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Fujifilm X30, análisis

Fujifilm X30, análisis

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Fujifilm X30, análisis

Esta compacta avanzada ha nacido con un objetivo ambicioso: superar a la muy interesante X20, una cámara que nos dejó un gran «sabor de boca» cuando tuvimos ocasión de probarla a fondo, a mediados de 2013. Lo primero que me veo obligado a adelantaros es que la X30 de Fujifilm es una propuesta con mucha personalidad, tanta que en muchos aspectos me recuerda a uno de los «buques insignia» de la marca, la estupenda X-T1.

Un primer vistazo a sus especificaciones es suficiente para darse cuenta de cuáles son sus bazas más interesantes. La más evidente es su óptica, muy luminosa, y, como veremos más adelante, de gran calidad. Pero no debemos subestimar su sensor, pequeño en tamaño pero grande en prestaciones. Y tampoco su visor electrónico OLED, de lo mejor que he probado en su categoría. Pero solo estamos «arañando la superficie». Veamos qué nos ofrece esta cámara con todo lujo de detalles.

Fujifilm X30: especificaciones

Sensor X-Trans CMOS II de 2/3 de pulgada con filtro de color primario, 12 megapíxeles y sin filtro óptico de paso bajo
Procesador de imagen EXR II
Objetivo Fujinon Super EBC 7,1-28,4 mm (28-112 mm equivalentes en 35 mm) f/2.0-2.8
Memoria interna 55 megabytes
Sensibilidad 100 a 12.800 ISO
Control de la exposición Medición TTL de 256 zonas, múltiple / puntual / media
Estabilizador de imagen Desplazamiento de objetivo
Compensación de la exposición -3.0 EV a +3.0 EV, pasos de 1/3 EV (grabación de vídeo: -2.0 EV a +2.0 EV)
Velocidad de obturación 30 a 1/4.000 s (con abertura pequeña)
Disparo continuo Hasta 18 FPS (en JPEG)
Enfoque AF híbrido inteligente (AF con TTL por contraste / AF con TTL por detección de fase) y luz auxiliar de AF
Visor OLED de 0,39 pulgadas y 2.360.000 puntos con ampliación de 0,65x y sensor ocular
Monitor LCD TFT de 3 pulgadas (920.000 puntos) con relación de aspecto 3:2 y cobertura del 100%
Grabación de vídeo Hasta 1080/60p
WiFi 802.11b/g/n
Almacenamiento SD, SDHC y SDXC (UHS-I)
Formatos de archivo JPEG (Exif Ver 2.3), RAW (formato RAF) y RAW+JPEG
Batería Ión-litio NP-95
Temperatura de funcionamiento 0 - 40°C
Humedad de funcionamiento 10 - 80% (sin condensación)
Dimensiones 118,7 x 71,6 x 60,3 mm
Peso 423 g (con batería y tarjeta de memoria)
Precio 550 euros aprox.

Diseño y ergonomía

El cuerpo de la X30 tiene un acabado y una robustez equiparables a los de cámaras a priori más ambiciosas. La caja es de aleación de magnesio, y los diales, que son de metal, están impecablemente mecanizados. La verdad es que esta pequeña cámara me transmite las mismas sensaciones que la X-T1 en este apartado, a pesar de que cuesta menos de la mitad que el cuerpo de esta última, por lo que no defraudará a quien busque una compacta con una construcción de primera división.

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Su diseño, como podéis ver en las imágenes, defiende con fidelidad ese clasicismo que podemos encontrar en buena parte de las cámaras de esta marca. A mí, particularmente, me parece una delicia, pero es evidente que esta estética puede no convencer a todo el mundo. Y, en lo que concierne a la ergonomía, me parece necesario destacar la solidez del agarre de la X30. A pesar de su moderado volumen, el tacto rugoso del material que envuelve la caja y su pronunciado grip permiten sostenerla con la mano derecha sin que nos invada la sensación de que se va a deslizar hacia el suelo en cualquier momento.

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El nuevo anillo de control nos permite manipular rápida y cómodamente los parámetros de exposición

En el apartado de la ergonomía solo puedo criticar a la X30 el reducido tamaño de sus botones, que no planteará problemas a la mayor parte de los usuarios, pero que probablemente no resultará cómodo para aquellos que tienen los dedos gruesos. Eso sí, el nuevo anillo de control me parece una gran idea. Utilizándolo podemos manipular parámetros como la abertura o la velocidad de obturación, entre otros, con rapidez y sin necesidad de apartar nuestro ojo del visor. El otro anillo que «abraza» el objetivo es el que debemos utilizar tanto para encender y apagar la cámara como para modificar la longitud focal.

Un último apunte que deja la ergonomía de la X30 en buen lugar: su monitor LCD TFT de 3 pulgadas (con una resolución de 920.000 puntos y una calidad de imagen muy interesante) es inclinable, una característica que, como sabéis, nos ayuda a adoptar una postura cómoda y estable cuando el encuadre que tenemos en mente nos obliga a colocar la cámara por debajo o por encima de la posición natural de nuestros ojos.

