El Peleng 8mm f3.5 fisheye es un peculiar objetivo que se ha ganado su fama a pulso. Con tan sólo 8mm de focal, este Ojo de Pez tiene un ángulo de visión de 180º y sirve para todas las principales monturas de cámaras réflex. Desconocido por muchos hasta ahora por distribuirse exclusivamente desde Bielorrusia, muchos sienten especial curiosidad por él ahora, cuando el Peleng va a comenzar a distribuirse en España. He estado usando este objetivo durante aproximadamente dos años y creo poder hacer un repaso de sus características, ventajas e inconvenientes.
Especificaciones técnicas:
El Peleng es un objetivo completamente manual, que se viene fabricando desde hace casi 40 años en Bielorrusia, antigua provincia de la Unión Soviética. Tiene un diseño óptico de 11 elementos en 7 grupos, y una construcción metálica de gran resistencia. Pese a su peso, cercano a los 400 gramos, este Ojo de Pez tiene un tamaño muy compacto, de unos 6×7 centímetros, por lo que no ocupará apenas espacio en nuestra mochila.
Con una apertura máxima de f3.5, el objetivo puede diafragmarse manualmente hasta f16 usando dos anillos, uno en el que se indican las posiciones del diafragma, y otro que bloquea o desbloquea la apertura seleccionada. Su distancia mínima de enfoque de tan sólo 22 centímetros y su ángulo de visión de 180º permiten lograr perspectivas y composiciones casi imposibles. Está disponible para las principales monturas de cámaras réflex (Canon, Nikon, Sony, Pentax, Olympus…) y puede usarse tanto en cámaras de sensor APS-C, como Full Frame y Cuatro Tercios.
Canon EOS 350D y Peleng 8mm, 30 segundos, ISO 200
Lo mejor del objetivo:
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Las posibilidades creativas que ofrece su focal y distorsión. En una cámara de sensor completo, el Peleng ofrece una imagen circular de 180º de visión en todas direcciones. En una cámara de sensor APS-C esa imagen se recorta, llenando casi por completo el fotograma (excepto las esquinas). En una cámara del sistema Cuatro Tercios, la imagen proyectada cubre todo el fotograma. En todos los casos, el ángulo de visión es máximo, y su distorsión, diferente a lo que estamos acostumbrados. Mirar a través de un Ojo de Pez te hace descubrir fotografías donde ni siquiera sospechabas que podrías encontrarlas.
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Su calidad de imagen. Aunque muchos piensan que el Peleng es un juguete, su calidad de imagen es bastante buena, y posiblemente mejor que la de algunos grandes angulares y ojos de pez. Aunque a la apertura completa su calidad no es nada del otro mundo, en cuanto cerramos el diafragma a f5.6 la calidad mejora exponencialmente.
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La gran profundidad de campo. Estamos acostumbrados a mirar por el objetivo y enfocar. Y si usamos algún objetivo manual de 50mm, estamos también acostumbrados a que en ocasiones alguna foto nos salga desenfocada por la falta de precisión de los visores réflex actuales. Sin embargo, y aunque muchos no se lo creen hasta que lo prueban, con el Peleng no es necesario enfocar, gracias a su gran profundidad de campo. Fijando la distancia de enfoque en 1 metro, sale perfectamente enfocado todo lo situado a más de 50 centímetros, con cualquier apertura de diafragma.
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La posibilidad de corregir su distorsión con software. No todo el mundo puede permitirse tener un objetivo gran angular y un ojo de pez. Es por eso que contar con ciertos programas o herramientas capaces de corregir la distorsión del ojo de pez es una gran ventaja para muchos. Gracias a esto en ocasiones podemos tener fotografías con la perspectiva completamente corregida a costa, eso sí, de sacrificar algo de ángulo de visión y de calidad de imagen en las zonas alejadas del centro.
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Su precio. Cuando la gente busca en foros y descubre que hace años se vendía a poco más de 150?, algunos se tiran de los pelos. Hoy, aunque por la ley de la oferta y la demanda ha subido de precio, aún se encuentra a un precio muy competitivo, y muy inferior al del resto de sus competidores. El Peleng hoy se puede adquirir por unos 300-340? a través de ebay, y dependiendo de las monturas. Desde hoy, además, se puede adquirir en España por unos 320? aproximadamente.
