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Sony A99, análisis

Sony A99, análisis
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Tras la veloz y contundente evolución de Sony con sus últimos modelos de cámaras, desde las NEX a las últimas SLT, se encontraba en total predisposición para ofrecer una nueva réflex full frame. Desde que en 2008 lanzara la A900 no había regresado a este terreno, pero ahora lo ha hecho con la Sony A99.

Sony ha apostado por el espejo translúcido y visor electrónico, una jugada de riesgo. Especialmente por las reticencias que los fotógrafos de juegan en esta gama suelen tener. Pero, seguros de sí mismos, en Sony han considerado tener la tecnología potente a prueba de exigencias que una cámara como la Sony A99 puede tener.

Sony A99 detalle pantalla trasera

Pero más allá de esta apuesta, y tras un tiempo de prueba, puedo confirmar que los temores iniciales se pueden disipar. El visor electrónico no es un hándicap, es un visor notable, por mucho que estemos acostumbrados a preferir uno óptico. Es una prueba superada. Como consecuencia trae una ventaja enorme: el sobresaliente sistema de enfoque.

Diseño y ergonomía

Sony A99 detalles

Pero antes de detenerme en su brillante sistema de enfoque, hay que echar un vistazo al contundente cuerpo de la A99. Se trata de un cuerpo de aleación de magnesio, de sólida sensación, con 812g de peso y con un agarre cómodo. Un cuerpo sellado a polvo y salpicaduras al que poco se le puede reprochar. Bien construido y con controles más que suficientes.

Como se puede esperar de una cámara destinada a un uso muy exigente, su construcción no defrauda y, a pesar de su solidez, se trata de una cámara full frame ligera en comparación con otras. Se trata de una cámara cómoda en las manos, con suficientes botones de acceso directo que permiten un control rápido y cómodo.

Sony A99 detalles slots y espejo

No encontramos un flash incorporado en la Sony A99, utiliza una nueva zapata universal aunque incorpora conexiones compatibles con otros accesorios como flashes o micrófonos externos. Si bien hay que puntualizar que son exclusivos de Sony, por lo que no tenemos compatibilidad con otros accesorios. Jugada habitual del fabricante, en todo caso. Aunque no olvidemos que posee micrófono estéreo para la grabación de vídeo.

Además, posee algunos elementos muy positivos: doble ranura para tarjetas (las dos admiten SD y en una de ellas también las Memory Stick), el GPS integrado y conexiones múltiples (HDMI y USB 2.0, entre ellas).

Pantalla y nuevo control de silencio

Dos elementos podemos destacar de su diseño. Uno es su pantalla articulada. Una pantalla LCD de 3 pulgadas y 1.229.000 puntos de resolución. Un acierto para sacarle todo el partido en ángulos complicados y perfecta para la grabación de vídeo.

Sony A99 detalle pantalla superior

Desde la pantalla podemos tener acceso a todos los ajustes o bien Live View. Podemos acceder a información del histograma y el práctico nivel digital, que añaden más parámetros para facilitar las capturas.

Por otra parte, otro elemento curioso es la inclusión de un nuevo botón bajo el de liberación del objetivo, en la parte frontal inferior. Un dial que permite acceso directo a múltiples funciones pulsando y girando el mismo. Está pensado especialmente para la grabación de vídeo en la que el manejo de este dial puede ser más cómodo y, sobre todo, silencioso, para las tomas en movimiento.

Sin miedo al visor electrónico

Sony A99 detalle visor electrónico

Como adelantaba, el hecho de disponer de un visor electrónico en detrimento del habitual visor óptico más tradicional y apreciado, podía suponer uno de los mayores hándicaps a la hora de decantarse por una cámara de altas prestaciones. Pero lo cierto es que estas reticencias, basadas en objetividad, dejando apartadas manías y costumbres, pasa la prueba con nota.

Se trata del mejor visor electrónico posible que hoy encontramos. Con tecnología OLED y 100% de cobertura, es el mismo utilizado por la Sony A77, NEX-7 o la reciente NEX-6. Ofrece una resolución de 1024x768 píxeles con actualización progresiva. Con el que tenemos una visión detallada y con una calidad que permite notables ventajas: una excelente visión en condiciones bajas de luz, además de disponer de toda la información posible de un vistazo.

La sensación puede ser algo negativa en un principio, pero insisto que dejando las manías y tras trabajar con él, el resultado es muy positivo. La única pega en este sentido puede ser que tras una larga sesión cansa un poco con respecto a uno óptico.

El autofocus, la clave de la Sony A99

Sony A99 detalle asistente enfoque

No se puede obviar que la apuesta por un sistema SLT con espejo translúcido o semitransparente y el consecuente visor electrónico trae como ventaja poseer un sistema de enfoque automático sobresaliente. Es la clave de esta Sony A99.

Sony apuesta por un doble sistema de enfoque. Con 19 puntos (y 102 de apoyo), el sistema de detección de fase ofrece ventajas notables. Es más veloz, silencioso, preciso y con un sensor dedicado exclusivamente al efecto la experiencia con Live View es magnífica, ya sea a través del visor o de la propia pantalla LCD. Lo que conlleva una gran polivalencia para elegir desde dónde mirar y, especialmente, cuando se trata de grabación de vídeo. Hay que tener en cuenta que el autofocus por detección de fase es muy veloz y está disponible cuando se graban vídeos.