Sensor, óptica y visor

Vamos ahora con los tres elementos que inciden de forma directa en la calidad de imagen y la experiencia de uso que nos ofrece la X30. Su sensor, un dispositivo X-Trans CMOS II de 2/3 de pulgada con filtro de color primario, 12 megapíxeles y sin filtro óptico de paso bajo, utiliza la misma tecnología que podemos encontrar en los modelos de referencia de Fujifilm, como la X-T1 o la X100T. En mi opinión, su resolución es la adecuada para un captador de 2/3 de pulgada porque garantiza que el tamaño de los fotodiodos es suficiente para asegurar un rendimiento interesante en condiciones de baja luminosidad.

Como veremos más adelante, el trabajo conjunto de este sensor y el procesador EXR II en condiciones de exposición rigurosas es excepcional, arrojando un nivel de ruido sorprendentemente reducido incluso al utilizar valores de sensibilidad elevados.

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La óptica es otra de las grandes cualidades de esta compacta avanzada. Su objetivo es un Fujinon Super EBC 7,1-28,4 mm (28-112 mm equivalentes en 35 mm) f/2.0-2.8, que, como podéis ver, es luminoso y bastante flexible en términos de longitud focal. La pericia de Fujifilm a la hora de poner a punto ópticas de mucha calidad es bien conocida, y este Fujinon no defrauda en absoluto. En el apartado que dedicaré más adelante a la calidad de imagen que nos ofrece la X30 veremos cómo rinde, pero puedo adelantaros que es una delicia utilizarlo, entre otros escenarios, para retratos gracias al precioso bokeh que nos permite obtener al utilizar valores de abertura generosos.

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Por otra parte, el visor electrónico de la X30 merece un análisis detallado. En su interior reside una pantalla OLED con una resolución de 2,36 millones de puntos que me recuerda mucho a la de la X-T1 (sus especificaciones son calcadas). Su calidad de imagen es muy alta, y la verdad es que ofrece una experiencia de uso muy satisfactoria gracias, sobre todo, a su muy moderada latencia. Según Fujifilm el retardo de visualización de este visor es de 0,005 s, lo que lo sitúa en la misma órbita del incorporado en la X-T1. Su cobertura es del 100%, y su ampliación se ha incrementado si la comparamos con la que nos ofrece la X20, alcanzando en el modelo que estamos analizando un factor de 0,65x.

Después de probar visores electrónicos con tanta calidad como los que incorporan la X-T1 y la X30 es inevitable no apreciar el enorme desarrollo que han experimentado estos dispositivos durante los últimos dos años. Fujifilm se encuentra muy bien posicionada en esta materia, y, afortunadamente, otros fabricantes, como Sony, Panasonic, Olympus o Samsung, también están haciendo muy bien sus deberes, por lo que la última hornada de visores electrónicos conseguirá que muchos usuarios empiecen a no echar de menos los visores ópticos.

Así se porta «en combate»

La X30 es, como os adelanté al principio del post, una cámara con personalidad, y no solo por el clasicismo de su diseño, sino, sobre todo, por su peculiar sistema de control mediante el anillo doble. Eso sí, no cuesta hacerse con ella. Como acabamos de ver, su visor electrónico nos ofrece una experiencia muy positiva; su agarre es, probablemente, el más satisfactorio de los ofrecidos por las compactas avanzadas que he tenido ocasión de probar durante los últimos meses, y su enfoque rinde a las mil maravillas.

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La X30 utiliza un enfoque híbrido «inteligente», y, por tanto, combina AF con TTL por contraste y detección de fase. Pero lo realmente importante es que, en la práctica, esta implementación funciona de maravilla porque consigue enfocar con mucha rapidez y enorme precisión incluso en circunstancias desfavorables. De hecho, me propuse hacerle la puñeta enfocando en penumbra objetos con tonos muy regulares, y me sorprendió por lo bien que resolvió el enfoque prácticamente siempre.

Por supuesto, como cabe exigir a una compacta avanzada, la X30 nos permite ajustar la exposición de forma completamente manual. En estas condiciones el nuevo anillo de control resulta de gran ayuda porque, como os adelanté antes, nos permite manipular los parámetros de exposición con comodidad y rapidez.

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Por otra parte, los usuarios a los que les gustan los modos creativos predefinidos (yo confieso que no soy uno de ellos), encontrarán en la X30 un abanico de opciones muy interesante. Fujifilm ha puesto a punto varios modos de simulación de película, como el nuevo Classic Chrome o los ya conocidos Provia, Astia, blanco y negro o Velvia, entre otros. También incorpora varios filtros avanzados que se prestan a la experimentación, y que, bien utilizados, pueden dar mucho juego.

