Gracias a uno de mis alumnos he vuelto a recordar una de las historias más misteriosas en la que un fotógrafo es el protagonista. En una catedral de España podemos ver una gárgola fotógrafa. Siempre han sido figuras curiosas y grotescas, como demonios y diablos, pero en este caso concreto podemos reconocer a un fotógrafo de principios del siglo XX.
La historia que voy a contar se desarrolla en Palencia. Quien no conozca esta provincia no sabe lo que es el arte, la buena comida y los hermosos paisajes. En la capital, Palencia, se levanta la catedral de San Antolín, patrono de la ciudad. Es de estilo gótico, pero como pasa en muchas ocasiones, tiene partes visigodas, románicas, renacentistas, barrocas, neoclásicas... por no hablar de la gran reforma que sufrió en el siglo XX.
Luis Javier Bañares aprovechó las vacaciones navideñas para viajar por las hermosas tierras palentinas. Y entre diversos pueblos y lugares no dudó en visitar la catedral. Y ahí, gracias a un paisano que le avisó, consiguió fotografiar la gárgola del fotógrafo, envuelta en mil historias y leyendas. Vamos a ver si desenmascaramos la verdad que nos aguarda más allá de nuestras cámaras.
Las catedrales suelen ser un vestigio perfecto de la historia de la ciudad. Era el lugar donde todo se controlaba, como muy bien podemos leer en ese monumento literario que es La regenta de Clarín, novela que comienza con el magistral observando, desde lo alto de la torre, la ciudad de Vetusta con su catalejo. Y lo más interesante, para nosotros los fotógrafos, es una de las últimas reformas que sufrió la catedral palentina, en la que pusieron la citada gárgola.
La gárgola del fotógrafo de la catedral de Palencia
En la reforma que sufrió el monumento a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, Jerónimo Arroyo, uno de los mejores arquitectos modernistas lejos de Cataluña, decidió aportar ciertos elementos propios de su época a la catedral de su ciudad. Una de las cosas más llamativas para los visitantes son las gárgolas de la girola.
En lo alto, si eres un poco observador y tienes un teleobjetivo, verás una extraña figura con un toga y una cámara entre sus manos. Con la boca abierta, como tiene que ser. No podemos olvidar que las gárgolas son el extremo de las cañerías por donde se desaloja el agua de la lluvia que cae en los tejados.
¿Quién es este fotógrafo con una cámara de placas? ¿Por qué está ahí? ¿Qué hace al lado de la representación de la muerte? Hay muchas leyendas e historias alrededor de ese trozo de piedra labrado. Es curioso como se pierde la realidad con el paso del tiempo y empiezan a imaginarse nuevos cuentos que calan en las tabernas y mercados.
Parece ser que no hay documentación alguna sobre el origen de la gárgola fotógrafa. No se sabe a ciencia cierta desde cuándo está ahí, ni el motivo. Si vamos a la página del ayuntamiento podemos leer la historia oficial:
Entre los elementos curiosos que pueden hallarse en la Catedral palentina destaca la existencias de una gárgola, situada en el ábside, que representa la figura de un fotógrafo y que constituye una aportación personal de Jerónimo Arroyo, arquitecto que dirigió la restauración llevada a cabo a comienzos del siglo XX. En esta gárgola el arquitecto quiso recordar a José Sanabria, un popular personaje que realizó gran número de fotografías sobre el patrimonio artístico palentino.
Pero después del trabajo de campo de mi buen alumno con los habitantes de la ciudad, las pesquisas por la red, un antiguo artículo que leí en una revista fotográfica ('FV' creo recordar) y el reportaje de un importante periódico nacional que volvió a sacar a la luz esta historia a principio de los años ochenta, hay historias mucho más apasionantes que seguro tienen un punto de verdad.
La más extraña habla de la muerte de un fotógrafo que cayó desde el techo de la catedral durante la restauración de principios del siglo XX. El arquitecto, buen amigo de aquel hombre, conocido como el señor Alonso, decidió encargar una gárgola en su honor para recordar el punto exacto de su caída. Y al lado encargó la figura de su esqueleto para recordar lo efímero de la vida.
Otros lugareños cuentan que justo en ese punto cayó una gárgola que mató al fotógrafo. Y que se decidió reponerla con su figura en su memoria. También hablan del fotógrafo Luis Rodríguez Alonso que publicó un libro sobre la catedral al terminar la rehabilitación. O de otro fotógrafo popular de la zona, como es Albino Alonso...
La verdad nunca se sabrá, pero es emocionante saber que tenemos una escultura en homenaje a nuestra profesión o afición en uno de los más bellos monumentos de España. Personalmente me emociona más al saber que en dicha catedral también podemos encontrar un homenaje a 'Alien, el octavo pasajero'...
El fotógrafo desconocido de las Hoces del Duratón
Toda esta historia me ha traído a la cabeza otro misterio fotográfico que tampoco he conseguido resolver. Escribí sobre el tema hace tiempo.
En una de las rutas más conocidas del parque natural de las Hoces del Río Duratón en la provincia de Segovia, la del puente Talcano cualquier caminante puede encontrar una placa que recuerda lo siguiente:
Que una brisa juguetona esparza sus cenizas allá donde la flor se atreva. Oscar Fotógrafo naturalista 5-2-66 13-5-89
Nadie sabe quién es. Nada se sabe de él. Es un misterio que desconocen los trabajadores del parque, el alcalde de aquellos años, el departamento de gestión de los parques naturales de Castilla y León... Pero la placa sigue ahí, como un monumento al fotógrafo desconocido. Nunca he recibido noticia alguna sobre el tema.
Espero que este artículo sirva para resolver alguno de los dos misterios relacionados con el mundo de la fotografía que tanto nos apasiona y que sirva para llevarnos a estos lugares con la sana intención de hacer fotografías.
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