Que sí, que seguramente ya vas a poner jamón y poner además lomo te parece un poco repetitivo… Pero no, no es eso a lo que me refiero. Os cuento, el pasado fin de semana estuve en una boda y vi algo que nunca había visto antes en otra.
Muchos recordaréis un episodio de la serie Friends en el que en una boda de la pandilla ponían cámaras en todas las mesas para que los invitados hiciesen fotos. Pues bien, en la que yo fui este fin de semana reprodujeron aquello, pero no con cámaras de usar y tirar, sino con cámaras lomográficas de todas clases.
Sobre cada una de las mesas había al menos un par de cámaras. Muchas de ellas eran Lomolitos, pero otras (con las que mejor me lo pasé) eran Fisheye, Action Samplers, Oktomats... Al poco de terminar de cenar, entre mesas ya nos estábamos cambiando las cámaras para probar las diferentes disponibles.
No sé cómo quedarán las fotos, ya se sabe que en una boda, por motivos evidentes, las cualidades fotográficas descienden… Pero desde luego, seguro que entre los cientos de fotos que hicimos los invitados habrá muchas que si bien no son poemas visuales serán un recuerdo para los novios alternativo, divertido y complementario a “las fotos oficiales”.
La verdad es que me lo pasé muy bien con este detalle y creo que fue una excusa perfecta para la experimentación y, sobre todo, para la risa en las diferentes mesas, además de para socializar con los “vecinos”.
Si ya tenía en buena estima a mis amigos, ambos apegados al tema de la imagen, con esta ocurrencia para el día de su boda me conquistaron más que si hubiesen puesto Ferrero Rocher.
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