Tras uno meses de ausencia en esta sección y tras recibir peticiones y preguntas sobre si pretendía continuarla, he vuelto a traeros Inspiración cinematográfica. Posiblemente no sea una entrega semanal, como fue durante los anteriores meses, pero espero que si pueda serlo cada quince días.
Dejando de la lado las “bienvenidas” toca entrar en materia. En la última entrega de la sección analizamos la película Gangs of New York, film dirigido por Martin Scorsesse, y con Michael Ballhaus en el apartado de dirección de fotografía. En dicho análisis, veíamos como podía ser una gran película para inspirarnos en fotografía social o reportaje.
Pues bien, nuestra “segunda temporada” comienza con otra película de época y sin movernos de territorio estadounidense. El largometraje que estudiaremos es Camino a la Perdición, dirigida por Sam Mendes, director que quizá os suene por ganar el Oscar por American Beuty, e iluminada por Conrad L.Hall, fallecido al año siguiente del estreno del film.
Nos encontramos en norteámerica, en los peores años de la Gran Depresión (años 20-30) y en los que las mafias campaban a sus anchas por gran parte del país. Al Capone era uno de los hombres más poderos del momento, y todo ello gracias a jurisdicciones como la ley seca. El protagonista, Michael Sullivan (Tom Hanks), trabaja para una familia de mafiosos, que tras varios ajustes de cuentas acabaran por matar a su mujer y a uno de sus hijos. Michael vengará está acción, y tras ello escapará para proteger a su otro hijo y poder darle una vida mejor que la que él ha llevado.
Planos, encuadres, técnicas creativas…
Sin duda Sam Mendes arriesgó y mucho al aceptar esta película tras American Beuty; pero al ver la gran fluidez con la que consigue “mover” a los personajes por la pantalla, y la excelente colocación y elección de los planos no me extraña que su figura subiera aún más enteros como director en Hollywood. Estamos ante una película que juega con detalles muy precisos en sus planos más cortos. Ese tipo de planos consiguen albergar parte de misterio en ellos no siendo meros planos descriptivos, sino planos con una pequeña “historia” viva en ellos. Esta es una de las grandes bazas de esta película, conseguir que jamás te desligues de la historia.
En cuanto a los planos medios, Sam Mendes tuvo muy claro con todo aquellos a lo que se podía enfrentar, y no quiso dejar pasar la oportunidad de llevarlo al extremo. Mostrar a muchos personajes en escena no es tarea fácil y él supo hacerlo realmente bien, ayudándose de una iluminación brillante y una perfecta composición en todo momento que es lo importante dentro de todo el plano. Planos muy cargados a veces pero perfectamente ordenados visualmente.
Pero si un plano reina por encima de todos es el plano americano. En un momento en el que las armas eran fieles compañeras, mostrar a una persona hasta las rodillas debía ser casi obligatorio; y eso es justamente lo que Sam Mendes no desvirtúa. Sensacional elección y brillante composición.
Los planos subjetivos junto con sus respectivos contraplanos hacen que la película sea más fluida e intrigante de lo que podríamos esperar. Los diálogos con más carga emocional o con más tensión nunca nos dejan ver a más de una persona en pantalla, lo que unido a encuadres muy cerrados (primeros, e incluso primerísimos primeros planos) consigue acentuar más el conocimiento de cada personaje ante el público.
Dentro de los aportes creativos, cabe mencionar el uso del primer plano desenfocado. Hay que reconocer que es realmente difícil realizar bien este tipo de técnicas, pues pueden ser tan estéticas como problemáticas; y es que la atención del espectador se puede desviar notablemente si el peso visual es demasiado alto. Por tanto, su colocación, movilidad y, porque no decirlo, color, son puntos que Mendes sabe manejar perfectamente para añadir un plus más la dirección del film.
Iluminación
Posiblemente estemos ante el apartado más importante de la película. Puede que, por ello, fuera el único Oscar que se llevó de las seis nominaciones que obtuvo. En definitiva, ver Camino a la perdición es entrar de lleno en el mundo que nos contaba en su novela Max Allan Collins y que ilustraba Richard Piers Rayner. Gran parte de esto último lo consigue el maestro Conrad L.Hall, que años atrás había sido premiado por American Beauty en esta misma categoría.
Los colores fríos de toda la película, el predominio de marrones dejando patente la época y una luz misteriosa, a la par que multiples veces inquietante, son los puntos fuertes de toda la belleza visual que desprende Camino a la perdición.
La iluminación en gran parte de la película mezcla luces duras con luces suaves y tamizadas, lo que nos hace ver que el control de la luz es exquisito. La simpleza con la que aparenta al verse en pantalla es producto de la naturalidad con la que parece mostrarse la luz en todo momento.
La sutileza, en muchos casos, con la que están separados los personajes del fondo en momentos en que la luz es más suave gracias al contraste de colores, se conjuga con la luz localizada (sobre todo en interiores) de una manera más que sublime. El uso de elementos, como la lluvia, el humo, etc… nos dejan una luz con personalidad propia durante toda la película.
Mención aparte merecen las escenas nocturnas de todo el largometraje, para mi gusto toda una delicia visual en las que Conrad supo moldear y asemejar la luz al entorno a las mil maravillas. Contraluces usando perfectamente el entorno, como por ejemplo las luces de coches, luces de farolas cayendo sobre el suelo, o luces del interior de las viviendas con tonos cálidos (las cuales contrastan con los tonos fríos de toda la película, ejerciendo un papel muy rico para su visualización a la par que psicológico), son sólo unos de los ejemplos que podéis observar sobre la luz en estas situaciones.
En definitiva, un juego magistral de la luz, tanto en su ambientación como en el apartado psicológico. Es muy difícil conseguir reunir todas las características técnicas de una buena iluminación (separación de personajes, iluminación de puntos de interés, elección de contrastes…), junto con un perfecta iluminación artística (ambientación, psicología del color y de la luz,…). Esto último es lo que hace diferenciarse a los buenos directores de fotografía del resto, pues hacer esto realmente bien y sin que se note es bastante complicado.
Como curiosidades de esta película os diré la que creo que nos ataña más por ser de ámbito fotográfico; y es que el personaje que interpreta Jude Law está basado en el famoso fotoreportero Arthur Fellig, al que todos conocemos por Weegee (nombrado varias veces en XatakaFoto). Incluso en la propia película podéis ver fotos del propio Weegee en la casa del personaje.
Como segunda y última peculiaridad os diré que, el título en inglés tiene más sentido que en español, pues Camino a la perdición y Camino a Perdición se escribe igual en inglés (Road to Perdition) pero no en castellano. Esto hace que el doble sentido en inglés sea más que evidente, ya que al pueblo al que Michael Sullivan lleva a su hijo para protegerle se llama Perdición.
Como siempre os he comentado, en esta serie de artículos no pretendo hacer un análisis exhaustivo de la película, simplemente daros unas pequeñas pistas para que vosotros la visionéis y tengáis puntos de partido en los que fijaros para inspiraros. Son temas de los que podría estar escribiendo mucho más, pero considero que estos post están enfocados más al aprendizaje posterior que al análisis minucioso.
No dejéis de pasaros a leer los anteriores artículos de la sección, y espero que mostréis vuestras impresiones sobre las películas y vuestra inspiración en ellas.
En Xataka Foto | Inspiración cinematográfica
En Blog de Cine | Camino a la perdición
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