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Canon EOS M, análisis

Canon EOS M, análisis
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Mucho se ha resistido Canon a apuntarse a la moda de las cámaras sin espejo de ópticas intercambiables. Desde la primera cámara de este tipo (de la mano de Panasonic) ha llovido mucho.

Y para no perder un carro que no debió dejar escapar, Canon apuesta por una cámara de altas prestaciones dirigida a los potenciales compradores de las Sony NEX 7 o la Fujifilm X-Pro1: la Canon EOS M.

Pero claro, estos usuarios son bastante exigentes, y el primer temor que podría tener yo al probar el primer modelo de este tipo que comercializa Canon, era precisamente que por su poca madurez no llegara a estar a la altura. Pero tras un tiempo probándola, puedo certificar que este temor estaba bastante infundado. Creo que estamos ante una cámara que, con sus pros y sus contras, y sin ser ninguna revolución, va a codearse con las mejores.

Canon EOS M, diseño y ergonomía

Esta es una de las asignaturas que esta cámara aprueba con buena nota. Estamos hablando de una cámara con sensor APS-C, pero de un tamaño muy compacto, y fabricado con aleación de magnesio.

Es sólo una opinión, pero me ha parecido una de las cámaras EVIL más bonitas que he visto. Y además la Canon EOS M se distribuye en 4 colores: negro, blanco, plata (la que se ha probado para este artículo) y rojo.

Canon EOS M

Habiendo dejado claro que el diseño me parece impresionante, otro tema es la ergonomía. Un cuerpo tan exageradamente compacto para una cámara de estas prestaciones, puede ser una ventaja para unos y una condena para otros. Me explico: en esta cámara hay muy pocos botones.

Canon EOS M

Y a mi personalmente me gustaría que hubiera más botones. Depender tanto de la pantalla táctil para manipularla, no me parece lo más ergonómico. Me ha encantado la pantalla táctil, pero no creo que fuera necesario hacer de ella la gran protagonista de la película. Hay demasiadas funciones a las que no parece poder accederse fácilmente desde fuera de ella.

Por ejemplo: se me torna complicada de manejar en situaciones extremas de temperatura en las que hay que utilizar guantes (por ejemplo en la montaña) o como cámara de buceo, segmento en el que Canon es todo un clásico con su gama de G-x. En fin, que yo siempre prefiero que haya botones. Pero todo es cuestión de gustos.

Lo cierto es que este problema lo encuentro en cada vez más cámaras EVIL y es sólo una opinión personal: pero por otro lado si te gustan las pantallas táctiles, esta cámara te encantará. Desde su pantalla podrás enfocar y disparar como si lo estuvieras haciendo con un smartphone.

En cuanto a los menús, son práticamente iguales que los de la serie EOS. Se me antoja, que si el firmware es semejante a estas, no sería extraño encontrarnos en el futuro con una versión de Magic Lantern compatible con este modelo. Pero claro, eso sólo es especular. En cualquier caso, estaría bien porque una opción que no he encontrado en esta cámara es el "Focus Peaking", muy útil si acopláis a la cámara objetivos antiguos y manuales a través de un adaptador. En mi opinión, la ausencia de esta opción es un inconveniente importante, y espero que se solucione en futuras actualizaciones del firmware.

Canon EOS M

Por cierto, y hablando de la pantalla: no es abatible. Echando un vistazo a la competencia es un fallo que muchos no perdonarán. Sobre todo teniendo en cuenta que tampoco tiene visor óptico (ni posibilidad de incorporarlo), y por tanto esa pantalla es nuestra única referencia para encuadrar.

Canon EOS M

La tapa del compartimento de la batería y la tarjeta SD están muy cerca entre sí, algo previsible dado el tamaño de la cámara. Una consecuencia (no es nada preocupante) de esto es que no se puede abrir si montáis la zapata del trípode (y con esto quiero decir la zapata más pequeña que os podáis imaginar).

En otras cámaras provistas de empuñadura lateral con espacio para la batería, como la NEX, no existe este inconveniente. Pero es un detalle sin importancia y un peaje que hay que pagar por tener una cámara tan pequeña.

Canon EOS M

Hablando de la batería: tiene una duración bastante decente, pero sin hacer grandes alardes teniendo en cuenta su pequeño tamaño y el uso intensivo que hay que hacer de la pantalla táctil.

La nueva montura

Dejando la ergonomía, con sus claroscuros, el resto de aspectos de esta cámara empiezan a gustarme más.

Siendo la EOS M tan compacta, Canon no se podía permitir tener la montura clásica, así que ha adoptado un nuevo sistema más pequeño. Pero la buena noticia, es que por algo más de 100 euros podéis adquirir este adaptador a la montura EF/EF-S.

