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Sistemas de backup para fotógrafos (y III)

Sistemas de backup para fotógrafos (y III)
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Foto | Ariasgonzalo de nuestro grupo de Flickr

Cerramos la serie, como prometimos, dando un repaso al almacenamiento online. Vamos a hacer dos grandes grupos: el almacenamiento específico para compartir formatos finales, y el dedicado a almacenar masivamente datos. Siendo estrictos, sólo el segundo nos servirá realmente para hacer copias de seguridad, pero ambos van cogidos de la mano.

Veamos entonces qué puede “la nube“ hacer por nosotros:

Servicios para compartir fotografías

Diferenciamos este tipo de servicios porque se orientan a formatos finales de fotografía (básicamente, JPG), y por lo general tienen un alto componente social. Así, encontramos multitud de herramientas para compartir imágenes, comentarlas, marcarlas como favoritas, discutir sobre ellas, etc., y en algunos casos tenemos una fuerte integración con alguna red social concreta.

El más conocido y ampliamente usado por parte de los fotógrafos es Flickr, que desde hace años es un servicio de Yahoo! (me atrevería a decir que los principales). Inicialmente permite mostrar hasta 200 fotografías divididas en tres álbumes, pero por una cuota anual no tendremos ninguna limitación en número de fotos o en cómo organizarlas.

Homenaje a Flickr

Foto | Javier Román, de nuestro grupo de Flickr

Su principal competidor es Picasa, de Google. Por su facilidad de uso, y por tener clientes oficiales para varios sistemas operativos, se ha hecho un hueco entre los usuarios más casuales, que quieren compartir sus fotografías familiares, pero no por ello deja de ser adecuado para aficionados más avanzados. Ofrece de serie 1Gb de almacenamiento, que podrá ser ampliado previo pago.

Para necesidades más específicas tenemos otros servicios como Twitpic o Posterous, diseñados para compartir imágenes en Twitter (los favoritos desde dispositivos móviles), o como Deviantart, donde se cruzan todas las disciplinas artísticas, y que por tanto será muy útil para el que “toque todos los palos”.

Como indicábamos antes, aunque en determinados casos este tipo de servicios puedan adaptarse a nuestras necesidades de backup (si hacemos pocas fotos, y directamente en JPG, y siendo siempre consciente de sus limitaciones), no sería aconsejable confiar en ellos como único sistema. Por ejemplo, es común que algunos servicios reprocesen las fotos para aligerar su peso, con lo cual estamos perdiendo una cantidad significativa de información.

Servicios para almacenar ficheros

Este tipo de servicios se caracterizan porque trabajan con tamaños muy grandes de datos, permitiendo guardar nuestro archivo completo de fotografías. En muchos casos, dispondremos además de un software que gestionará por nosotros la replicación con el servidor.

The Planet Data Center

Foto | The Planet

En Internet podemos encontrar muchas empresas que nos ofrecen este servicio de backup, con un software personalizado, como es el caso de Memopal, Mozy, Carbonite o Backblaze.

También, podemos acudir al mismo servicio de hosting de nuestra página web para que almacene también nuestros ficheros, aunque en este caso tendremos que buscarnos la vida con los programas. Una solución común (aunque no barata) en este sentido es utilizar el servicio de hosting S3 de Amazon junto con el software Jungle Disk.

Aconsejar uno u otro se escapa de nuestros propósitos, porque la casuística es tan compleja (sistemas operativos, tamaños a replicar, nivel de seguridad requerido, etc.) que tendríamos que hacer una serie de artículos temáticos para ver cada servicio por separado, pero buscando un poco por Internet (y preguntando a nuestro fotógrafo internauta favorito) podréis ir acotando la búsqueda hasta elegir el que mejor se adecue a lo que necesitáis. ¡No hay dos fotógrafos iguales!

La nube: ventajas e inconvenientes

Es fácil pensar en ventajas de esta manera de hacer backup: con el software adecuado no requiere de nuestra intervención, y delegamos la responsabilidad en profesionales que dispondrán de equipos que nosotros nunca podríamos costearnos, con conceptos que van mucho más allá de los que hemos visto anteriormente (sistemas redundantes, cabinas SAN, almacenamiento jerárquico, etc.).

También, al tener los datos en la nube, podremos acceder a ellos desde varios ordenadores, o bien bajándolos de una página web, o, si es posible, replicándolos automáticamente a través de Internet. Si trabajáis frecuentemente con un portátil desde sitios remotos, puede ser un plus bastante interesante.

Para terminar con las ventajas, es habitual que dispongamos de los ficheros borrados durante algún tiempo, con lo que cubriríamos también los fallos humanos o el ataque por programas malintencionados, un problema que veníamos arrastrando de artículos anteriores.

I

Foto | Desirée Delgado de nuestro grupo de Flickr

En cuanto a los problemas, el principal que nos podemos encontrar es que nuestra línea de comunicaciones sea un cuello de botella. Haciendo unos cálculos rápidos, llegamos a la conclusión que con una línea con una velocidad de subida de 512 kilobits por segundo (nada descabellado) nos permitiría subir a Internet un megabyte en 16 segundos, o lo que es lo mismo: un gigabyte en algo más de cuatro horas y media.

Sabiendo que estas velocidades ideales nunca pueden ser alcanzadas, y siendo aún optimistas, podemos estimar que una sesión de fotos en que hayamos gastado una tarjeta de ocho gigas tardará casi dos días en replicarse a Internet, siempre que no apaguemos el ordenador, y que mantengamos la línea de comunicaciones más o menos desocupada.

Si esto nos parece lento, pensad que la carga inicial de datos (si tenemos un archivo fotográfico de varios cientos de gigas) puede eternizarse durante semanas o incluso meses.

Hay que ser también consciente de que le cedemos la custodia de nuestros originales a una empresa. En ese sentido, es esencial tener claras las condiciones del contrato, y cómo podremos reclamar ante cualquier pérdida o filtración de información. Aquí andamos en terreno pantanoso, y la reputación y la trayectoria del sitio serán un factor muy relevante a considerar.

Por supuesto, todos estos factores se aplican a los dos tipos de almacenamiento que hemos visto hoy, aunque no es lo mismo subir 100Kb que 10Gb, al igual que no le pedimos la misma seguridad a una galería que exponga nuestro trabajo que al archivo que vaya a guardar nuestra obra completa, incluyendo los negativos. Una vez más, las recomendaciones son las mismas: usar el sentido común, y combinar varios tipos de backup.

Con esto cerramos esta serie, que empezamos hace poco tostando CDs en casa. Ahora os toca a vosotros comentarnos qué opción habéis elegido. ¿Alguna de las que os proponemos? ¿Una combinación de todas?

Sitios oficiales | Flickr, Picasa, Twitpic, Posterous, Deviantart
Sitios oficiales | Memopal, Mozy, Carbonite, Backblaze, Amazon S3, Jungle Disk

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