Aprovechar bien velocidad de obturación según la situación, difícil empeño, al menos al principio. Con el paso de los años todos terminamos 'especializándonos', por decirlo así, en algún tipo de fotografía. Asumimos tanto los mecanismos y automatismos de nuestras cámaras que los tenemos por una extensión de nuestras manos. Desarrollamos una destreza que, en ocasiones, supone también equivocarnos. No miramos la ISO, no miramos la velocidad de obturación o nos olvidamos de la apertura, en algún momento, por ejemplo.
Pero, lo que es más importante, vamos tan en modo 'piloto automático', demasiadas veces, que nos olvidamos de las implicaciones y relaciones que tiene cada elemento con los demás. Es más, mucha gente olvida que para capturar el movimiento no solamente hemos de regular adecuadamente la velocidad de obturación. Usar una u otra velocidad en cada caso implica tocar algún otro valor. En este post vamos a ver cómo fijar adecuadamente la velocidad de obturación teniendo en cuenta otros factores que están a su alrededor y que son igual de importantes para conseguir el efecto deseado según la situación.
#1 El objetivo es usar bien la Velocidad de Obturación: Valores
Movimiento. Movimiento y más movimiento. ¿Pero de qué forma? Aprender a usar la velocidad de obturación con eficacia puede crear imágenes animadas y dar movimiento al sujeto sin desdibujar su imagen o desdibujándola, somos nosotros, como fotógrafos los que decidimos. Vamos a definir lo que es y cómo se mide, seguida por algunos ejemplos. Pero primero hagamos una muy simple clasificación:
- Desde Modo Bulb a 1/4 segundo: Podemos considerarlo como Larga Exposición y se suele aplicar con frecuencia en la Fotografía Nocturna. Trípode, disparador, hiperfocal y cálculo adecuado del tiempo de exposición.
- Desde 1/4 segundo a 1/50: Movimiento suave. Una franja desaprovechada y poco utilizada pero con grandes posibilidades. Por ejemplo, este tipo de velocidad resulta muy adecuado para olas rompiendo contra las rocas en las playas ya que podemos capturar las olas formando una especie de picos. Si no quremos trepidar la foto, nuestro pulso debe ser muy firme.
- Desde 1/50 a 1/125: Franja de seguridad en la que nos movemos habitualmente para evitar trepidación, es la franja en la que nos sentimos seguros y a la que menos prestamos atención.
- Desde 1/125 en adelante: Lo solemos utilizar para congelar el movimiento. Hemos de pensar que cuanto mayor sea la velocidad menos luz entra en el sensor y deberemos o bien subir la ISO o iluminar de alguna forma. Además a partir, de 1/250, habitualmente, si usamos un Flash deberemos tener en cuenta la sincronización a alta velocidad en el flash y la cámara.
#2 Estabilidad: Evitar los malos hábitos
Por muy bien que escojamos la velocidad de obturación adecuada hemos de tener estabilidad pues si no no podremos aprovechar bien la velocidad de obturación escogida. Si bien todos tenemos claro que un trípode nos aporta estabilidad y evita los movimientos 'involutarios' que podemos realizar con la cámara a la hora de disparar, no siempre es posible utilizarlo. Ya sea que estemos en cualquier tipo de evento social en el que tenemos que desplazarnos o estemos realizando fotografía urbana, la posibilidad de usar un trípode limita mucho nuestro radio de acción. Es por eso que debemos adoptar una buena posición a la hora de disparar. Seguramente ya sabéis aquello de juntar los codos, aguantar un poco la respiración y tener una posición estable con los pies pero ¿cuál es el motivo de todo esto? Evitar la trepidación involuntaria o no deseada en la fotografía.
Pero ¿qué es lo que estamos evitando? Dos tipos de movimientos.
