Lo habréis oído en la televisión, en la radio o lo habréis visto en medios online y/o redes sociales. Según un estudio realizado por médicos indios desde octubre de 2011 a Noviembre de 2017 al menos hubo 137 accidentes que resultaron en 259 muertes producidas cuando alguien se estaba haciendo una autofoto. La pregunta entonces, casi surge sola ¿Estamos locos o qué? ¿se han convertido los selfies en una moda peligrosa?
El estudio se llama ‘Selfies: ¿Una bendición o una perdición?’ lo han realizado médicos del All India Institute of Medical Sciences y documenta cómo en ese periodo se han producido todas esas muertes por culpa de la adición al selfie. Según dicen, la edad media de los fallecidos fue de 22,94 años y fueron sobre todo hombres (alrededor del 72,5% por un 27,5% de mujeres) ya que, según comentan, los varones son tres veces más proclives a realizar comportamientos de riesgo al hacerse un autorretrato.
Asímismo, también afirman que el país donde se produjeron más muertes fue en India con 159 muertos (lo que explica que el estudio provenga de allí), seguido por Rusia, Estados Unidos y Pakistán (España está lejos, pero ojo los cuatro muertos nos ponen a la cabeza en Europa), y que las causas más frecuentes de las muertes relacionadas con los selfies fueron el ahogamiento, los accidentes de transporte y las caídas.
Por todo ello, los autores del estudio concluyen que se deberían crear zonas libres de selfies en los sitios turísticos, especialmente en lugares con corrientes o caídas de agua, cumbres de montañas y edificios altos con el fin de disminuir la incidencia de muertes relacionadas con autofotos.
Yo no sé vosotros pero leo todo esto y, francamente, alucino y pienso ¿cómo se puede ser tan tonto? ¿Se nos ha ido la pinza con el tema? No sé, en un primer momento me da por pensar que es increíble que pasen estas cosas y que es cosa de gente estúpida, pero es cierto que los que amamos la fotografía (y en eso os incluyo a la mayoría de vosotros lectores) tendemos a despreciar a esa gente que se dedica única y exclusivamente a hacerse selfies en los sitios turísticos.
Pero estas cifras parecen evidenciar que no es sólo cosa los adictos al selfie (como la famosilla Kardashian, que por lo visto sufre lesiones de muñeca de tanta autofoto) o esos locos que se dedican al rooftopping (osea harcese selfies en lugares imposibles). Parece que es algo extendido que le puede pasar a cualquiera dada la popularidad de los selfies hoy día (tanto va el cántaro a la fuente...). Vamos a “gente normal” que, simplemente, se entusiasma demasiado por salir bien en la foto y acaba mal por accidente.
Y si uno lo piensa bien se acuerda de las muchas veces que se ha acercado a un precipicio o se ha subido a tal o cual roca para hacer una foto un poco mejor o más cerca y ha corrido cierto riesgo... Claro que me gusta pensar que no es lo mismo, porque el fin es bien distinto...
Y desde luego no es igual acercarse a un precipicio mirando hacia delante, que hacerlo hacia atrás y mirando al móvil o la cámara en vez de hacia donde te diriges... De todos modos, en cualquier caso, el riesgo está ahí, depende de cada persona y,en cualquier caso, no deberíamos despreciarlo.
Por eso, lo de prohibir los selfies en ciertos lugares no creo que sea la solución (cómo hagan el mismo caso que con la prohibición de usar el flash…), pero quizá sí sería una buena idea poner grandes carteles que adviertan del peligro. Y ya de paso una locución que grite Cuidaooooooo!. A ver si así no se repiten estas cosas.
Foto de portada de pokati3. Resto de imágenes de Óscar Condés
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