supone un trabajo inmenso, apretar el disparador es tan solo el último paso.

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