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Es friki y es retro. No nos engañemos: lo friki nos gusta. Está muy bien tener un objetivo moderno, pero ¿es que acaso no tiene atractivo usar un objetivo manual soviético de metal diseñado hace 40 años en nuestra cámara digital?. Más aún si sus fotos son impactantes y de calidad.
Canon EOS 350D y Peleng 8mm, 1/400, ISO 400
Lo peor del objetivo:
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El anillo lock-unlock. A los ingenieros que diseñaron el Peleng se les ocurrió poner un anillo que permitiera pasar con rapidez de la apertura total (para poder encuadrar con facilidad) a la apertura seleccionada en el anillo principal. Esto no empeora nuestras fotos, ni supone una complicación real a la hora de tomarlas, en absoluto. Pero sí puede suponer una incomodidad para algunos, ya demasiado acostumbrados a los automatismos, o al menos hacer que algunas fotos nos salgan mal expuestas, hasta que nos habituemos al uso de ese anillo. Un mal menor, pero que no podemos dejar de comentar.
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Hay que tener cuidado con la lente frontal. Por su diseño, apto para proyecciones circulares de 180º, su lente frontal sobresale. Debido a esto, y a la imposibilidad de usar filtros sobre ella, esta lente es propensa a sufrir roces, si no se tiene cuidado. La tapa, aunque suele incorporar una goma con cierta adherencia, la mayoría de las veces no se sujeta por completo, por lo que al guardarlo en la mochila es bueno meter el Peleng dentro de un calcetín o funda.
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Su focal puede ser demasiado extrema a veces. Su principal cualidad puede ser también su principal defecto, dependiendo de las fotografías que hagamos. No todas las escenas quedan bien al fotografiarlas con un objetivo de 8mm. Algunos hemos hecho cientos de fotografías con este objetivo, mientras que otros lo usan sólo en ocasiones muy puntuales, como harían con un gran teleobjetivo.
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Con tanto ángulo, es difícil controlar la exposición. Al fotografiar un paisaje, por ejemplo, con 180º de visión, es fácil que el sol termine apareciendo por alguna esquina. Del mismo modo, es complicado que una escena de interior esté homogéneamente iluminada. Mientras que la luminosidad de una escena captada por un teleobjetivo suele ser bastante similar en todo el encuadre, con un objetivo gran angular u ojo de pez nos costará más exponer la escena sin quemar unas zonas o sobreexponer otras. Es cuestión de habilidad, de tener un buen rango dinámico en la cámara y, si sueles usar trípode, de combinar varias tomas en el postprocesado.
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Caer en el efectismo es muy tentador. Cuando uno usa un Peleng y ve que cualquier foto despierta admiración entre los que la miran, es muy tentador caer en el efectismo. De esta manera, uno comienza a creer que cualquier fotografía, si es captada por un ojo de pez, resulta más interesante. Esto mismo ocurre, en una medida bastante similar, por los angulares extremos. En ambos casos es necesario convencerse de que el protagonista de la imagen no debe ser el objetivo, sino el sujeto fotografiado, para poder seguir mejorando y no estancarse en los primeros resultados.
Canon EOS 350D y Peleng 8mm, 1/40, ISO 100
¿Me interesa?:
Llegado este punto, y tras ver algunas fotografías que este objetivo es capaz de capturar, muchos se plantean si su próxima adquisición será un Peleng. Junto al presupuesto, el principal factor determinante suele ser saber si se usará mucho el objetivo o si uso sería tan esporádico que no merecería la pena.
En mi opinión, un Peleng, o un ojo de pez en general, tiene una gran aplicación en fotografía de paisajes, incluso aventajando a los angulares extremos. Aquí la distorsión no suele notarse, si se presta atención a la posición del horizonte o se corrige después, y evita las pronunciadas fugas que los angulares extremos producen en cuanto inclinamos la cámara hacia arriba o abajo. En fotografía de arquitectura también puede tener su aplicación por su gran ángulo de visión y ausencia de fugas. El interior de catedrales, grandes edificios e incluso estaciones de tren o metro, al fotografiarlos con un Ojo de Pez, ofrecen una perspectiva que no deja indiferente. En estas circunstancias un Peleng ofrece gran versatilidad, ya sea por su ángulo de visión, o por poder disparar con él a velocidades realmente bajas sin trípode y sin trepidación. En fotografía social y de reportaje, un Peleng puede ser un complemento perfecto a las focales más tradicionales. Una fotografía tomada con un ojo de pez puede aportar un aliciente adicional a una imagen callejera, o romper la monotonía del reportaje de una boda.
