Para mi, la idea de fotografía nace desde su composición: Foto, luz, Grafía, pintar. Y, en su principio, este era el medio en el que ‘la realidad’ se representaba a través de un objetivo que quemaba haluros de plata en una emulsión. Con la experimentación y el avance tecnológico, este medio no solo representaba la realidad, sino que la conceptualizó, extrajo y transformó.
Parto con ello para hablar sobre un tema que me causa curiosidad: ¿Es la fotografía de videojuegos realmente fotografía?
Realidad en píxeles
Sin lugar a dudas, el universo de los videojuegos tiene un trabajo de construcción de mundos impresionante. En este arte, la conceptualización del estilo, los personajes y los escenarios es un trabajo de muchos meses o incluso años de planeación. De ahí que las realidades que crean estos desarrolladores y artistas sean tan cautivantes.
En ese espacio de ser cautivado por el mundo virtual, era sin duda inevitable que nacieran personas que aman tomar pantallazos de estos mundos en una búsqueda de mostrar lo que ha capturado su mirada. Pantallazos para sacar un retrato de un personaje, pantallazos para recordar ese hermoso paisaje del juego o pantallazos de una curiosidad que desde cierto ángulo tiene una composición interesante.
De ahí que haya personas como Andy Cull y Duncan Harris quienes han encontrado su mirada fotográfica en estas realidades digitales. Ambos fotógrafos captaron a su estilo esos momentos cautivantes de los videojuegos. Harris desde una mirada más ‘documental’, donde se encontraba con los espacios y los momentos llamativos, sin retoques, solo pantallazo y recorte. Cull desde un punto más elaborado, en varias ocasiones con retoques, gradaciones de color y efectos para darle otro ambiente a la imagen capturada.
Ellos realizan el trabajo fotográfico en el sentido de esperar los momentos, de buscar dónde llega la mejor luz, de ver dónde el personaje refleja su ser y sus emociones. También utilizan herramientas especiales que actúan como cámaras, con controles de ángulo de visión, profundidad de campo y filtrado. Sin duda alguna, en las imágenes que capturan hay una búsqueda de la composición, la relación de los elementos, la relación del color, los contrastes… todo el espacio técnico que es la vida de un fotógrafo se cumplen en esa labor de capturar pantallazos a videojuegos.
Entiendo este sentimiento, pues yo he sido cautivado muchas veces por los videojuegos. De ‘Rise of the Tomb Raider’ debo tener mil pantallazos, en ‘TLoZ: Breath of the Wild’ me la paso tratando de hacer fotos chulas de los escenarios, de la vida en el juego y selfies con cada monstruo peligroso que me cruzo. Va, mi afición a la fotografía en videojuegos debe venir desde que jugaba ‘Pokémon Snap’ en el Nintendo 64. Y es inevitable que cada vez me guste más, porque cada vez me siento más asombrado con el planteamiento fotográfico y el nivel de detalle que tienen estos juegos.
Jugar ‘The Last of Us’ o algo de la saga de ‘Uncharted’ es básicamente ver una película. Ir recorriendo los escenarios de mundo abierto como en un ‘Final Fantasy’, un ‘GTA’ o un ‘Metal Gear’ es básicamente perderse cada nada a apreciar el paisaje y ver cómo cae el atardecer o nace al amanecer virtual. Hay una realidad que desde la mirada fotográfica es inevitablemente cautivante.
Entonces, si hay composición, hay búsqueda del momento, hay lenguaje de buscar la luz y pintar con ella: ¿Es fotografía?
Del lado del arte digital
Hace un tiempo leí un artículo de FStoppers, en él, Wasim Ahmad discute que capturar pantallazos de videojuegos no es fotografía, pues “las circunstancias siempre son perfectas”. Su posición frente a la fotografía en videojuegos es que en la realidad los fotógrafos nos enfrentamos a las distintas condiciones climáticas, a los imprevistos de producción a que todo lo que pueda ocurrir ocurrirá.
En ese mismo artículo, Ahmad habla del caso de Eron Rauch, un artista que consiguió su Maestría en Bellas Artes con énfasis en Fotografía usando pantallazos de paisajes de ‘World of Warcraft’, específicamente fotos de los paisajes donde los personajes habían muerto. Un trabajo que fue criticado por muchos compañeros estudiantes, pero que fue avalado por otros compañeros fotógrafos. Y que, para Ahmad, está dentro de lo que el dice: si estás sentado en tu sofá y el PlayStation hace todo el trabajo, no es fotografía.
Eso es cierto, en los videojuegos esperar la luz perfecta puede ser ir al último punto de guardado, esperar los 10 o 15 minutos promedio que dura un ciclo de día en el juego o al estilo ‘The Witcher’, acampar hasta la hora del día que uno quiere tomar. Ir a una localización es tan fácil como usar fast travel, llamar un caballo o correr con el personaje un buen rato e ir subiendo de nivel, consiguiendo items o buscando otras oportunidades de fotos. Un retrato es tan sencillo como poner pausa o pararse en un lugar donde no lo vean los guardias ni los zombies. Y la luz de los interiores son perfectamente colocadas para ser una pintura que colgaríamos en nuestra sala de estar.
Las dificultades que tenemos los fotógrafos para conseguir nuestra realidad exige un sacrificio de tiempo, espera, planeación y suerte. Además,muchos dirán que aparte de eso hay que tener en cuenta que en los videojuegos no existe una luz real, es todo digital. Y si son unos y ceros y no fotones sobre fotones, entonces no se está pintando con luz realmente.
Siendo este el caso, lo que dice Wasim Ahmad es cierto. Esos pantallazos no son fotografías, son simplemente arte digital.
Sin embargo, no termina de ajustarse eso. Hay muchos compositores digitales que les otorgamos el mérito de fotógrafos, cuando lo que mejor hacen es agarrar fotografías de stock o tomadas por ellos para crear sus propios mundos con Photoshop y Cinema4D a saco. La fotografía de fantasía y cosplay contiene mucha de esa creación digital y sigue siendo un trabajo fotográfico hecho por un fotógrafo.
Nosotros mismos como fotógrafos creamos las condiciones ideales. Los fotógrafos de arquitectura y paisaje cambian el cielo y quitan letreros, la fotografía de moda limpia pieles y adelgaza las modelos y los fotógrafos de producto ni se diga lo que deben hacer para que el objeto se vea perfecto. Pero esa elaboración de crear las condiciones perfectas no los hace menos fotógrafos.
Entonces: Si no está en las condiciones, la técnica o la búsqueda, ¿qué diferencia un fotógrafo de verdad a uno de videojuegos?
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Imágenes: Andy Cull (via Flickr), Duncan Harris (web),
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