Las cámaras compactas han perdido gran protagonismo en los últimos años. Los smartphones se han comido la mayor parte de su mercado al ofrecer dispositivos con una gran calidad fotográfica, que podemos llevar siempre con nosotros y facilita la acción de compartir en internet. Por tanto, son las compactas avanzadas las únicas que consiguen atraer la atención del usuario. Hoy analizamos la Sony RX100 III, una compacta para usuarios exigentes o de perfil profesional. Una opción que es mucho más que una cámara para apuntar y disparar.
La tercera generación de esta compacta de Sony, pensada para usuarios profesionales o avanzados, mantiene muchos aspectos en común con respecto a sus generaciones anteriores. Pero también introduce algunas novedades dignas de mención. Comenzamos.
Análisis en vídeo
Características
Sony RX100 III | Características |
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Sensor | CMOS Exmor RTM retroiluminado de 20,1 MP y procesador Bionz X |
Objetivo | Zeiss Vario-Sonnar T* |
Rango focal | 24–70mm (equivalentes) |
Apertura | F/1.8–2.8 |
Visor | True FinderTM OLED con 1.440.000 puntos de resolución |
Pantalla | LCD TFT Xtra Fine de 3 pulgadas, formato 4:3, resolución 1.228.000 e inclinable hacia arriba 180º y hacia abajo 45º (aprox) |
ISO | 125–25.600 |
Flash | Interno manual y desplegble |
Foto y vídeo | Opción de disparar en jpeg y raw. Grabación de vídeo 1080p con soporte AVCHD y XAVC S |
Dimensiones | 106,6x58,1x41mm |
Peso | 290g (batería y tarjeta) |
Diseño y ergonomía
Cuando tenemos por primera vez en mano la Sony RX100 III es inevitable fijarse en dos aspectos: el diseño y la ergonomía. Con sólo verla ya todos nos podemos hacer una idea de las sensaciones que transmitirá pero nunca tan exactas como tras varios días de uso.
En temas de diseño mantiene las líneas de la RX100 I y RX100 II. Una estética compacta, elegante y sobria. Sin grandes alardes ni pretensiones por destacar con elementos futuristas o toques retros. Aquí tenemos una cámara con unas dimensiones muy compactas y construcción robusta.
Nos gusta su diseño pero ¿es cómodo? Como ya hemos apuntado en modelos anteriores, la falta de un grip o elemento que facilite el agarre o al menos lo haga más seguro es algo que se echa en falta. De todos modos, será una cuestión muy personal el valorarla como incómoda o cómoda. En los días que la he usado no me ha resultado molesto hacerlo a una sola mano aunque con limitaciones.
Cuando usas las RX100 III con una sola mano no podrás acceder a su botonera de forma cómoda y seguro. Ni tan siquiera a la ruleta trasera. Pero es algo relativamente comprensible. Por dimensiones y al estar pensada como cámara para apuntar y disparar, realmente pocos cambios de configuración haríamos mientras estamos tomando fotos.
De todos modos, valorando la usabilidad, hemos de decir que la botonera puede resultar algo pequeña. Afortunadamente mejora con el uso del botón C programable con hasta 42 funciones personalizadas y el anillo del objetivo al que podremos establecer qué función realizar (compensar la exposición, modificar los valores ISO, enfoque,…)
Mención especial a la pantalla articulada y el visor integrado. La primera nos permite realizar fotos desde diferentes ángulos de forma más cómoda. Por supuesto, es algo que también podemos potenciar gracias al uso de un smartphone y su mando remoto con previsualización. Pero en el caso de la pantalla, su calidad de imagen y esa opción de poder articularla hasta 180º hacia arriba ayuda mucho, sobre todo para autorretratos o grabaciones de vídeo a uno mismo.
Referente al visor Tru Finder, de reducidas dimensiones puede que sí resulte algo pequeño para algunos usuarios. También el hecho de que sea retractil supone cierta incomodidad pues no es pulsar el botón para que salga y comenzar a disparar. Tendremos que sacarlo y luego extender una parte adicional del visor para ver con claridad. Eso sí, la calidad de la pantalla es muy buena. Todo un acierto para esas situaciones en las que por la luz solar directa sobre la pantalla principal no vemos bien la escena a encuadrar y capturar.
Rendimiento fotográfico
La Sony RX100 III es una compacta avanzada, pensada para que los usuarios más exigentes en temas de calidad, o que buscan opciones propias de las DSLR, puedan encontrarlas aquí. Es una cámara con unas prestaciones altas que gracias a su conjunto de sensor, procesador y lente nos permite obtener grandes resultados.
El sensor Exmor RTM de 20 megapixeles y el procesador Bionz X forman un gran equipo. Tanto la captura como el procesador ofrece imágenes con una buena captura del color y nitidez, resolviendo muy bien el ruido. Sobre todo cuando disparamos a valores ISO altos.
Hasta 3200 ISO es perfectamente usable. Ya con una ISO 6400 el ruido es más notable pero válido si no queremos perder una determinada fotografía.
