Internet ha supuesto un paso de gigantes para los fotógrafos. Nunca hemos tenido acceso a tanta información y nunca se han podido ver tantas fotografías como ahora. Instagram permite que todos podamos compartir nuestros disparos sin control alguno, tan solo el nuestro. Pero os proponemos utilizar esta red social como un cuaderno de bocetos para mejorar como fotógrafos ¿Qué os parece?
En Xataka Foto hablamos mucho de Instagram. Es una de las mejores redes sociales para compartir nuestros trabajos y sobre todo para descubrir a gente que de otra manera sería imposible encontrar. Cada día que miras encuentras a gente que te deja sin habla.
Podría citar a muchos fotógrafos de Instagram con los que me gustaría hablar para descubrir cómo son capaces de mirar de semejante forma. Te dejan muchas veces sin habla. Es verdad que hay que rebuscar un poco. Pero es fácil encontrar a verdaderos fotógrafos... Pero hoy no vamos a hablar de ellos. Hoy queremos proponer una forma de usarlo para aprender fotografía, para convertirlo en un libro de bocetos igual que el que tienen los pintores.
Instagram como libro de bocetos
Los fotógrafos tenemos que hacer fotos. Es nuestro entrenamiento. De nada sirve ser un teórico si no sacamos a la cámara de paseo. Necesitamos calentar la mirada, tener callo en el dedo índice y quedarnos sin suelas en los zapatos. Pero muchas veces no podemos salir con la cámara al hombro o simplemente no tenemos tiempo. O no queremos llevar siempre nuestro equipo.
Los fotógrafos tenemos que hacer fotos. Es nuestro entrenamiento. De nada sirve ser un teórico si no sacamos a la cámara de paseo. Necesitamos calentar la mirada, tener callo en el dedo índice y quedarnos sin suelas en los zapatos.
Por este motivo muchas veces empleamos el móvil (que para muchos se ha convertido en la herramienta principal) o una pequeña cámara compacta para tomar esas fotos que no queremos perder. Y seguro que muchos de estos disparos son inmejorables, porque lo que cuenta es lo que comunicamos, no el artilugio que utilizamos.
Ahora no tenemos excusa para decir 'qué bonito lo que estoy viendo, qué pena que no tenga la cámara'. Es lo que tienen los tiempos modernos. Ahora podemos fotografiar todo y si podemos, volver a repetir en otro momento. Y aquí llega la propuesta. ¿Y si utilizamos Instagram como libro de notas?
No es importante lograr miles de seguidores. No tiene sentido pelear por ellos si queremos conseguir ser buenos fotógrafos. Es maravilloso que te reconozcan pero la fama por aquí es efímera. Tenemos que verlo como un sitio para compartir y aprender. Como un libro de bocetos.
La mejor forma de aprender
Los pintores suelen llevar encima un pequeño cuaderno para apuntar sus visiones. Los escritores también. Si viene una idea lo mejor es tener un sitio donde apuntarla. Pero los fotógrafos no teníamos nada semejante. Las fotos se quedan en la tarjeta de la cámara y se acumulan sin ton ni son.
Y puede que haya días, semanas o meses en los que no tengamos ganas de disparar. Entonces perdemos la oportunidad de estar ágiles. Por eso es bueno Instagram. Es la mejor forma de obligarse a trabajar publicando al menos una fotografía al día.
Y no solo eso. En nuestro cuaderno digital podemos ir haciendo experimentos en busca de nuestro estilo personal. Así podemos ver lo que funciona y lo que no. Las fotos de Instagram se pueden convertir en bocetos, apuntes para encontrar nuestro camino de una forma más fácil.
Así podemos ir viendo día a día nuestra evolución. Puede que lo adornemos un día un poco más de lo normal o que nos pasemos de minimalistas otro... No deja de ser un mero carboncillo que a lo mejor se convierte en un fresco. O a lo mejor basta con lo que hemos puesto... quién sabe.
En esta plataforma podemos tener nuestras fotografías ordenadas para verlas rápidamente. Mejor que en un disco duro o colocadas a lo loco en cualquier carpeta. Es una buena forma para ver una y otra vez las imágenes que funcionan o no. Con el paso del tiempo las buenas fotografías sobresalen y las malas caen por su propio peso después de verlas repetidas veces.
Es solo una propuesta. Muy alejada de lo que estamos acostumbrados. Pero os prometo que funciona. Yo no cuelgo la obra final, solo un pequeño esbozo de lo que será. Además así me obligo a hacer por lo menos un disparo al día y trato de esforzarme un poco porque creo que es importante trabajar en serie. ¿Qué os parece?