Algunos consideran que el Peleng, o cualquier ojo de pez, es un juguete que termina guardándose en el armario. Sin embargo, según mi experiencia, y la de otros aficionados que conozco, el uso que se le de al Peleng viene sólo limitado por la creatividad del fotógrafo, y sus ganas de experimentar y divertirse con la fotografía. Cuestión de opiniones, supongo.
Canon EOS 40D y Peleng 8mm, 1/200, ISO 640
Opciones alternativas a este objetivo:
Posiblemente, quien considere adquirir un Peleng, también haya pensado en otras posibilidades:
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Adaptadores de Ojo de Pez. Estos adaptadores, mucho más baratos que cualquier objetivo convencional, suelen estar diseñados para colocarse sobre la lente frontal del objetivo del kit, y tratan de recrear el efecto de la distorsión de un ojo de pez. Sin embargo, su calidad de imagen suele ser demasiado mala como para imprimir las fotografías incluso a tamaños pequeños, y sí que puede terminar convirtiéndose en un juguete de escasa utilidad.
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El Tokina 10-17mm f3.5-4.5 fisheye. Este objetivo, de reciente aparición, es el primer zoom con características de ojo de pez. Gracias a esto, su ángulo de visión, mucho más reducido que con un Peleng, le confiere mayor versatilidad, por conseguir con él resultados más convencionales que con un Peleng. Es un 50% más caro, tiene una calidad de imagen similar a la del Peleng, y posiblemente ambos comparten problemas con las aberraciones cromáticas. Sin embargo, y en mi opinión, no son comparables. Al igual que no es posible comparar un 50mm fijo con un 70-200mm, tampoco es posible comparar un 8mm con un 10-17mm. He tenido ambos objetivos, y creo que pueden ser complementarios para un uso exhaustivo, aunque aún se complementan mejor un Peleng y un angular extremo rectilíneo, una combinación que considero idónea.
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El Sigma 8mm f3.5 fisheye. Este objetivo comparte focal y luminosidad con el Peleng, aunque puede costar más del doble. ¿Su ventaja? sus automatismos y posiblemente el control de calidad de Sigma, presumiblemente mejor que el de Belomo, del que conocemos bien poco. Aunque respecto a la calidad de imagen no hay comparativas 100% fiables que permitan extraer conclusiones fiables, algunos análisis hechos por aficionados establecen un empate técnico entre ambas lentes, e incluso a veces ventaja a favor del Peleng.
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Un objetivo gran angular extremo. Casi todos los fabricantes tienen ya en el mercado angulares rectilíneos de focales cercanas a los 10-20mm o 12-24mm, algunos de gran calidad. Sin embargo, ambas alternativas tienen grandes diferencias. Por un lado, un Peleng 8mm tiene un ángulo de visión muy superior al de cualquier gran angular. Por otro lado, los grandes angulares ofrecen una proyección rectilínea, que nada tiene que ver con el efecto de ojo de pez. Suelen costar entre un 50% y un 150% más que un Peleng.
Canon EOS 30D y Peleng 8mm, 1/30, ISO 1600
Conclusión:
El Peleng 8mm f3.5 fisheye es un gran objetivo, de buena calidad, precio sin competencia y un amplio abanico de posibilidades creativas. Sin embargo, su focal tan extrema no lo convierte en un objetivo que pueda llevarse montado continuamente en la cámara. Dependiendo del tipo de fotografía que hagas, y de tu predisposición a corregir la perspectiva y completar el fotograma completo con el postprocesado (si usas cámaras de sensor APS-C, en las que las esquinas quedan negras), un Peleng te podrá dar muchas más alegrías de las que esperas, o podrás darle un uso demasiado esporádico. Yo me declaro abiertamente adicto a los 8mm del Peleng, pero hay criterios para todos los gustos.
En Xataka Foto | Peleng 8mm f3.5 fisheye, por fin en España
Fotografías | Bruno Abarca
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