HOY SE HABLA DE
Robert Capa y la realidad de las famosas fotografías del desembarco de Normandía

Robert Capa y la realidad de las famosas fotografías del desembarco de Normandía

9 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
Robert Capa y la realidad de las famosas fotografías del desembarco de Normandía

Robert Capa es una figura mítica. Disparó algunas de las fotografías más importantes de la historia, miembro fundador de la Agencia Magnum, tuvo una vida de novela... Pero parece que esto último es más literal de lo que realmente parece. Según las últimas investigaciones, todo indica que la leyenda de los negativos perdidos del desembarco de Normandía no es exactamente como se ha contado.

En realidad Robert Capa no fue una persona real. Fue un invento de Endre Ernő Friedmann y Gerda Taro para vender las fotografías que hacían los dos por Europa. Era un fotógrafo americano que estaba de viaje por el viejo continente para llamar la atención de los periódicos. Un personaje genial del marketing que siguió vivo incluso después de la trágica muerte de Gerda en 1937, en el frente durante la Guerra Civil española.

En aquellos años (1936) hicieron la famosa fotografía del miliciano. Una de las imágenes más importantes del siglo XX. La muerte en directo, la primera vez que se capta el instante mismo de la muerte. Un icono contra la guerra. Uno de los instantes más importantes del fotoperiodismo, la base sobre la que se asentó la fundación de Magnum en 1947.

Ya hemos contado en Xataka Foto todas las dudas que sobrevuelan la autenticidad de aquel momento. Puede que no fuera verdad, que todo era una actuación, un montaje o una escenificación. Pero tiene una fuerza impresionante y un mensaje claro que sigue funcionando hoy en día.

Capaiii
Los negativos perdidos (fotograma del documental de Time)

Y ahora tenemos otro frente abierto. Nunca mejor dicho. Resulta que han investigado a fondo la tremenda historia de los negativos fundidos del Desembarco de Normandía. Esas siete fotografías que dieron la vuelta al mundo y que tanto han influido a fotógrafos, directores de cine y demás. Es la pura guerra. Los tremendos momentos del desembarco que cambió la historia, la llegada de los aliados a la Europa controlada por los nazis y que supuso el principio del fin de la II Guerra Mundial.

Pues parece que hay muchos flecos sueltos, tal como asegura Ad Coleman, un periodista con más de 2.500 ensayos sobre fotografía, ocho libros y columnista de Village Voice, New York Times y New York Observer, amén de numerosos premios por su labor investigadora.

Un vistazo a…
Así fue la primera memoria USB de la historia

Robert Capa en el día D

Todos los que amamos la historia de la fotografía conocemos lo que siempre se ha contado sobre este reportaje. Robert Capa se embarcó el cinco de junio de 1944 en una barcaza en un puerto inglés. El seis de junio, a primera hora de la mañana, formó parte de las primeras divisiones que llegaron a la playa de Omaha, nombre en clave.

Allí tomó hasta 72 fotografías durante 90 minutos que documentaban una de las batallas más importantes de la Historia con mayúsculas. Pero en la sede de la revista 'Life' le dieron por muerto al no recibir ninguna comunicación.

Todo era confuso, pues un sargento del ejército de los EEUU confirmó que había visto el cuerpo de un fotógrafo flotando en la playa. Así que el bueno de Robert Capa fue dado por muerto durante 48 horas. Así aumentó el mito y por esta historia (y otras muchas) se le considera uno de los mejores fotógrafos de guerra.

Sin embargo, al día siguiente, un motorista entregó en la sede de la revista en Londres todos los carretes. El gran John G. Morris recibió ese tesoro en sus manos y encargó a un chico nuevo el revelado de los negativos.

