
Cuando allá por el XIX nació la fotografía, la gente se quedó asombrada por la cantidad de detalles que el nuevo invento era capaz de captar y la fidelidad con la que lo hacía. Esto llevo en muchas ocasiones a enfrentar a pintores con fotógrafos, pues en algunos círculos existía la creencia de la superioridad de la fotografía sobre la pintura.
Fotorrealismo Dentro de la corriente hiperrealista hay una rama conocida como fotorrealismo que redunda en el concepto de hiperrealismo, con lo que para muchos ambos términos han pasado a ser sinónimos.
Los fotorrealistas usan como material primario las diapositivas de colores. Tratan de asegurar el paso de la fotografía a la pintura a través del empleo de medios mecánicos tales como la proyección de transparencias o retículas sobre las telas. Los resultados son conseguidos aplicando con aerógrafo finas capas de pintura y gracias al uso de nuevos materiales tales como pintura acrílica, látex y resinas sintéticas.
Richard Estes
Aún estando tan próximo a la fotografía él se considera un pintor tradicional, y la meticulosidad con la que lleva a cabo su trabajo ha llevado a muchos a emparentarlo con la técnica de los pintores flamencos del XVII.
Sus composiciones están formadas por diversas tomas fotográficas que él mismo realiza y a las que también aplica dibujo, aportando así información suplementaria al espectador y resueltas generalmente con pintura al óleo. El resultado son imágenes reales para el ojo humano pero científicamente incorrectas.
Así consigue esas visiones brillantes de las grandes ciudades, ya sean las calles, los establecimientos, fachadas de edificios, carteles luminosos, cabinas telefónicas, etc. que llevan detrás la huella iconográfica pop.
Aquí os dejo algunas de sus obras, que hablan por sí solas.
Gracias Antonio, por tu pista. Colaboración | Diana Mariño Blanco