Respecto a la lente, a pesar de haber perdido rango focal respecto a la generación anterior -pasamos de un 28–100mm a un 24–70mm (equivalentes)- hemos ganado luminosidad en el extremo más alegado. Ahora tenemos una lente con una apertura F/1.8–2.8. Un objetivo que para la mayoría de situaciones resulta muy versátil y que por su luminosidad nos ayudará a salir airosos de situaciones complicadas.
Luego tenemos la velocidad de enfoque. Rápida y precisa, la Sony RX100 III pierde pocas fotos por culpa de un mal o tardío enfoque. Y si somos amantes del enfoque manual podremos aprovechar la opción de focus peaking que permite establecer diferentes niveles de detalle y color; así como la opción de magnificación para ver con detalle el punto que queremos enfocar.
Sin olvidar que podremos recurrir a su flash integrado para compensar o solucionar algunas tomas. Eso sí, personalmente me gustaba más la idea de la generación anterior de integrar una zapata para colocar nosotros un flash externo. Con un objetivo tan luminosos realmente pocas veces he recurrido a él y cuando lo necesitaba mejor hubiese sido poder contar con uno externo.
Rendimiento en la grabación de vídeo
Sí, estamos frente a una cámara de fotos pero que como la gran mayoría también apuesta por la grabación de vídeo y de que manera. Gratamente sorprendido me quedé al ver sus capacidades a la hora de grabar vídeo.
Con opción de grabar vídeo a resolución Full HD, la Sony RX100 III es sin duda una gran opción para todos aquellos videografos que quieren llevar siempre una cámara que les permita grabar con calidad.
Su objetivo tan luminoso permite capturar a una velocidad de obturación 1/50 si grabamos a 25p o 1/100 si pasamos a 50p en multitud de escenarios. Incluso con situaciones de gran luminosidad gracias a filtro ND que incluye.
Sin olvidar un detalle importante: el soporte de XAVC S. Este es un formato creado por Sony que ofrece una mejora importante de la calidad del vídeo al realizar un muestreo de 10 bits y una captura de vídeo con tasa de 50 Mbps.
Por supuesto podremos grabar usando el ya tradicional formato AVCHD. Es más, en muchas situaciones será el que debamos usar debido a que necesitaremos tarjetas SD determinadas. Pero veamos qué diferencias hay entre ambos formatos.
El formato XAVC proporciona una calidad 4K/HD, 4:4:4/4:2:2/4:2:0 y un muestreo de 12/10/8 bits. Esto ofrece importantes mejoras para todo tipo de aplicaciones, en particular las domésticas con una mejora notable de la calidad del vídeo. El motivo principal es que el formato AVCHD está restringido a 24 Mbit/s para 1080 50i/50i o a 28 Mbit/s para 1080 50P/60P con un muestreo de 4:2:0 a 8 bits. Mientras que con XAVC podemos grabar a 1080p y 50 Mbps. Eso sí, ambos emplean la misma tecnología de compresión MPEG–4 AVC/H.264. Y aunque no son compatibles entre sí, la Sony RX100 nos permite grabar incluso de forma simultánea en ambos formatos.
En el análisis en vídeo tenéis una muestra de un vídeo capturado con la Sony RX100 III.
Software y extras
Sony RX100 III, cámara compacta, con conexión Wifi y NFC, ¿qué no le puede faltar? Exacto, aplicaciones. A través de PlayMemories podremos instalar una serie de aplicaciones que tal vez no resulten de los más útil pero ahí están.
Podremos instalar aplicación para subir directamente a Flickr, realizar tareas de etalonaje en vivo, etc. Un extra que ya cada uno valora como mejor crea. Para mi lo más interesante es su función de control remoto. Aunque la pantalla abatible ya sea de gran ayuda a la hora de buscar encuadres o tomas diferentes, el disparador remoto y previsualización a través del smartphone o tablet es toda una ventaja.
Esos sí, ojo con la autonomía porque con estos ajustes activados el consumo se dispara y en cuestión de poco tiempo nos quedamos sin batería.
Conclusiones
Los smartphones han mejorado mucho su calidad fotográfica es cierto. Así como también lo es que una réflex o cámara con ópticas intercambiables nos da mucho juego en temas creativos o simplemente para adaptarse a cada necesidad. Pero la Sony RX100 III ha sido una cámara que me ha sorprendido gratamente.
Muy compacta, cómoda de llevar en nuestro día a día y con una gran calidad de imagen, destacando también su función de grabación de vídeo, la Sony RX100 III es una cámara casi perfecta en su categoría. El precio será lo que principalmente eche para atrás a muchos usuarios. Porque si fuese algo más económica no tengo dudas de que estaría en el top de ventas.
A favor
- Tamaño compacto
- Objetivo muy luminosos
- Conectividad Wifi y NFC
- Grabación de vídeo de gran calidad
- Soporte XAVC S
- Pantalla LCD articulada hasta 180º
En contra
- Botonera muy pequeña
- Visor retráctil resulta algo incómodo
- Ya no integra una zapata para flash externo
- Complicada de manejar con una sola mano
El equipo ha sido cedido para la prueba por parte de Sony España . Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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