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Estos son los nueve elementos básicos que pueden dar significado a tus fotografías

Estos son los nueve elementos básicos que pueden dar significado a tus fotografías
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Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y, sinceramente, estoy de acuerdo. Pero lo estoy de una forma razonada; no me hace falta dejarme llevar por mi vehemencia por la fotografía. Estoy seguro de que estaréis de acuerdo conmigo en que el lenguaje visual tiene una gran potencia, y, además, es universal. Dos personas de dos países muy alejados quizás no puedan entenderse a través de la palabra, pero es posible que se emocionen de forma similar si contemplan una misma imagen.

He comenzado de esta forma el post porque mi propósito es indagar en los elementos más importantes de cuantos intervienen en la comunicación visual, que son, en definitiva, los recursos que tenemos los fotógrafos a nuestro alcance para transmitir una gran cantidad de información con nuestras instantáneas.

La semántica de la imagen

Los nueve elementos en los que os voy a proponer reparar a continuación son el resultado, por un lado, de mi experiencia personal como fotógrafo, pero, a la par, están inspirados en los recursos visuales de profesionales consagrados como Joe McNally o José B. Ruiz. Estoy seguro de que muchos de vosotros ya los tenéis muy presentes cuando agarráis una de vuestras cámaras, pero espero que resulten útiles para los fotógrafos que aún no los tienen bien afianzados. Vamos allá.

  • 1. El punto. Esta es la forma geométrica más sencilla, y también la más abundante en la naturaleza. Sus propiedades más importantes en el ámbito de la composición fotográfica son su capacidad de atraer la atención del espectador y su utilidad a la hora de permitirnos establecer una referencia de distancia.

  • 2. La línea. Transmite sensación de direccionalidad y energía, independientemente de que se trate de una recta o una curva. Las primeras aportan rigidez, y las segundas dinamismo. Con frecuencia aparecen de forma natural para delimitar dos tonos diferentes.

  • 3. El color. En él reside la carga emotiva de nuestras fotografías, y aporta una enorme cantidad de información. Además, podemos controlarlo con mucha precisión a través de sus tres «dimensiones»: matiz, brillo y saturación.

  • 4. La textura. Nos permite establecer un vínculo entre la información visual que nos transmite una fotografía y las sensaciones táctiles. Podemos intuir con mucha precisión, por ejemplo, el grado de suavidad de un objeto con solo mirar su textura.

  • 5. El contorno. Aparece cuando una figura u objeto queda circunscrito por una línea cerrada que lo confina frente al entorno. Las figuras elementales son el círculo, que nos transmite calidez; el cuadrado, que nos sugiere fidelidad y honestidad; y el triángulo, que evoca ritmo y tensión.

  • 6. La dirección. Está estrechamente asociada a los contornos e interviene en la composición provocando en el espectador reacciones emocionales. Las líneas horizontales y verticales denotan estabilidad; las diagonales transmiten justo lo contrario, inestabilidad; y las curvas evocan continuidad y repetición.

  • 7. La escala. Nos permite tomar referencias e interpretar el espacio dentro de la fotografía. La referencia más empleada de forma consciente e inconsciente, no solo en fotografía, sino también en dibujo y pintura, es la figura humana.

  • 8. El movimiento. Aunque aparentemente algunas fotografías carezcan de él, nuestro cerebro puede intuirlo analizando la distribución de los puntos y las líneas que conforman la imagen. Además, es un recurso técnico muy potente que los fotógrafos podemos manipular con mucha precisión jugando, sobre todo, con la velocidad de obturación y los barridos.

  • 9. La dimensión. Una fotografía es una representación estrictamente bidimensional, por lo que no tenemos las referencias que nuestro cerebro necesita para percibir volúmenes. Sin embargo, tenemos una herramienta muy potente a nuestra disposición que podemos utilizar para evocar con mucha nitidez la sensación de volumen: la perspectiva. Además, puede ser reforzada mediante variaciones de tono que indican la forma en que los objetos reflejan la luz.

Esto es todo. Conocer estos nueve elementos puede ayudarnos a planificar la composición de nuestras fotografías para transmitir a través de ellas las sensaciones que deseemos implantar en las personas que las observan. Espero que os resulten de utilidad.

Imagen | Geerd-Olaf Freyer
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