La fotografía tan creativa y efectiva de Robert L. Surtees en la película El graduado

La fotografía tan creativa y efectiva de Robert L. Surtees en la película El graduado
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Me ha costado 20 años pero por fin ayer vi uno de los clásicos de cualquier lista cinéfila, "El Graduado", película de 1967 con unos extraordinarios Dustin Hoffman y Anne Bancroft así como un oscarizado por la película Mike Nichols en la dirección.

Si en algo aciertan las películas de Mike Nichols es en la banda sonora, recuerdo siempre el tema que abre la película "Closer" con la canción brutal "The Blower's Daughter" de Damien Rice, del mismo modo que "El graduado" comienza con "The Sound Of Silence" de Simon and Garfunkel, en una secuencia fotográficamente limpia e impecable del protagonista y los títulos de cabecera.

Con esa primera escena uno comienza a ver que hay una intención estética más allá de la adaptación al cine de la novela de Charles Webb. Y es que esos momentos de encuadres creativos gracias a la situación de la cámara en lugares que dan perspectivas poco habituales, convierten la primera parte de la película en un deleite visual que no está usado banalmente sino que empasta perfectamente con lo que vive el protagonista.

Graduado 3

Así tenemos encuadres a través de una pecera, personajes que dan la espalda a la cámara tapando el plano, la mítica escena donde es la pierna de Mrs. Robinson la que enmarca al protagonista en el momento que pronuncia la frase "está usted intentando secudirme", incluida en medio de una secuencia magistralmente compuesta por un juego de luz que incluso llega a ofrecer un contraluz de Ben Braddock al situarse delante del foco.

Ese juego de planos sigue durante toda la primera parte, a través de grabaciones bajo el agua que incluyen la situación de la cámara en el traje de buzo o de planos aberrantes que nos recuerdan al cine de Orson Welles en "Ciudadano Kane", y que en este caso ayudan muy bien a enterder la situación de agobio del protagonista y de torpeza al mismo en ese momento en que cae finalmente a los brazos de Mrs. Robinson.

Sublime el maravilloso devenir del tiempo transcurrido gracias a travellings que nos llevan de la habitación de hotel a la de Ben y de la piscina a la cama, en una serie de situaciones que indican la sucesión de acontecimientos repetidos durante los encuentros veraniegos entre los personajes de Anne Bancroft y Dustin Hoffman.

Con la aparición a escena de la hija de Mrs. Robinson, la película hace un giro hacia tintes más dramáticos y en cierto modo la atención se concentra más en la historia que en ese manejo de la cámara más creativo que veníamos viendo. Aún así y sin ánimo de hacer spoiler para quienes no la hayáis visto, si podemos decir que mantiene algunas secuencias con buenos juegos de luces y sombras, así como algún otro detalle hacia el final de la cinta.

Pero como comentaba, la primera parte del film es absolutamente disfrutable a nivel visual, quizá mi espera haya merecido la pena porque mi manera de verla habría sido distinta hace quince años, y seguramente no estaría hablando de ella en este momento para vosotros. Os invito a verla quienes aún no la habéis disfrutado, mientras me quedo con los acordes de Simon and Garfunkel y su tema compuesto especialmente para la película "Mrs. Robinson" dando vueltas en mi cabeza...

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