Movimiento de cabeceo o de giro: Es el movimiento que realizamos con la cámara hacia arriba o hacia abajo o bien lateral, cabeceando. Suele provocar una trepidación en vertical (menos habitual) o lateral (más habitual). En mi caso, peco bastante de éste último y es algo que debo corregir. Suele darse más cuando usamos teleobjetivos pesados. Debido, precisamente, al peso nos cuesta más controlar el movimiento de la cámara en nuestras manos y suele agravarse más cuando seguimos a un sujeto en movimiento que se traslade de forma horizontal.
Movimiento de traslación: Es el movimiento que realizamos hacia delante y hacia atrás con la cámara. A grandes distancias y debido a la profundidad de campo suele notarse menos. El problema viene en las distancias cortas. Imaginad lo contrario, estáis usando un 50mm para fotografiar a vuestro hijo en casa. Usais una apertura grande (poca profundidad de campo, además) ¿qué ocurre si os movéis demasiado hacia adelante o hacia atrás a la hora de disparar?
Vale, pero ¿no nos estabas hablando de la velocidad de obturación? Sí. Pero todo tiene relación, sabiendo de esos movimientos en los cuales pecamos casi todos, la solución pasa por utilizar una velocidad de obturación más rápida de lo que sería normal para no tener esa trepidación o bien aprovechar la estabilización del objetivo - Nikon VR, Canon IS, Sigma OS o Tamron VC - o la de la cámara - como ocurre en Pentax y Sony - que nos permiten usar velocidades más lentas de lo que sería normal.
#3 Conocimientos básicos de fotografía de acción
Para poder aplicar una correcta velocidad de obturación debemos conocer ciertos conceptos básicos de la llamada fotografía de acción como son: el momento clave y el enfoque continuo + el preenfoque. Dos conceptos que debemos entender bien para aprovechar bien la velocidad de obturación a usar en cada momento.
- Momento clave: si el momento clave de la acción es cuando el sujeto da un salto a 2 metros de altura, por ejemplo, y hemos pensado en una velocidad de obturación de 1/250 para congelar el movimiento. Resulta adecuado en los momentos previos usar la posibilidad de disparo secuencial. Al usar una velocidad de obturación rápida podremos tomar una secuencia rápida del movimiento teniendo grandes posibilidades de capturar el momento clave.
- Preenfoque y enfoque continuo: Si estamos a grandes distancias, podemos ajustar el enfoque a la zona por la que sabemos que pasará el sujeto a fotografiar y poner nuestro empeño en el momento clave. En otras ocasiones, no sabemos por dónde pasará pero tenemos una idea aproximada, entonces usaremos el enfoque continuo o enfoque continuo 3D (enfoque predictivo) que algunas cámaras poseen. Ojo con ello porque es entonces la cámara la que decide el punto de enfoque.
#4 Conocimiento de la actividad que vamos a fotografiar
Es fundamental. Diría que es el concepto más importante. Conocer la actividad que vamos a fotografiar nos aporta algo sumamente valioso: adelantarnos a la acción. Fijaos en la fotografía periodística de deportes. Siempre antes de cualquier actividad, documentaos. Tenéis internet a vuestra disposición para encontrar fotografías similares, ver vídeos y encontrar todo tipo de información al respecto.
Recuerdo, por ejemplo, cuando tuve la ocasión de analizar el Canon EF 200-400mm f/4L IS USM Extender 1.4x. Había un derby de rugby en Valladolid y quería probarlo allí. Así que, como era mi primera vez viendo en directo un partido de rugby decidí hacerlo acompañado por un buen amigo que es gran aficionado. Ya que no tenía la experiencia, al menos que él pudiera asesorarme para poder captar los mejores momentos del partido. Recuerdo que las fotografías de la primera parte no tenían nada que ver con las que saqué en la segunda parte después de que en el descanso mi amigo me comentara su opinión desde su punto de vista como fanático del rugby. Los momentos capturados en la segunda parte resultaban más espectaculares en comparación con los de la primera parte.