Capai
Robert Capa en la parte superior y John G. Morris en la fila inferior (fotograma del documental de Time)

Con las prisas y los nervios fundieron los carretes al meterlos en la secadora de negativos con demasiado calor. John G. Morris solo pudo constatar que se habían salvado once disparos. Y solo se publicaron ocho. Así se cuenta en varios sitios, desde las memorias del propio John G. Morris 'Consigue la foto. Una historia personal del fotoperiodismo' (La Fábrica); en la biografía de Richard Whelan 'Robert Capa' y en la autobiografía 'Ligeramente desenfocado' (La Fábrica) como podemos leer aquí:

Siete días más tarde me enteré de que las fotografías que había tomado en Easy Red se consideraban las mejores del desembarco. Sin embargo, un asistente de laboratorio había aplicado demasiado calor al secar los negativos; las emulsiones se fundieron y se destintaron ante los ojos de toda la oficina de Londres

La revisión de la historia por parte del periodista Ad Coleman

Pero en esta historia de novela, propia de una película épica (que nadie ha rodado, por cierto) hay cosas que no cuadran para Ad Coleman, que ya hemos presentado al principio. Como siempre ocurre cuando se toca la figura de Robert Capa, el autor cuenta que ha sufrido censura por parte del hermano de Robert Capa (que se puso el apellido ficticio de su hermano), el biógrafo oficial del fotógrafo, Richard Whelan y mutis por el foro de John G. Morris, una de las piezas claves de esta historia.

Según él, esta historia con 70 años tiene varias lagunas que hay que investigar. Y todo después de ver un vídeo que publicó la revista Time en 2014 que llamó la atención del fotoperiodista J. Ross Baughman. Este le pidió publicar un artículo en su blog sobre el tema, y las preguntas que dejaba en el aire le llevó a buscar la verdad.

Capaii
Imagen del Desembarco de Normandía (fotograma del documental de Time)

Recomiendo encarecidamente la lectura de todo el artículo para conocer a fondo una realidad que puede llegar a sorprendernos. Y desde luego hace que nos planteemos muchas cosas acerca de la realidad de los orígenes del fotoperiodismo y de la necesidad de diferenciarlo del reportaje o llamarlo directamente ensayo fotográfico a la manera de Eugene Smith.

Voy a resumir los puntos de investigación que propone:

  • Es imposible que las secadoras de negativos de aquella época alcanzaran temperaturas tan altas como para fundir la película.El problema es que en las Contax II los carretes de Kodak no casaban exactamente y por eso se ven las muescas de la película, no porque se fundiera la emulsión.
  • Se sabe que Robert Capa era muy amigo de exagerar sus historias para entretener y llamar la atención de las personas que le rodeaban.
  • Tal como está documentado, Robert Capa no estuvo en el grueso de la batalla como siempre se ha contado, sino con un grupo de ingenieros en la playa de Colleville-sur-Mer, uno de los lugares más tranquilos de aquel día (si es que hubo alguno tranquilo). Lo que vemos en sus fotografías es a los ingenieros encargados de volar obstáculos para conseguir que las tropas aliadas pudieran desembarcar todo el material. No eran tropas de asalto.
  • Los negativos jamás se estropearon. Realmente hizo muy pocas fotografías aquel día.
Capaiv
Los negativos que se conservan (fotograma del documental de Time)

Así, toda esta historia queda en el aire. No somos especialistas en el tema pero hay muchas cosas que nos hacen dudar. Parece que no pasó exactamente lo que nos cuentan. Puede que no hubiera más carretes y que contaran lo del calentamiento para justificar todo el despliegue con tan pocas fotos.

Es posible que el propio Capa entrara en pánico ante la situación que estaba viviendo. O no llegaron todos los carretes a tiempo. O se mojaron. De hecho podemos leer una entrevista a John G. Morris donde reconoce que no había más fotos de aquel día.

Pero como siempre digo en estos casos de revisión. Esas fotografías son un icono. Simbolizan una de las batallas más decisivas y han alimentado las ganas de contar la verdad a numerosos fotógrafos.

¿Cambiará algo si se demuestra lo que cuenta Ad Coleman? ¿Pierde valor el trabajo de Capa? Estuvo allí y contó lo que vio como pudo. Ahora nos toca esperar la verdad y decidir qué hacemos. Yo le seguiré teniendo en los altares. Y esperando algún día una película sobre su vida. ¿Qué pensáis vosotros?

Comentarios cerrados
Inicio