Cinco motivos por los que recortar una fotografía

Cinco motivos por los que recortar una fotografía
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Este tema no es nuevo. Desde los tiempos de Cartier Bresson se hablaba largo y tendido sobre él. Unos decían que era poco menos que una herejía, otros que por qué no... Hoy vamos a ver los pros y los contras y sobre todo cómo podemos recortar nuestras fotografías sin problema alguno (en el caso de que queramos hacerlo).

Entramos en un terreno sembrado de minas. Aquí es fácil enfadar a mucha gente o recibir el apoyo de otros tantos. Incluso algunos aprobarán en silencio porque no se atreven a decir, incluso en su círculo íntimo, que lo han hecho alguna vez. Recortar o no nuestras fotografías para mejorar la composición es una batalla similar a la de Nikon vs Canon, digital vs químico o la más encarnizada de los últimos tiempos réflex vs sin espejo.

Y desde luego no es tan banal como piensan algunos. Es una forma de enfrentarse a la fotografía. Acudir a sus principios más puros o hacer cualquier cosa por conseguir la mejor imagen posible. La composición es uno de los dos pilares de la fotografía desde mi punto de vista. El otro es saber ver la luz, pero entraríamos en otro tema peliagudo...

Un vistazo a…
Qué es la sensibilidad ISO y cómo usarla en tus fotografías

Recortar o no, esa es la cuestión

El gran defensor a ultranza de no hacer recorte alguno es Henri Cartier Bresson. En los positivados de sus fotografías podemos ver incluso las muescas de la película como seña de identidad, tanto de la marca de sus cámaras como de la filosofía que defendía en sus escritos:

Si se reencuadra una buena foto se destruye fatalmente este juego de proporciones. Es muy raro que una composición débil en el momento de la toma pueda ser salvada en el cuarto oscuro recortando el negativo en la ampliadora; la integridad de la visión ya no existe. A menudo se oye hablar de “ángulos de toma”, pero los únicos ángulos que existen son los ángulos de la geometría de la composición. Esos son los únicos ángulos válidos, y no los que hace el señor que se tira al suelo para obtener algún efecto u otras extravagancias.

Parece ser que para él era un dogma, pero hace tiempo vi que una de sus fotografía más famosas Detrás de la estación de San Lázaro está recortada. La excepción que confirma la regla, quizás. Entiendo y envidio su forma de pensar. Ser capaz de ver la fotografía en el mismo instante del disparo. No hay duda alguna. Lo que ves a través del visor de la Leica (apunte mental: ¿las Leica que utilizaba tenían un visor con el 100% del encuadre?) es lo que queda para el recuerdo. Por este motivo todos los disparos publicados son certeros, puros, perfectos.

Es una forma sumamente difícil de trabajar, muy exigente con uno mismo. Pero no es una corriente que tenga muchos seguidores. Ahora mismo solo recuerdo a los que trabajan con cámaras de formato más grande, donde se pueden ver los característicos bordes de las películas de placas. Creo que somos mayoría los que reencuadramos nuestros disparos. Algunos de forma mínima, pero siempre puede ayudar, aunque sea para nivelar un horizonte torcido.

Cinco motivos por los que recortar una fotografía

Hace tiempo, en otro lugar, comenté los motivos por los que es interesante recortar una fotografía antes de revelarla más a fondo. Al principio me sentía culpable, pero después de ver los trabajos de Arnold Newman, por poner solo un ejemplo poderoso, creo que es algo que está justificado y que forma parte del desarrollo de la historia de la fotografía. No es algo que venga del mundo digital:

  1. A veces, por vergüenza o precaución, no nos acercamos lo suficiente y el objeto principal de la imagen no tiene todo el protagonismo que se merece.
  2. Para simplificar la fotografía y ayudar al futuro espectador a mirar exactamente como queremos.
  3. Solucionar el exceso de aire de los angulares por dar un encuadre demasiado abierto.
  4. Para dar a la imagen una proporción distinta a la que ofrece el sensor de nuestra cámara. Pasar de un 3:2 a un 16:9, por ejemplo
  5. Para arreglar la composición directamente.

Desde mi punto de vista no tiene sentido tirar una fotografía a la papelera de reciclaje si podemos hacerla inolvidable con un pequeño recorte. Es verdad que ha habido casos de descalificación por hacerlo en exceso, como ocurrió hace años en el World Press Photo , pero un recorte siempre mejora una fotografía, salvo error catastrófico.

Recortar Ii Foto original

Yo soy del lado que apuesta por el recorte de fotografías, sin lugar a dudas. Pero siempre que tenga una justificación clara. No hay que aplicarlo sin pensar o por sistema. Tenemos que analizar la fotografía desde el primer momento, y antes de hacer nada, decidir el recorte que elevará esa fotografía a cotas nunca imaginadas si no contáramos con la herramienta Recortar.

Cómo recortar

Hay varias formas de hacerlo pero considero, como he señalado más arriba, que debe ser el primer paso que demos después de la visualización de la fotografía. Por este motivo mi herramienta favorita es Superposición de recorte (R), como se la conoce en Adobe Lightroom; y Recortar (C) en Adobe Photoshop. Para no complicar el artículo explicaré como hacerlo en el módulo Revelar de Lightroom:

Recortar Iv Herramienta Superposición de recorte
  1. Seleccionamos la fotografía en el módulo Biblioteca y la pasamos al módulo Revelar.
  2. Hacemos clic en la herramienta Superposición de recorte (R) y se abrirá una ventana justo encima del panel Básico.
  3. Aquí tenemos acceso a Aspecto y Ángulo. La primera opción se encarga de recortar según una proporción (algo que aconsejo para evitar problemas futuros a la hora de maquetar o enmarcar). Ángulo permite enderezar los horizontes torcidos (no tiene mucho uso ahora desde que existe el panel Transformar):
  4. Elegimos una proporción. 1x1 es cuadrada, 3x2 es la proporción de los sensores FF y APS-c; 4x3 es la de las cámaras compactas, 16x9 es la panorámica...
  5. Una vez elegida la proporción pinchamos con el ratón encima de la fotografía y sin soltar el botón izquierdo desplegamos el recorte.
  6. Si queremos modificarlo podemos arrastrar de las esquinas de la selección sin perder la relación y pinchar en el centro para cambiarla de posición.
  7. Cuando terminemos damos a Hecho.
Recortar Iii Torre de Belem de @ferfotopuntoes

Y estos son todos los pasos que hay que dar. Creo que no tiene sentido perder una foto porque en el momento del disparo no solucionamos bien la composición. Así que ya sabéis... ¿Vosotros qué pensáis?

En Xataka Foto| Aprendiendo con Adobe Photoshop CS6: La herramienta Recortar (Capítulo 3)

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