Cómo utilizar el punto de fuga en fotografía y su valor como elemento compositivo

Cómo utilizar el punto de fuga en fotografía y su valor como elemento compositivo

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Cómo utilizar el punto de fuga en fotografía y su valor como elemento compositivo

Como fotógrafos, estaremos de acuerdo en la importancia que tiene aprender a componer correctamente y ser capaz de establecer los elementos de la imagen de manera eficaz. Y en este trabajo hay una serie de recursos de los que se puede echar mano para lograr buenos resultados de forma sencilla. Uno de ellos, y muy poderoso, es el punto de fuga que, entre otras muchas utilidades, ayuda a crear profundidad en la fotografía gracias a la perspectiva.

Conocida y utilizada desde hace siglos por los pintores, la perspectiva es (según la RAE), “el sistema de representación que intenta reproducir en una superficie plana la profundidad del espacio y la imagen tridimensional con que aparecen las formas a la vista.” Así, las cosas, los puntos de fuga son un elemento básico que permite lograr la creación de esa perspectiva, concretamente la de tipo lineal que es la más básica. Por eso, sin duda, son un excelente recurso que podemos utilizar para que una fotografía, algo intrínsecamente bidimensional, salte al ámbito de las 3D.

Punto Fuga Como Elemento Compositivo 05 Foto de Daniel Tseng
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¿Qué es el punto de fuga?

Tal y como os contamos, se trata de un punto imaginario de una imagen al cual parecen converger dos o más líneas. Es decir, es un “lugar”, dentro o fuera del marco de la fotografía, en el cual convergerían las proyecciones de las rectas paralelas que aparezcan, un efecto visual que sin duda aporta una sensación de tridimensionalidad.

El ejemplo más sencillo, que habréis visto mil veces, es el de unas vías de tren cuya proyección hacia el fondo de la imagen hace que parezca que se unen en un punto, cuando todos sabemos que esto no es real y que las vías siempre son paralelas. Sin embargo, nuestra percepción nos hace pensar que estas líneas se juntan en el infinito de la imagen.

Esto hace que nuestra mirada se dirija naturalmente hacia ese punto, lo que contribuye a ayudar en la lectura de la imagen y es sin duda un elemento muy valioso para la composición. Además, es algo que podemos manejar y, como vamos a ver a continuación, utilizar de distintas maneras para lograr diferentes resultados.

¿Cómo utilizarlo?

Ya hemos adelantado dos de sus principales indicaciones: Ayudar a dar mayor sensación de profundidad en las imágenes y contribuir a que la vista se dirija hacia un punto (es decir, hacia el punto de fuga). En cuanto a lo primero, hay muchas maneras de manejarlo o de hacer que esa sensación se acentúe. Por ejemplo acercándonos al plano del que parten las líneas fundamentales que crean el punto de fuga, normalmente la parte inferior de la imagen (osea, el suelo), aunque también puede ser una pared u otra superficie.

De hecho, para aprovecharlo es conveniente probar con puntos de vista diferentes que puedan apoyar esa sensación. Piensa que la idea de profundidad será mayor cuantas más líneas convergentes encuentres para incluir en la composición. Además, cuanto más abierto sea el plano capturado más recorrido tendrán estas líneas con lo que mayor fuerza tendrá el punto de fuga; motivo por el cual se recomienda el uso de una óptica gran angular.

Punto Fuga Como Elemento Compositivo 06 Foto de Óscar Condés

Por otro lado, ten en cuenta que las líneas no tienen porqué ser reales sino que el punto de fuga puede estar creado por líneas imaginarias. Por ejemplo las producidas por objetos del entorno que se van repitiendo haciendo el fondo de la imagen siguiendo un patrón. Como ya sabes, por efecto de la perspectiva, los objetos situados más lejos aparecen más pequeños y esto no hace sino crear líneas visuales que no existen realmente pero que también ayudan a crear una sensación de profundidad.

