James Nachtwey nació en Syracuse, localidad cercana a Nueva York en el año 1948. Sin duda, resulta ser uno de los fotógrafos más impresionantes por su trayectoria a lo largo de todos conflictos internacionales de los últimos 30 años. De personalidad callada y sin buscar la notoriedad casi nunca encuentra la fotografía a través de la Asociación a favor de los derechos civiles y la huella que deja en él la conocida guerra de Vietnam allá por el año 1970. Nombrar a Nachtwey es hacer referencia a uno de los grandes maestros del fotoperiodismo moderno.
Licenciado en Historia del Arte y Ciencias Políticas por la Universidad de Darmouth, son sus primeros trabajos basura los que le habilitan para gestionarse los recursos para estar en el momento adecuado años más tarde. Es de esas personas con recursos, con habilidades, con un don para salir de los momentos más difíciles. Cuentan que su primer trabajo como fotógrafo de un periódico fue allá por el año 1976 para unos años después trabajar como fotógrafo freelance donde culmina uno de sus primeros y brillantes trabajos en Irlanda. El comienzo de una carrera brillante.
Hay un trabajo que hacer ... contar la verdad. ¡Lo que deseo es despertar a la gente!
James Nachtwey, el hombre
Es incontable la cantidad de conflictos armados que Natchwey ha cubierto por todo el planeta. Pero su trabajo no se queda relegado a este tipo de conflictos: el hambre, el sida o el medio ambiente son sus otras preocupaciones principales. Eso sí, siempre teniendo como base de operaciones su querida y amada Nueva York.
Entre sus principales colaboraciones están: Magnum y Time. Con la primera desde el año 1986 hasta el 2001 cuando crea su propia agencia llamada VII Photo Agency. Con la segunda, resulta ser uno de sus fotógrafos de cabecera así como uno de los que más prestigio le otorga a la publicación, colaborando habitualmente con ella.
De hecho, uno de sus trabajos, más reconocidos, ha sido publicado 10 años después del atentado del 11 de Septiembre en Nueva York. Natchwey se encontraba allí en esa fecha, en el 2001 y numerosos rollos de película han visto la luz de esa manera una década después.
Premiado en numerosísimas ocasiones, incluyendo el World Press Photo en los años 1992 y 1994 o las cinco veces que ha sido galardonado con la medalla de oro Robert Capa, Nachtwey lleva escrita la honestidad en sus imágenes. Siempre educado, siempre testigo, alza la voz a través de sus imágenes tan pronto de una familia, como de un grupo de manifestantes.
James Nachtwey, el fotoperiodista
Por encima de cualquier otra consideración la fotografía de Nachtwey es dura. Uno no puede quedarse ante sus imágenes indiferente, es absolutamente imposible. Según ha relatado en algunas entrevistas, incide en que la opinión pública necesita el conocimiento de los temas que trata y que para él la fotografía es una herramienta útil para concienciar y cambiar el mundo.impactantes como la que vemos a continuación.
Quiero que mis imágenes queden al margen de consideraciones políticas y conecten a un nivel humano.
Es precisamente, en ese punto de partida, donde la fotografía de Nachtwey crece hasta el monte Olimpo del fotoperiodismo agitando las conciencias. Si uno ve sus imágenes, uno debe ofenderse con el genocidio, la guerra, la limpieza ética. Ofenderse contra el hambre. Sentirse incómodo. No es un entretenimiento. Sus imágenes forma parte de una labor de concienciación al espectador.
Mi trabajo es concienciar a la gente de que son crímenes contra la humanidad.
Sin embargo, no todo son luces en la vida de este gran fotógrafo, como en la vida de cada persona, también hay sombras. Una de ellas ocurre recientemente. En febrero de 2011, Nachtwey contribuyó a un polémico artículo para la Vogue, que ofrecía cierta visión favorecedora de Bashar al-Assad y su familia (conocidas son las relaciones que ha tenido siempre EE.UU con Siria).
Aquel artículo y aquella serie de fotos fueron particularmente objeto de controversia al coincidir en el tiempo con el movimiento de protesta pacífica en el contexto de la llamada 'primavera árabe' y que, al mismo tiempo, fue brutalmente reprimida por los servicios del régimen sirio. Vogue, aunque algo tarde, decidió retirar el artículo de sus páginas. Sin embargo, el artículo, al parecer todavía se puede acceder en la página web de la propia presidencia siria.
A pesar de ello, el trabajo de una vida no puede verse emborronado por aquello. Y es el propio maestro consciente de ello al resumir su propia filosofía de esta manera:
Lo peor es que, como fotógrafo, me aprovecho de las desgracias ajenas. Esa idea me persigue todos los días, porque sé que si algún día mi carrera es más importante que mi compasión, habré vendido mi alma. La única manera de justificar mi papel es respetando a aquellos que sufren. La medida en la que lo logro, es la medida en la que se me acepta, y en la que yo mismo puedo aceptarme
Inferno
"Inferno ", es, sin duda, uno de los mejores trabajos y merece un aparte. Un libro de 480 páginas con imágenes verdaderamente impactantes como la que vemos a continuación.
Este libro es una visita guiada al infierno de la humanidad en donde Nachtwey se ha jugado su vida durante 10 años en lugares como Rumania, Somalia, India, Sudán, Bosnia, Ruanda, Zaire, Chechenia y Kosovo. Ese libro comienza citando el infierno de Dante: "A través de mí, el camino a la ciudad es doliente. A través de mí es la manera de unirse a los perdidos." Toda una declaración de intenciones.
Nachtwey, su trabajo
Me gustaría que su trabajo, si no lo conocías, tuviera su impacto en ti que lees estas líneas de la misma forma que a él le gustaría que la fotografía tuviera un impacto en la opinión pública, cualquiera que fuese el tema que tratara.
Pero es imposible saber en qué medida este tipo de trabajos afecta a la gente. Como a él me gustaría creer que la gente responde a estos estímulos, motivar a la gente a ayudar a otros. Que te afecte a ti, que no te deje indiferente.Vídeo | War Photographer| Premios TED, James Nachtwey Más información | James Nachtweyu
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