Letizia Battaglia, la fotógrafa que más se acercó a la mafia italiana

Letizia Battaglia, la fotógrafa que más se acercó a la mafia italiana

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Letizia Battaglia, la fotógrafa que más se acercó a la mafia italiana

Nacer en Palermo, Sicilia, en 1935 era hacerlo con el estigma de la mafia que desde 1908 ya operaba en la ciudad italiana, de manera más o menos permitida, bajo una organización llamada Cosa Nostra. Letizia Battaglia decidió mostrar al mundo lo que significaba vivir allí en esos años y documentó de manera excepcional, el mundo de la mafia y sus consecuencias.

Trabajar con, para o cerca de quien no duda en matar a quienes le agravian, aunque este agravio no sea más que una sospecha, es estresante, sobretodo teniendo en cuenta que el trabajo de Battaglia consiste en evidenciar las consecuencias del modus operandi de la mafia y poner cara a los que no quieren darse a conocer.

 

Su historia vital es la de una mujer inconformista, libre y decidida a dejarse llevar por su instinto y sus pasiones. Estudió periodismo y durante años vivió en varias ciudades italianas, entre 1968 y 1974 fue redactora en varios medios, pero principalmente en el diario L’Ora, uno de los principales diarios italianos. Su primera publicación, en 1969, en la que firmó tato de redactora como de fotógrafa fue un retrato a Enza Montoro, una prostituta de Palermo involucrada en un asesinato, empezó a nutrir sus artículos con fotografías que tomaba ella misma y, como suele pasar en estos casos, el fotoperiodismo se convirtió en su pasión, por lo que fue dirigiendo su actividad profesional hacia esta especialidad, fue en la mitad de la década de 1970 cuando dejó de escribir definitivamente.

Su estreno en el mundo del fotoperiodismo empezó desde arriba, como jefa de fotografía de la delegación que el diario L’Ora tenía en Palermo. Eran los ‘anni di piombo’ (años de plomo), la mafia campaba a sus anchas por Palermo y los sucesos trágicos generados por su violencia eran habituales, pero su máxima expresión llegó cuando los intereses políticos llegaron a escena.

Pese a que en Palermo fue el fascismo de Cesare Mori el que hizo que muchos los capos tuviesen que emigrar a Estaos Unidos, gran parte de la mafia era anticomunista. Era la época de los Corleone, de las muertes masivas. Los asesinatos de familias enteras, policías o jueces se sucedían en una espiral de violencia interminable. Ese era el día a día de Battaglia que, entre otras tragedias, tuvo que documentar la de algunos amigos, como los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Bersellino.

 

Pero lo más sorprendente del trabajo de la fotógrafa italiana era la casi total ausencia de sangre, pese a la tragedia y el drama que supone fotografiar un cuerpo acribillado, Battaglia siempre tuvo la sangre fría y la rápida astucia de fotografiar el lado humano, el menos morboso. Aunque tampoco le temblaba el pulso si, veces, necesitaba recurrir a ella o evidenciarla para dar más fuerza, si cabe, a la historia.

 

Dos décadas dan para mucho, sobretodo si en la época más productiva tienes que asistir a cuatro o cinco homicidios diarios. Ella se informaba de los asesinatos gracias a una radio de la policía que tenía y de la que no se despegaba. Entre las décadas de 1970 y 1990 ha producido más 600.000 imágenes.

En una entrevista concedida a The Guardian, la fotógrafa asegura que de todas las tragedias que tuvo que documentar la que más influyó en su trabajo la hizo 1987, las fotos muestran el cadáver de un niño de 10 años, Claudio, que había sido asesinado por la mafia en Palermo porque había sido testigo de un asesinato.

 

Ese reportaje nunca fue revelado, la fotógrafa asegura que nunca tuvo el coraje para hacerlo, pero le marcó hasta el punto de que ahora, cuando ya no suenan las pistolas en Palermo, cuando la Cosa Nostra está repartida entre la prisión y el cementerio ha decidido hacerle un homenaje a ese niño, a Claudio. La protagonista es una niña de 10 años de edad, la misma edad que tenía el niño, en una obra llamada La Belleza de Greta.

"La edad de 10 años es la edad de la inocencia. Para mí, la inocencia es sinónimo de belleza. Tener 10 años es un momento mágico en la vida. A esa edad, estamos soñando, soñamos con un futuro maravilloso, un futuro que la mafia, en Sicilia, ha eliminado de miles de personas ".

Además de hacer fotografías de nota roja Battaglia documentó también la vida cotidiana de Palermo. Una vida que trata de mostrar el contraste de una ciudad que vive pese a la muerte que día a día visita a sus ciudadanos, pero por algún motivo parece que la sombra de la guadaña está presente en todo el trabajo de Battaglia.

 

Algo muy poco habitual en los países mediterráneos y que sí es tradición en lugares como México, es la celebración del "día de difuntos" con una intensidad como la que puede tener la Navidad en otros países de Europa.

 

Actualmente podría decirse que Letizia Battaglia no está en activo, aunque sigue haciendo fotografías, inaugurando exposiciones, dando charlas, impartiendo clases magistrales y concediendo entrevistas en las que habla, sin pelos en la lengua, de la mafia y de sus ramificaciones en la actualidad. Es, sin duda, una delas Grandes Maestras de la Fotografía contemporánea.

Foto de inicio | Entrevista a Letizia Battaglia #SOUL Monica Mondo

En Xataka Foto | Enrique Metinides, el maestro de la nota roja

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