Canon EOS M

Y esto es un auténtico puntazo para los usuarios que ya tengan equipos de Canon, pues permite montar sobre la EOS M cualquier objetivo conservando todos los automatismos. Y esto ya desmarca a este modelo de la mayoría de los de la competencia, pues gracias a este accesorio la EOS-M dispone en el mercado de más de un centenar de objetivos compatibles. ¿quién da más? Si eres canonista, debes plantearte seriamente esta opción.

Canon EOS M

Con ellos montados, el sistema de enfoque AF Hybrid CMOS ofrece una velocidad de enfoque automática algo justa para vídeo y fotos. Pero este sistema híbrido mezcla la detección por contraste de las compactas con el método por diferencia de fase que se usa en las réflex digitales. Y además es bastante silencioso. En este sentido, poder elegir el punto concreto de enfoque tan sólo dando un toque en la pantalla, está muy bien. La calidad del enfoque (con la salvedad de la velocidad) yo la situaría por delante de la mayoría de cámaras EVIL que he probado.

En cuanto a los objetivos del kit, hay que decir que tienen una calidad muy buena. Muy bien controlados esos viñeteos y esas aberraciones, con buen contraste y nitidez. Nada común en este tipo de objetivos que se suelen regalar de serie con las cámaras.

Canon EOS M

El flash

El cuerpo de la Canon EOS M no trae incorporado un flash, pero en la caja podréis encontrar el nuevo Canon 90EX. Se trata de un flash ultracompacto pero que no renuncia a la potencia que necesita una cámara de la calidad de ésta.

En esta ocasión no se trata del típico flash accesorio tamaño llavero que por su poca potencia acaba en algún bolsillo de la mochila, o peor, en el fondo de un cajón. Es realmente útil, sobre todo si disponéis de más flashes exclavos, ya que puede funcionar como unidad maestra controlada por IR ETTL-II.

Canon EOS M

Por supuesto, un dispositivo de esta calidad debe tener un tamaño considerable, que quizás llama la atención cuando está montado sobre la Canon EOS M. Pero me ha parecido todo un acierto y uno de esos detalles de los que deberían aprender otros fabricantes que montan flashes de juguete en sus cámaras.

Canon EOS M

Vamos con el hardware

Aquí otro de los puntos fuertes de esta cámara, su sensor. Un APS-C 'Hybrid CMOS' que captura imágenes a 18Mpx con la ayuda de un procesador DIGIC5. Todo muy similar al hardware de una de sus hermanas mayores: la EOS 650D, sólo que obviamente, sin espejo. Su rango dinámico está en la línea de lo que se espera en una aps-c de este tipo.

Como suele ser habitual en Canon, el estabilizador de imagen no se monta en el cuerpo sino en las lentes. Esto es algo a lo que los usuarios de esta marca ya están acostumbrados, pero que los usuarios de otras encuentran incomprensible. No obstante, los objetivos que vienen de serie incorporan esta función.

Canon EOS M

En cuanto al ruido a ISOS altas, la cámara se comporta francamente bien. Como podéis ver en esta fotografía (generada a partir del RAW con Adobe Camera RAW y sin reducción de ruido), hasta 1600 el rendimiento es bastante bueno, empezando a notarse ya el exceso de ruido a partir de ISO 3200. El ISO 12800 es forzado, de ahí que veáis tanto ruido.

También os pongo una muestra del detalle a tamaño real para que os hagáis una idea de la nitidez del 18-55 del kit. Las aberraciones cromáticas son inevitables, ya que la fotografía está tomada a contraluz.

ISOS

Conclusiones

Es algo a lo que nos tiene acostumbrados Canon: quizás no hayan creado el mejor producto del mercado, ni el más innovador, pero es un buen producto en general, sin fallos garrafales. Entre sus principales ventajas destacaría la calidad óptica, un estupendo sensor APS-C, el diseño y la compatibilidad con todas las lentes de la gama EOS a través de un adaptador opcional (un guiño hacia sus usuarios tradicionales).

Entre los inconvenientes, que creo que se deben más a que es la primera EVIL que comercializa Canon (llega un poco tarde a este segmento), destacaría la ausencia de visor óptico, el enfoque algo lento con los objetivos del kit, y la excesiva dependencia de la pantalla táctil. También podría indicarse la poca variedad de ópticas nativas (sin el adaptador) para esta cámara.

Una cámara que sin duda recomendaría a los que quieren entrar en el mundo de las cámaras sin espejo de ópticas intercambiables, sobre todo a aquellos que provienen del ecosistema de Canon.

El precio es de unos 800 euros con el objetivo 18-55 y el flash Canon 90EX. Eso sí: si queréis el adaptador EF/EF-S deberéis pagar 150 euros más.

La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Canon. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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