#5 Cuándo usar altas velocidades y cuándo usar bajas velocidades de obturación
El obturador es una cortinilla mecánica formada por láminas metálicas que, al pulsar el disparador de la cámara, se abre y cierra dejando pasar la luz hacia el sensor. El tiempo que está abierto el obturador, lo denominamos velocidad de obturación. En las cámaras reflex, lo habitual es que el rango de velocidades que podemos seleccionar sea entre 30 segundos y 1/4000 de segundo. En cámaras de la gama profesional, encontramos velocidades más rápidas, de hasta 1/8000 de segundo y en bastantes cámaras compactas sólo llegan a 1/2000 de segundo, que ya es mucho. También tenemos la posición B o Bulb, con la que tenemos la posibilidad de dar el tiempo que queramos a nuestra fotografía, ya que mientras tengamos pulsado el botón del disparador, el obturador esta abierto.
Pero ¿cuándo usar velocidades lentas?. Hemos de pensar en la escena. Probablemente el fondo esté parado y el sujeto principal sea quien presenta movimiento. En su día, nuestro compañero José Juan Gonzálvez os propuso una serie de interesantísimos ejercicios para practicar las velocidades lentas, os lo recomiento encarecidamente.
¿Y si lo que queremos es congelar el objeto que se desplaza? Necesitamos hacer un buen barrido. La clave es entonces, también, bajar la velocidad como os apuntábamos en este post, hace tiempo. Es recomendable que usemos una velocidad de obturación inferior a la que normalmente usaríamos. De esta manera obtendremos un fondo más difuminado, creando la sensación de movimiento y velocidad que buscamos. Regulando la velocidad de obturación obtendremos más o menos difuminado. Suele estar bien también disparar en el modo de prioridad de velocidad (pero recordar que es un ajuste automático) para que el diafragma se ajuste a lo que nos pida la condición de luz en ese momento.
¿Qué decir de las velocidades altas? Pues las usamos principalmente para evitar la trepidación y congelar el movimiento (el sujeto de nuestra fotografía parecerá inmóvil). Tened en cuenta que si usáis un objetivo diseñado para Full Frame y lo colocáis en un cuerpo APS, deberéis multiplicar por 1,5 o 1,6 para obtener la velocidad "segura" para no obtener trepidación (por ejemplo pensad en un 70-200, a 70mm la velocidad mínima sería 1/70 y 1/200 a 200mm, pero si lo colocamos en un cuerpo APS debemos acordarnos de multiplicar ese valor por 1,5 o 1,6).
Es decir que como regla orientativa podemos decir que la velocidad debe ser 1/focal teniendo en cuenta, en el valor de la focal, el factor de multiplicación o recorte del sensor para tener una velocidad "segura". Pero ojo, el factor de multiplicación o recorte no cambia lo que sí cambia es el factor de recorte (el encuadre, que se reduce). Al reducir, por tanto, el ángulo de visión, aumenta la velocidad del pulso y se debe aumentar, por tanto, la velocidad de obturación para mantener el mismo nivel de trepidación.
Dejar claro que es no es una regla exacta, pues hay multitud de variables que influyen en todo esto, pero la siguiente tabla es una buena referencia para empezar a comprender dicho fenómeno, tal como nos contaba hace tiempo nuestro compañero Rodrigo Rivas.
Finalmente cuando comprendamos bien el manejo de la velocidad de obturación podremos experimentar y llegar a realizar cosas como ésta:
Choros from Michael Langan on Vimeo.
Conclusiones
Es imposible hablar de velocidad de obturación y dejar al margen otros conceptos relacionados, como siempre que hablamos de fotografía. Pero si me tuviera que quedar con alguno de estos consejos me quedaría con el que os doy acerca del conocimiento de la actividad a fotografiar. Me parece fundamental y es algo que olvidamos con frecuencia. Esta experiencia, cuanto mayor sea nos permitirá ajustar mejor la velocidad de obturación a los momentos clave. Podremos saber si el sujeto se va a desplazar despacio y, entonces, bajar la velocidad o va salir corriendo con solo mirarlo y ajustar la velocidad rápidamente momentos antes de que lo haga.
Fotografía de portada | Congelando el mar, espectaculares fotografías de Pierre Carreau
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