Presentarse a un concurso de fotografía es uno de los retos más emocionantes de los aficionados a la fotografía y un aliciente para muchos profesionales. No solo por el premio, que puede ser una bendición para los tiempos que corren, sino por el reconocimiento al esfuerzo. Hoy vamos a ver cómo presentarnos a un concurso de fotografía y tener alguna oportunidad de ganarlo.
Dicen, y tiene algo de verdad, que lo importante es participar. Pero no veáis qué gusto da ganar algún premio de fotografía. Es una maravilla, un motivo más para continuar trabajando. A los aficionados les confirma que van por el buen camino y a los profesionales nos sirve de reafirmación y de apoyo económico.
Pero no es fácil ganar un concurso. Y es complicado elegir en cuál participamos. Porque nos gusta el premio, por el tema del mismo, por quién lo organiza... Como concursante hay que fijarse en las bases con detenimiento para descubrir si es un concurso que apuesta por promover la fotografía o simplemente tiene otros objetivo oscuro. Y por supuesto para cumplirlas, porque no todo son derechos, sino también obligaciones.
Nuestras obligaciones como concursantes
Un concursante debe leer las bases de arriba abajo varias veces para asegurarse de que ha entendido todo. Es fundamental cumplir todos los requisitos.
He sido jurado en varias ocasiones. Y siempre hemos tenido que descalificar a muchos participantes por no cumplir las normas. Siempre hay fotos más pequeñas, más grandes, con paspartús de colores, de mala calidad técnica (una vez llegó una copia en un folio)... Si seguimos las bases pasaremos la primera criba sin problemas.
Es sumamente sencillo y aunque te parezca que no tiene sentido, no queda más remedio que cumplir. O simplemente no participar. También existe la posibilidad de llamar por teléfono y preguntar. Normalmente no suele pasar nada y te responden sin problemas si tienes alguna duda sobre las bases.
Si queremos avanzar en el concurso ayuda mucho que nuestro trabajo sea una serie. Que se vea que nuestras fotografías son fruto de una idea preconcebida. Que estén unidas estilísticamente o temáticamente. No tiene sentido presentar una foto de un perro y otra de una puesta de sol porque quedaron muy bonitasc si no tienen sentido juntas.
Un buen jurado siempre busca recompensar el esfuerzo que supone crear una serie de 3 o 5 fotografías. Da igual que el tema sea libre, que sea cerrado o como quiera que lo hayan convocado. Se tiene que notar el trabajo, no la suerte de encontrar momentos sueltos sin relación alguna. Y esto funciona siempre, aunque solo se premie una fotografía.
Y por favor. Es un concurso. Si lo ganamos nos darán una recompensa. Así que las copias tienen que ser de buena calidad. No hace falta un papel baritado de gran gramaje, ni copias gigantescas. Pero sí que resultaría interesante unos requisitos mínimos que permita apreciar todos los matices de color o de la escala de grises. Y una buena presencia de los materiales... Así que una buena copia en RC revelada en un buen laboratorio o en casa en un cartón rígido de papelería técnica con las medidas precisas permite que la fotografía se vea mejor.
Qué debemos vigilar en un concurso
Aunque este artículo está pensando para los participantes puede que sea interesante para los organizadores. Así que atentos a estos puntos que vamos a ver ahora.
Hay que huir de los concursos que ponen en uno de sus puntos que todas las fotografías presentadas formarán parte del fondo de la asociación o empresa. Esto debería ser ilegal y estar prohibido pero mientras haya concursantes que se presenten y quieran regalar su obra, no podemos hacer nada. Es algo que está señalado en páginas como Stop clausulas abusivas, en las que podemos consultar cualquier duda.
En los tiempos de la abundancia pedían fotos en tamaños imposibles. Eso suponía una gasto excesivo para los participantes que muchas veces rechazaban participar por el elevado coste. Ahora afortunadamente encontramos concursos que piden, en un primera selección, las copias en formato digital. Y si pasas de nivel, solicitan la copia en papel en un tamaño lógico y normal.
Hay que estar pendientes de las bases mal redactadas. En la mayoría de los casos son fruto del famoso corta y pega
Aunque persisten los concursos elitistas que piden copias de un metro en dibond para poder participar. Con ignorarlos suele bastar. Así dejamos solos a los ricos que puedan permitírselo. Y conseguir que tengan la sensación de ser grandes artistas porque se han quitado de en medio a la plebe.
Hay que estar pendientes de las bases mal redactadas. En la mayoría de los casos son fruto del famoso corta y pega. Y así trasmite de padres a hijos lo de entregar las fotografías a 72 ppp... pedirlas a 10x15 cm en formato digital y demás incorrecciones técnicas.
Y sobre todo hay que participar en aquellos que encajen con tu forma de ver la fotografía. Algunos se adaptan a lo que piden con tal de intentar ganar. Pero así se pierde la personalidad de cada uno. Serás a lo mejor más rico pero tu estilo será irreconocible.