Richard Avedon es uno de los fotógrafos más importantes de la historia. Personalmente creo que es el dios de la fotografía, si la cámara admitiera la religión. Es conocido por el gran público como un fotógrafo de moda pero con Nothing personal con James Baldwin demostró su vena social. Y gracias a la editorial Taschen podemos disfrutar de una reimpresión de aquel clásico.
Richard Avedon revolucionó, junto con Irving Penn y Helmut Newton, el mundo de la moda. Tenían la obligación de enseñar el lado más lúdico de la vida. Ese era su trabajo. Pero Avedon estaba cansado de ese mundo superficial donde todo el mundo tiene un cuerpo escultural o le sobra dinero por los cuatro costados. Realmente amaba esa banalidad, pero desde muy temprano, si nos fijamos en su obra, descubrimos una incipiente crítica que estalló en 'Nothing Personal' y transcendió en 'In the american west', su obra maestra.
Desde aquel año, 1964, después del asesinato de Kennedy y de la aprobación de la Ley de Derechos Civiles, algo cambió en la vida de nuestro fotógrafo. Empezó a aflorar de manera clara y firme su posición ante la cruda realidad de la vida. Seguiría trabajando para las grandes marcas y el mundo del glamur, pero sacaría a la luz la pura vida, aunque doliera.
Los primeros años de Richard Avedon
Su familia era de origen judío, de Rusia. Prosperaron en Nueva York gracias a una tienda de ropa en la que el pequeño Richard empezó a apreciar el mundo de la moda. La afición le vino por su madre, las revistas de la época y la fotografía de Munkacsi, el mismo autor que llevó a Cartier Bresson a este mundo de la imagen.
Entró, después de cursar Filosofía en la Columbia University, servir en la guerra y publicar en pequeños medios, entro en la New School for Social Research donde tuvo de profesor a Alex Brodovitch, que se lo llevó rápidamente a la revista en la que era director de arte, 'Harper´s Bazaar'. Acababa de cumplir 21 años.
En 1946 realizó su primer viaje a París. Y cambió para siempre la fotografía de moda. Él fue quien dio vida a las modelos. Hasta entonces solo eran maniquíes sin vida. Gracias a él podían reír, saltar, salir a la calle, empezar a contar historias. Una auténtica revolución que seguimos viviendo hoy. Y todo gracias a lo que aprendió de Munkacsi.
Él dio nombre a las modelos. Si hoy conocemos sus nombres, se debe desde luego a la labor de Richard Avedon... Pero la moda solo era una de las facetas del diamante en bruto. Lo que se recuerda sobre todo de su obra es la fuerza de sus retratos.
Alcanzó tal fama que dejar fotografiarse por él suponía que habías alcanzado la fama en la tierra. El famoso fondo blanco, que todos hemos tratado de imitar, separaba al retratado del mundanal ruido y lo aislaba. Lo dejaba solo para que después de sesiones agotadoras saliera a la luz el verdadero yo de cada uno.
Y en 1964 apareció 'Nothing personal'. Es el reflejo de la verdadera intención del autor, el destino de Avedon. Ese libro, y todos los proyectos que vendrían después solo fueron posible por el trabajo previo. Había logrado hacer lo que quisiera con el retratado. Era el fotógrafo más famoso del mundo y tenía el poder de sacar el lado oscuro de la sociedad americana sin que le destrozaran. La fotografía no volvería a ser lo mismo.
'Nothing personal', el primer libro social de Richard Avedon
La historia de este libro, que podemos volver a disfrutar gracias a la nueva publicación de la editorial Taschen, con un nuevo texto introductorio de Hilton Als, escritor y profesor de la Columbia University, describe perfectamente la vida interior de Richard Avedon.
Estamos ante un ensayo fotográfico, un libro escrito e iluminado a dos manos. En primer lugar por la pluma de James Baldwin, un escritor afroamericano que lucho contra el racismo, busco la aceptación de la homosexualidad en una sociedad intolerante y peleó por los derechos civiles. Por otro lado el propio Richard Avedon, un fotógrafo judío de origen ruso. Una combinación perfecta para hablar sin tapujos de la hipocresía de la sociedad blanca americana que parece triunfar estos días.
Y no sentó bien. Justo lo que querían ambos genios. Aquel trabajo parecía no tener ni pies ni cabeza. Pero si lees el libro con calma (sí, las fotografías se deben leer) descubriremos la confrontación, el alfa y el omega de cada imagen. La página izquierda es la contraria a la de la derecha. ¿Por qué sino íbamos a ver al jefe del partido nazi americano con el poeta beat Allen Ginsberg desnudo? ¿O las dos caras del gobernador George Wallace (un reconocido racista) en una doble página?
Las fotografías muestran cuatro aspectos de la vida estadounidense de aquellos convulsos años 60: los derechos civiles, el surgimiento del nacionalismo negro, el sistema de salud mental y la vieja guardia de Hollywood. Una original forma de enseñar la sociedad de este país. Cada retrato es un golpe, un mazazo en la cabeza del espectador americano (y por extensión para todos los que lo vemos). Como dice Hilton Als:
Lo que Avedon y Baldwin compartieron desde el principio, como creadores, mucho antes de que se concibiera 'Nothing personal', fue una imaginación que no estaba tanto formada por la realidad como inseparable de ella: veían lo excepcional en lo real. No lo sublime o trascendente, sino la brutalidad, el teatro, la inocencia y la confusión que conformaban su ciudad racista, sexista, sexy e imposible de amor y desamor. Nueva York era la negrura y el odio de Baldwin hacia esa negrura. Era el judaísmo de Avedon y su aversión hacia ese judaísmo, con su poder cultural percibido a pesar del reconocimiento del otro. Ambos eran forasteros, amenazados y, por lo tanto, percibidos como amenazadores a pesar de su éxito comercial y crítico; sabían que el poder podía ser positivo y efectivo, pero en última instancia era ilusorio, falso.
Se conocían de la secundaria, cuando estudiaban en el Bronx. Y cuando volvieron a encontrarse estaban en el cenit de su popularidad. Avedon siempre recuerda que su madre llamó al conserje de su casa cuando se enteró que obligó a James Baldwin a subir por la escalera de servicio por ser negro. Se juntaron porque querían luchar contra la injusticia. Pero hasta el mismo Truman Capote tuvo que defender el libro ante la crítica feroz de los conservadores.
¿Es un libro necesario hoy en día?
Depende del lector, como siempre. La sociedad de los EEUU se parece mucho a la de aquella época. Siempre aprenderemos leyendo a James Baldwin. Y desde luego, nosotros como fotógrafos siempre aprenderemos de la obra de Richard Avedon.
Aquí está su crítica feroz, su dura mirada de la realidad, que te desnuda. Sus retratos te rompen por dentro. Avedon estuvo a punto de abandonar 'Harper´s Bazaar' cuando le dijeron que no podían publicar las fotos de una modelo que no era blanca. Esto sucedió en 1959, en los EEUU, en la tierra prometida. Y alguien que sufrió durante su infancia por ser de otro lugar no podía permitir ese comportamiento. Y decidió hacer hablar a la cámara como nadie lo ha hecho.
El libro lo ha reimpreso la editorial Taschen. En realidad podría decirse que es un facsímil de la obra original en tapa dura en estuche con cuadernillo que aporta información y fotografías inéditas. Mide 27 x 36 cm y tiene 160 páginas. Lo podemos encontrar en cuatro idiomas y el precio es 60€.
En Xataka Foto| Oda personal al gran Richard Avedon