En cuanto al poder que el punto de fuga tiene para dirigir la mirada del espectador, se trata sin duda de una característica muy potente que debemos aprovechar. Gracias a ello, tenemos un punto con mucha fuerza en el que situar un elemento de interés de la composición. Este elemento sin duda ganará mucha fuerza en la imagen porque el ojo del espectador se dirigirá sin remedio (y de forma natural) a él.

Punto Fuga Como Elemento Compositivo 11 Foto de Óscar Condés

Claro que eso será si has decidido que el punto de fuga se sitúe dentro del encuadre, haciendo que la mirada del espectador se detenga en un punto concreto. Porque también se puede situar fuera de la imagen, con lo que el espectador verá dirigida su mirada hacia afuera y tendrá que recurrir a la imaginación para completar la escena.

El punto de fuga en la práctica

Sabiendo qué podemos conseguir gracias a los puntos de fuga vamos a ver cómo utilizarlos de forma práctica cuando nos enfrentemos a una escena fotográfica concreta. En primer lugar, como ya hemos dicho, es importante tener la capacidad de mirar y saber aprovechar los elementos que tengamos ante nosotros.

Así, si encontramos elementos que puedan ayudarnos a crear un punto de fuga debemos tratar de aprovecharlos buscando el punto de vista que mejor nos convenga. Por ejemplo buscando perspectivas distintas a las habituales para que las fotografías sean más originales y llamativas.

Punto Fuga Como Elemento Compositivo 08 Foto de Paul Dufour

Por otro lado, considera si este recurso lo vas a utilizar para dar fuerza a la imagen en sí misma o como una forma de dirigir la mirada del espectador hacia algún elemento en concreto. De hecho, si el punto de fuga es el protagonista por sí mismo correrás el riesgo de que la imagen resulte insulsa, por lo que es interesante buscar algo más, un punto de interés que aporte atractivo.

En cualquier caso, para acentuar el efecto del punto de fuga ya hemos dicho que conviene utilizar una óptica con una distancia focal corta (es decir, un gran angular), ya que gracias a ello podemos lograr que se exagere el efecto de las líneas paralelas que convergen en el infinito (porque parece que están mucho más separadas), y además hace que los objetos más cercanos, al ser distorsionados por el objetivo, ayuden a exagerar la perspectiva. Por eso es interesante acercarse a los lugares de donde parten las líneas, ya sea el suelo, una pared, un elemento arquitectónico…

Punto Fuga Como Elemento Compositivo 09 Foto de Atharva Lele

En cuanto a la profundidad de campo, hay que ser capaz de jugar con ella a nuestro favor. Si nuestro tema es un paisaje, lo más recomendable es decantarse porque la mayor parte de la imagen se encuentre enfocada y que la profundidad de campo sea máxima (para ello, ya sabéis, lo fundamental es usar una apertura de diafragma pequeña).

Por el contrario, si las líneas no son tan evidentes es interesante emplear una profundidad de campo limitada porque es un recurso a través del cual se puede contribuir a crear sensación de profundidad. Esto es por ejemplo bastante útil en la fotografía de arquitectura, otro de los ámbitos en los que el punto de fuga tiene una gran importancia.

A la hora de situar el punto de fuga en el encuadre conviene echar mano de la famosa regla de los tercios, porque la combinación de ambas cosas suele ser muy poderosa. Es decir, si situamos el punto de fuga en algunos de los lugares en los que se cruzan las líneas de la conocida regla, tendremos el impacto casi asegurado en ese punto. Claro que, como siempre decimos, las reglas están para conocerlas y también para romperlas, y todo depende de cada situación.

Punto Fuga Como Elemento Compositivo 07 Foto de Cole Patrick

Así que ya lo sabes, el punto de fuga es un elemento compositivo de primer orden que puede ayudarte mucho a la hora de conseguir fuerza en tus composiciones y atraer la mirada del espectador. Sólo necesitas seguir estos consejos y practicar para ser capaz de aprovecharlo al máximo.

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Foto de portada | Reginar

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