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Una historia real en la que la fotografía es la protagonista

Una historia real en la que la fotografía es la protagonista

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Una historia real en la que la fotografía es la protagonista

La fotografía sirve para contar la historia de nuestras vidas. Es nuestro diario, como tantas veces digo. Y como ocurre en las películas y novelas que nos gustan, podemos encontrar casualidades que nos permiten ver la vida de otra manera. Hoy os cuento una anécdota real en la que la fotografía es la pura protagonista.

Esta historia tiene muchos años y junta la amistad, los viajes y las casualidades de la vida en una sola fotografía. Viene de un familiar muy cercano. Y por respeto a los protagonistas mantendré sus nombres y sus rostros en secreto.

Seguro que Borges o Cortázar contarían un cuento de casualidades. Y muchos directores de cine, de Wes Anderson o el mismo Almodóvar, convertirían a esta fotografía en un giro argumental o la prueba de la verdad que busca el protagonista.

Casualidades fotográficas La fotografía de la casualidad

Pero es real. Las casualidades forman parte de la vida y es imposible planificarlas. Y en este caso la fotografía es la que cuenta todo.

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La fotografía de la facultad de Periodismo

Hace mucho tiempo cinco amigos, un chico y cuatro chicas, se conocieron en la facultad de Ciencias de la Información de la Complutense. Los que hemos pisado esas clases en aquellos años nos acordamos de muchas cosas y dimos la razón en todo a Amenábar en 'Tesis'... Corrían rumores de que se construyó con los planos de una cárcel y a todos nos encantaba perdernos por la cafetería.

Siempre iban juntos a todos lados, a las clases, a la biblioteca, a la librería... y después no dejaban de recorrer la ciudad para descubrir de verdad el mundo que luego les tocaría vivir a cada uno.

En aquellos años una estudiante extranjera llegaba a Madrid. Y estuvo unos meses en dicha facultad, asistiendo a sus cursos y disfrutando de la vida universitaria.

Casualidades fotográficas La estudiante

Y un día esta estudiante de intercambio decidió hacerse una fotografía para tener algo tan importante como un recuerdo. Alguien disparó la cámara en un instante preciso. Y por supuesto salió más gente. Aquellos días terminaron y tuvo que volver a su tierra.

Con el paso de los años, una de las chicas del grupo de amigos se fue a estudiar fuera de España. Conoció a gente nueva y un día le invitaron a una fiesta. La dueña de la casa le contó que hace tiempo estuvo en España y que fue a la universidad.

Y para demostrárselo le enseñó un álbum de aquellos años... Al pasar las páginas nuestra protagonista se fijó en una en particular. Salía la dueña de la casa delante de la facultad, posando feliz.

Casualidades fotográficas Solo faltaba ella

Nuestra amiga se dio cuenta de que en esa fotografía, justo en esa, todos sus amigos salvo ella salían en la imagen.

Nuestra amiga se dio cuenta de que en esa fotografía, justo en esa, todos sus amigos salvo ella salían en la imagen.

El destino quiso que alguien decidiera hacerse una foto delante de la facultad justo en el momento que pasaban todos sus amigos salvo ella. Y que al cabo de los años ella viera la fotografía en un álbum en una casa a miles de kilómetros durante una fiesta por pura casualidad.

El don de la fotografía

Lo que pasó es prácticamente imposible, algunos hablarán de intervención divina, otros harán cálculos de probabilidad. Pero lo que si es verdad es que la fotografía siempre cuenta una historia. Todos los disparos valen.

La fotografía es la mejor forma de recordar toda nuestra vida. Siempre he creído que en los álbumes de muchas personas desconocidas encontramos la historia de nuestra vida. Todos somos turistas y todos hacemos fotos.

Casualidades fotográficas Solo un segundo después toda esta historia sería imposible

Seguro que si pongo mi cara en internet mucha gente me encontraría en sus fotografías por toda España, por muchos países de Europa y América. Solo hace falta fijarse. Y todo tendría una explicación. Me vería crecer y me llenaría de nostalgia.

La fotografía es una herramienta social que permite recordarnos a todos. Solo necesitamos salir fuera para que lo fantástico sea posible. Aprovecha para aprender y lograr que cada instantánea sea capaz de contar mil historias.

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