Además, hay que destacar que contar con el sistema Focus Peaking el uso con el enfoque manual es simplemente ideal y una ayuda extraordinaria para sacarle partido a objetivos compatibles. Aunque también contamos con la opción de precisar el enfoque con el apoyo de los 102 puntos adicionales y un control muy preciso para tomas que lo requieran. Ideal para fotografía macro, sobre todo, o incluso retratos de estudio.

En definitiva, el enfoque es uno de sus grandes virtudes. El hecho de poder enfocar a sujetos en movimiento de forma precisa es una ventaja para fotografía de deportes, de calle o de natureleza. Por último, agregar que el enfoque en situaciones de poca luz sigue siendo muy resolutivo, más de lo que esperaba encontrar. Así que si disponemos de un objetivo luminoso, los interiores con poca luz y las tomas nocturnas, son otro de los puntos fuertes para la A99.

Sony A99: calidad de imagen

Sony A99 muestra ISO

Sin necesidad de llevar la cámara a pruebas extremas de laboratorio, es fácil encontrar que el resultado de las capturas está al nivel que se puede esperar de una cámara tan potente. Su sensor full frame (de 35,8 x 23,8 mm) y sus 24 megapíxeles ofrecen un resolución excelente, una amplia gama dinámica (sin perder detalle en las sombras en tomas contrastadas) y un control del ruido como cabía esperar de un sensor Sony y su procesador Bionz.

Si bien hay que reconocer que donde muestra todo su potencial es junto a ópticas que extraen todo el potencial de fotograma completo. En este caso he probado la Sony A99 junto con el Sony Carl Zeiss Vario-Sonnar 24-70 mm AZ f/2.8. Un zoom estándar de enorme calidad, luminoso y contundente en su construcción, lo que hacía un conjunto equilibrado y donde el enfoque y calidad óptica destacan en diferentes situaciones de luz.

Sony A99 test ISO 1

Lo sí me ha resultado llamativo para una cámara de estas características es la inclusión de múltiples opciones de color, algo más propio de cámaras más básicas. Estilos creativos para distintas situaciones que sin embargo no he podido, o sabido, sacar partido. Teniendo opciones manuales y resultados de calidad con un sensor así, parece descabellado optar por modos como el retrato nocturno o el crepúsculo. Pero ahí están no obstante.

Con todo hay que decir que la reproducción de color es excelente. Se ven muy bien, son vivos y reales, con un comportamiento de su balance de blancos automático notable.

El sistema de autoexposición funciona de forma correcta tanto en condiciones de luz equilibradas como en otras más críticas, si acaso se puede detectar que tiende a la subexposición en contraluces fuertes.

Sony A99 test ISO 2

En cuanto al ruido, su comportamiento también cumple con lo que cabe esperar. Conociendo el buen trabajo de Sony con sus sensores, el ruido se mantiene bien controlado incluso a sensibilidades altas. Podemos encontrar ruido ya a ISO 400 pero no resta definición hasta ISO 6400, mostrando colores muy fieles. Aunque no olvidemos que permite llegar hasta sensibilidades extremas de 25.600 ISO (forzados).

Conclusiones y valoración

Como he ido desgranando, es fácil constatar que las principales virtudes de la Sony A99 residen en su potente sistema de enfoque automático, un avance muy notable en el sistema de detección de fases que gracias al sensor adicional lo convierten en una gozada para usar con escenas en movimiento. Una gran ayuda en muchas situaciones.

Es una cámara que se enfrenta directamente con rivales como la Nikon D800 y la Canon EOS 5D Mark III, con las que puede competir en prestaciones. Aunque lo hace con argumentos que la diferencian: el hecho de ser una SLT y el visor electrónico. Quizás fruto de una evolución dentro de la gama Alpha, llevado al escalón más elevado y con suficientes argumentos como para ser una opción que cualquier fotógrafo exigente puede plantearse.

Su precio sí lo encontramos alto (sobre los 2.800 euros el cuerpo), especialmente cuando entramos a comparar (y aún más por su escaso catálogo de objetivos: solo seis son compatibles con su sistema de enfoque híbrido), aunque sus prestaciones de vídeo pueden ser otro de esos puntos que hagan decantarse a los potenciales compradores. El sistema de estabilización SteadyShot, el controlador silencioso, el enfoque continuo, el sobresaliente Live View… son beneficios obvios para los que más explotan la grabación de vídeo.

Detalle de mano en interior con Sony A99

El buen control del ruido, la alta personalización, su pantalla articulada y su excelente construcción son puntos positivos que no se pueden pasar por alto. Mientras que por contra, su elevado precio, cierta lentitud en la puesta en marcha y velocidad de funcionamiento en algunas ocasiones (incluso la grabación de archivos) pueden ser lo más negativo. Sin olvidarnos que trae de "serie" prestaciones heredadas y propias de gamas más bajas y que resultan un extra que la distingue pero no de forma cualitativa. Sumado a que su autonomía se resiente por el uso del visor electrónico, costando llegar a 400 disparos (frente a los 500 prometidos en sus especificaciones).

En definitiva tengo que romper una lanza en favor de Sony y su arriesgada apuesta con la Sony A99. No es fácil competir en el sector más exigente y esta cámara lo hace con argumentos sólidos y despojada de prejuicios (su visor es el puntal más contundente). Pero también diferenciadores, lo que pone en evidencia su tecnología de vanguardia, contrastada y que ha ido evolucionando muy muy rápido en poco tiempo. Para llegar a una cámara ganadora, una full frame a considerar, con potentes prestaciones para vídeo y que solo la inversión en ella puede resentirse por sus competidoras por el escaso (aún) catálogo de objetivos.

Fotos | En Flickr (a mayor resolución)

La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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