Esta curiosa fotografía me hizo pensar por un rato en la forma de hacerla. De entrada puede parecer sencillo, pero creo que me resultaría muy complicado no quemar toda la exposición por culpa de la luna. Así que parto de la base de que se debe tratar de un lugar en el que no existe ningún tipo de iluminación artificial. En esas circunstancias es muy complicado tanto encuadrar como enfocar. Por lo que probablemente el autor enfocó a la hiperfocal y confió en su instinto (o en la propia luz de la luna) para fijar el encuadre.
Evidentemente, la trayectoria de la luna deja claro que la exposición fue muy larga. De varios minutos. ¿No es raro que en una exposición de varios minutos el cielo quede tan oscuro? A mí me parece que sí, por lo que es más que probable que el autor emplease una sensibilidad muy baja, quizás algún filtro y, evidentemente, un trípode. ¿Cómo lo véis vosotros?
Por cierto, se trata de una fantástica fotografía tomada en la isla de Chausey (Francia) en 2008, a través de la cual llegué al resto de trabajos de su autor, Michael Kenna, que bien merecen un vistazo.
Más información | Michael Kenna
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