Cuando tuve las primeras noticias de esta tarjeta pensé que estariamos ante un ingenio que cambiaría la forma de trabajar(workflow) de muchos aficionados a la fotografía. Creía que por fin estaría en manos de muchos una posibilidad que por ahora sólo ofrecen las cámaras de gama alta o profesionales; la transferencia de nuestras fotos a Internet mediante conexión WiFi.
Pero después de leer los primeros análisis, uno se da cuenta de que la Eye-Fi no es para tanto. Quizá porque los usuarios esperabamos demasiado de una simple tarjetita SD, o quizá porque sus creadores han lanzado falsas expectativas. El caso es que la Eye-Fi no podrá subir nuestras fotos directamente a alguno de los servicios online que usamos casi a diario como flickr, picasa, photobucket o TypePad. O usar una conexión cualquiera y abierta para mandar nuestras fotos al ordenador que queramos. Que es lo que se esperaba de esta tarjeta.
El funcionamiento de la Eye-Fi se limita a transferir las fotos de nuestra cámara a nuestro ordenador, pero sólo mediante una conexión inalámbrica cifrada. Y es luego un programa que debemos instalar en nuestro ordenador, el encargado de subir todas las fotos a los servicios online que le indiquemos, y donde digo todas, son todas, ya que no permite la posiblidad de seleccionar que fotos subir a Internet.
Vamos, que es como un lector de tarjetas pero sin cables, con la pega de que es más lento y que consume batería de la cámara. Personalmente no le encuentro utilidad, por muchas vueltas que le dé. Y haciendo caso de los análisis que he leído, sería mejor idea invertir en un buen lector de tarjetas USB y unas cuantas tarjetas con alta tasa de transferencia.