Seguimos dándole un repaso al mundo de software libre y explorando las principales alternativas para trabajar a lo largo de todo el flujo fotográfico en Linux. En este artículo comentaré el tema que se considera la gran limitación del mundo Linux en el ámbito fotográfico: las herramientas de retoque fotográfico. Y al mismo tiempo, trataré de mostrar que hay mucha gente equivocada en este aspecto.
GIMP, omnipresente
GIMP es el software con más solera para retocar fotografías en Linux. En general es un software muy completo que prácticamente puede hacer lo mismo que hace Photoshop. Sin embargo, posee algunas limitaciones que los profesionales no perdonan. Limitaciones que en general se deben a que el equipo de desarrollo de este programa estuvo durante algún tiempo bajo mínimos, lo que provocó que al final el proyecto quedase algo desfasado.
Recientemente se han puesto las pilas. Tras una última versión 2.8 repleta de mejoras, es inminente una nueva release que incorpore esas carencias históricas que los usuarios ya venían demandando: mejor gestión de color, 32 bits por canal, manejo de pinceles más eficientes y un repaso a la usabilidad. Todo ello será posible gracias a un nuevo motor llamado GELG que ya está funcionando en la versión inestable de GIMP.
Pese a ello, todavía, y a la espera de esa versión definitiva, es una alternativa muy a tener en cuenta. Pese a que de forma nativa no cuenta con esa gestión de color completa, es posible conseguirla instalando algunos plugins (paquetes create-resources, separate+...).
Krita, o lo que a GIMP le gustaría ser
Krita es una aplicación originalmente concebida para ilustradores. Pero es suficientemente completa como para trabajar como herramienta de retoque fotográfico. Al ser bastante nueva, no incorpora vicios o características anticuadas de otros programas como GIMP, o incluso Photoshop: ya incorpora una gestión completa del color (muy sobresaliente), es capaz de trabajar con fotografías con profundidad de color hasta 32bits por canal (en entero y coma flotante) y todas las herramientas que puede necesitar un retocador. Además cuenta con soporte para aceleración por OpenGL lo que le permite mover, rotar, hacer zoom y editar imágenes gigantescas. Las capas de ajuste y máscaras de capa van más allá que las de Photoshop: cualquier filtro se puede convertir en capa de ajuste. Y los pinceles son un mundo nuevo, que pone en apuros en algunos aspectos al software de Adobe.
En Krita tenemos distintos tipos de pincel. El clásico es idéntico al pincel de Photoshop tal como lo conocemos, con la misma cantidad de opciones y modos. Pero en Krita hay más tipos de pincel: emborronar, clonado, pincel de pelo, entramado y filtros. Los dos primeros son obvios, el primero es el "dedo" de photoshop y el otro el tapón de clonar. El que es realmente curioso es el pincel de filtro que nos permite tener un pincel que aplica un filtro con la brocha: algunos son quemar, blanquear, muchos tipos de enfoque y desenfoque o pixelizar. Como véis, el planteamiento es un algo diferente a Photoshop: en vez de tantas herramientas diferentes, plantea una sola (el pincel) altamente personalizable. Eso da lugar a una interfaz mucho más minimalista, coherente y ordenada. Y además nos puede ayudar a no tener que abusar de tanta máscara de capa (con el consiguiente ahorro de memoria).
La interfaz, pese a ser muy diferente a Photoshop, es bastante intuitiva. A los pocos usos uno ya se conocen perfectamente todas las herramientas de la paleta (aunque es cierto que la primera vez que la abres decepciona y preocupa erróneamente su minimalismo). Hasta hoy, la única herramienta de Photoshop que he echado de menos aquí es la de "Fill Content-Aware" (hay que reconocer que fue todo un acierto por parte de Adobe de cara a los fotógrafos). Sorprende que una aplicación con tan poca edad sea tan madura. Los ilustradores, ya la consideran todo un referente. Y un detalle más: está optimizada para adaptarse perfectamente a vuestro trabajo con tabletas Wacom.
Photoshop + Wine
Para aquellos que no tengan prejuicios respecto al software privativo o que símplemente no quieran renunciar a Photoshop, deben saber que es posible ejecutarlo desde Linux. Ello es gracias a Wine, un software para Linux que permite ejecutar programas de Windows.
En el momento de escribir estas líneas, la versión CS6 ejecuta perfectamente en un Linux Ubuntu 12.10 con Wine. Sobre esto, nada más que comentar salvo que me dió la sensación de que en Linux corría un poco más fluido que en Windows, algo que me resultó curioso. El motivo probablemente está en que Linux es mucho más ligero que Windows, lo cual compensa la pérdida de rendimiento que podríamos experimentar al ejecutar un programa con Wine.
Conclusión
La fase de retoque es una de las que más problemas ha planteado históricamente a los usuarios de Linux, por falta de alternativas al software de Adobe (que se niega a portar su aplicación a Linux, pese a que sería extremadamente sencillo para ellos). Sin embargo, la perspectiva de una nueva y revolucionaria versión de GIMP y el avance imparable de Krita dan un soplo de aire fresco a los usuarios. En cualquier caso, si aún así no estás satisfecho con ninguna de estas opciones, siempre puedes ejecutar software de Windows en Linux gracias a Wine.
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