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Recordemos calibrar nuestros monitores periódicamente para que nuestras imágenes se vean bien entre dispositivos

Recordemos calibrar nuestros monitores periódicamente para que nuestras imágenes se vean bien entre dispositivos

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Recordemos calibrar nuestros monitores periódicamente para que nuestras imágenes se vean bien entre dispositivos

A muchos nos ha pasado que llevamos varias horas frente al ordenador editando una imagen,. Pero, al subirla o enviarla al cliente revisamos en otro dispositivo y hay algo extraño en el resultado. Nuestra imagen no tiene el color correcto, hay un tinte o una virada general. ¿Qué puede estar ocurriendo?

En una primera instancia revisamos que no se haya activado el modo de protección de los ojos, lo que usualmente resulta en que llevemos todo a un tono extremadamente frío. Algunos que tenemos anteojos con el filtro azul que nos receta el oftalmólogo también caemos en esos errores cuando se nos olvida revisar el trabajo sin ellos. Sin embargo, la causa más común es que llevamos un buen tiempo sin calibrar nuestro monitor.

Así que, a sacar el calibrador y hacer una pasada.

¿Por qué hacerlo?

Como mencionamos en una entrada anterior, calibrar a nuestros monitores es de suma importancia para mantener una calidad de trabajo óptima. Es nuestra forma de asegurar que nuestras imágenes son correctas en cuanto a tono, independientemente de quien vea la imagen esté desde un móvil, un televisor, un monitor ajustado o una pantalla distinta. Evita la pelea del cliente sobre que ellos lo ven ‘como raro’ o ‘sin el tono de la empresa’.

Si bien dos pantallas no van a reproducir el mismo color, un buen trabajo de calibración nos permite tener una imagen que se va a ver de manera óptima alrededor de varios dispositivos. Las pieles se ven correctas, los tonos de la escena se ven bien y si hay dominantes de color son aquellas que ponemos a propósito.

importancia de calibrar nuestros monitores

Está claro que cada pantalla tendrá variaciones leves (de contraste y tono) dependiendo de la tecnología de la misma. Una pantalla OLED usualmente tiene más saturación y contraste que una pantalla retroiluminada LED, una pantalla HDR tiene un mayor rango de tonos que una pantalla estándar de hace algunos años. No es lo mismo ver una imagen afuera bajo la luz del sol en el móvil que dentro de la casa, por cómo el ambiente afecta lo que vemos.

Con tantos elementos al azar en nuestra audiencia, la verdad se la debemos dejar a la ciencia del color a través de la calibración.

Un recordatorio de hacerlo

Tengamos la costumbre de mantener calibradas nuestras pantallas. No solo mejorará la calidad de nuestro trabajo, sino que será consistente y eso da una mejor imagen de nosotros como profesionales de la imagen.

Los calibradores ya no son tan costosos como lo eran antes: el i1Display Pro de X-rite tiene un costo de 225€ por Amazon España; el kit de aniversario del SpyderX de Datacolor está en 210 € (por tiempo y unidades limitadas) con envío a España (desde la página oficial) y viene con una carta de color y un Spyder Cube para tomar muestras de color en la escena. Ambos cuentan con software muy completo y sencillo de usar para la calibración.

X-rite i1Display Pro - Calibrador y perfilador de pantallas y monitores

Sin embargo, también hay dispositivos de segunda mano mucho más económicos, que pueden ser combinados con un software de licencia libre como el DisplayCal. Son una inversión no muy grande que nos trae muchos beneficios .

Una vez tengamos nuestro dispositivo, podemos realizar una calibración periódica. Una buena práctica es no dejar pasar más de tres meses entre calibraciones, así que podéis programar alarmas que os recuerden hacerlo.

¿Vosotros, cada cuánto calibráis vuestros monitores?

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