El enfoque híbrido de la X30 es rápido y preciso, y, lo que es más importante, da la talla incluso en escenarios exigentes

También probé la manipulación remota de la cámara a través de la aplicación Camera Remote para teléfonos móviles (el enfoque mediante la pantalla táctil del móvil es una chulada), y lo cierto es que me gustó, aunque de vez en cuando, y sin saber por qué, la X30 y el smartphone se desconectaban. Otra característica que gustará a los aficionados a los time lapses es la función de disparo por intervalos, flexible y completamente programable.

Un último apunte: durante mis pruebas, la X30 alcanzó una autonomía real de unos 450 disparos por carga de la batería (sin flash, pero usando la pantalla LCD TFT), una cifra realmente interesante y prácticamente calcada a la anunciada por Fujifilm.

Calidad de imagen

El nivel de detalle de la X30 me ha sorprendido gratamente. Sinceramente, no esperaba un resultado asombroso en una cámara con un sensor de menos de una pulgada y 12 megapíxeles, pero la verdad es que, una vez más, un captador X-Trans II de Fujifilm me ha dejado un sabor de boca estupendo. Y, por supuesto, en lo que concierne al tratamiento del color no tengo nada que objetar. De hecho, en mi opinión, esta es precisamente una de las áreas en las que los ingenieros de Fujifilm son unos expertos. La X30 resuelve magistralmente el color de cualquier captura, gracias, ante todo, a una amplia gama dinámica que luce de maravilla tanto en JPEG como en RAW.

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Fujifilm X30 a f/2.8, 1/17 s y 800 ISO

La fotografía que tenéis justo debajo de este párrafo nos permite comprobar la calidad de la óptica Fujinon integrada en la X30. Su elevada resolución y total ausencia de aberraciones son bastante evidentes. Y, además, su considerable valor de abertura nos permite obtener un bokeh realmente bonito (y eso que esta fotografía está tomada a f/2.8 y no a f/2.0).

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Fujifilm X30 a f/2.8, 1/5 s y 100 ISO

La X30 se porta bien incluso en escenarios desfavorables por su escasa luz ambiental. Como he comentado unos párrafos más arriba, el enfoque automático híbrido de esta cámara cumple con holgura, y su nivel de detalle en las zonas oscuras es muy convincente. En estas condiciones la ausencia del filtro óptico de paso bajo se nota.

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Fujifilm X30 a f/2.5, 1/15 s y 3.200 ISO

Vamos ahora con la auténtica «prueba de fuego» para la mayor parte de las cámaras: su comportamiento con valores de sensibilidad elevados. En este contexto debo reconocer que el resultado que ha arrojado la X30 me parece formidable. Las fotografías que tenéis debajo de estas líneas demuestran claramente que esta pequeña cámara mantiene el ruido siempre bajo control incluso con valores ISO muy elevados. De hecho, el ruido es relativamente bajo incluso a 6.400 y 12.800 ISO, algo con lo que, sinceramente, yo no contaba. Por esta razón, si las circunstancias lo exigen, la X30 nos permite tirar de valores de sensibilidad elevados con bastante tranquilidad.

Sensibilidad

Fujifilm X30, la opinión de Xataka Foto

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Fujifilm ha hecho un gran trabajo con la X30. No solo es una cámara impecablemente construida y con una ergonomía cuidada, sino también con unas prestaciones de auténtico lujo que harían palidecer a muchas cámaras que aparentemente son más ambiciosas. Tanto su sensor como su óptica y su visor electrónico rayan a un gran nivel, y, además, dan lo mejor de sí mismos incluso en los escenarios de captura exigentes, algo que no es habitual en las cámaras de este tipo.

En cualquier caso, si tuviese que destacar una virtud de esta compacta avanzada me quedaría sin dudarlo con su capacidad de mantener el ruido bajo control incluso con valores de sensibilidad muy elevados. Y la mejor prueba de este hecho es que incluso el valor 12.800 ISO me parece utilizable. Aun así, obviamente, la X30 no es perfecta. Sus botones pueden resultar algo pequeños para las personas con dedos gruesos; su interfaz de usuario es desde un punto de vista estético algo espartana, y su focal equivalente máxima es comedida, lo que en determinadas circunstancias puede obligarnos a aceptar algún compromiso.

Por supuesto, sus muchas virtudes pesan más que sus muy tenues debilidades, por lo que, si estáis pensando en haceros con una compacta de calidad que haga las veces de complemento de vuestra DSLR o sin espejo avanzada, tenedla en cuenta. Y, cómo no, si no tenéis aún una buena cámara y buscáis una compacta de primera división con control manual, probad la X30. No os arrepentiréis.

La nota de la Fujifilm X30 en Xataka Foto

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Características 8,5
Diseño y ergonomía 8,2
Controles e interfaz 8,4
Rendimiento 8,8
Calidad de imagen 8,9

A favor

  • Visor electrónico de gran calidad
  • Excelente calidad de imagen global
  • Gran rendimiento con valores ISO elevados

En contra

  • El tamaño de los botones es reducido
  • Su interfaz de usuario es algo espartana
  • Su longitud focal máxima es limitada

La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Fujifilm España. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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