Comencé a admirar la luz lunar porque soy aficionado a la montaña. En verano, es común aprovechar dias de luna llena para realizar rutas de senderismo, ya que por la noche no hace tanto calor, y la luz de nuestro satélite un dia despejado nos puede permitir guiarnos sin necesidad de linternas.
Con esa luz de luna llena, tan singular, podemos apreciar un lado de la naturaleza insólito y espectacular. Los sentidos, por la noche, se despiertan, y nuestros ojos captan matices del paisaje que jamás podríamos apreciar con la luz solar.
Es por ello que comencé a interesarme tímidamente por la tarea de captar la luz que emite la luna sobre nuestro planeta. Practicando, leyendo, y cometiendo errores, comencé a conseguir mis primeras fotos nocturnas. Y esto me dio la oportunidad de entender mejor el funcionamiento de la luz, porque de noche las reglas cambian, y descubres que la realidad contiene otras facetas sensoriales al margen de lo que estamos acostumbrados a ver durante el día.
En este artículo trataré de daros una breve introducción a los parámetros a tener en cuenta, a la hora de evaluar la exposición, cuando queremos fotografiar un paisaje con la única ayuda de la luz que está emitiendo en ese momento nuestro satélite cuando está en su fase de luna llena. Es objeto de otro artículo aprender a utilizar todo esto en otras fases lunares, aunque os adelanto que tiene mucha relación.
¿Que exposición requiere la luna?
En cierta ocasión leí que la superficie lunar tiene bastante parecido con el gris medio. Esta idea, bastante certera, nos ayuda a entender cómo exponer correctamente este astro al fotografiarlo desde nuestro planeta. En realidad, este artículo trata sobre como aprovechar su luz, pero he creido conveniente explicar esta cuestión antes de nada, porque la primera tentación que uno tiene al fotografiar paisajes por la noche es la de incluir la luna en el encuadre.
Supongamos un dia despejado. Puesto que la luz que emite nuestra luna no es más que el reflejo de la luz del Sol dando de lleno sobre su superficie, podemos deducir que la exposición de la luna llena cuando está en su punto álgido debería ser semejante a la de un paisaje o un objeto a medio dia y sometidos a la luz solar. Por ejemplo, ISO100, 1/125 y f16 (regla Sunny16).
Como deduciréis, la exposición correcta de la luna difiere bastante de la que necesita un paisaje nocturno sometido a su luz. Por ello, si queréis fotografiar un paisaje incluyendo la luna en el encuadre, no tendréis más remedio que realizar dos o más tomas y combinarlas posteriormente con Photoshop. Salvo, claro está, que queráis asumir la sobreexposición de la luna o la subexposición del resto del paisaje.
Si eres de esos puristas que está en contra de combinar varias tomas, entonces olvídalo. No puedes exponer correctamente un paisaje con luna llena sin sobreexponer la luna. La diferencia de luminosidad, es demasiado grande.
La regla del Looney 16
Esta es una de tantas reglas que nos ayudan a tener referencias de la exposición necesaria de un paisaje con luz lunar. Es muy simple: dice que la luz de la luna es 250.000 veces menos brillante que la del Sol.
Esto es lo mismo que decir que exponer con luna llena es quitar 18 diafragmas con respecto a una exposición realizada a medio dia con tiempo despejado.
Esta idea nos da una serie de valores genéricos. Por ejemplo, a f16 e ISO 100 necesitaríamos unos 44 minutos de tiempo de exposición para obtener la misma exposición que con luz diurna.
Teniendo este valor concreto, sólo tendríamos que aplicar la ley de reciprocidad para calcular el tiempo de exposición a otros f. Un ejemplo simple: Si queremos disparar a f8 e ISO 100, tendríamos que usar un tiempo de exposición de (44/2 -> 22/2 ->) 11 minutos.
Ya tenemos una referencia para empezar a configurar nuestra cámara. Si ahora queremos más exactitud y trabajamos en digital, podríamos combinar esta ley con la prueba a ISOS altos. Esto es: conseguir la exposición al mayor ISO que permita nuestra cámara (para no perder tanto tiempo), y a partir de ahí ir realizando varias pruebas para ajustar el histograma donde queremos. Una vez lo tenemos, volvemos a aplicar la ley de reciprocidad para ajustar nuestros valores al ISO que queremos.
Decidir qué tipo de luz queremos reflejar en la escena
He aquí un matiz a la regla que os he comentado antes: el método Looney 16 nos va a dar una pequeña subexposición, porque se fundamente en una idea teórica que no tiene en cuenta que la Luna es más más pequeña que el Sol. En realidad la diferencia de luminosidad en la práctica no es 250.000, sino 400.000.
Pero esta cuestión nos puede beneficiar, porque la exposición resultante de aplicar la regla Looney 16 nos da una imagen de un paisaje con aspecto nocturno, y no diurno. Necesitamos subexponer un poco para obtener un aspecto algo más real, con sombras muy oscuras. Es por ello que esta norma, en la práctica, está bastante aceptada.
Sin embargo, podría ser que quisieras derechear el histograma, para después definir las sombras a tu manera moviendo la exposición en el ordenador. Esto nos serviría para obtener una escena nocturna más brillantemente iluminada, con más detalle en las sombras y una mayor "limpieza" de la imagen.
Decidir un modo de proceder u otro, sólo se fundamenta en vuestra decisión creativa. Experimentad y moldear vuestro método de trabajo hasta obtener lo que queréis. Este tipo de fotografía exige practicar y practicar.
El balance de blancos
Se dice que la luna emite una luz de 4.000K. Esto quizá os choque, porque significa que es una luz ligeramente más cálida que la luz blanca (5.600K que es la luz del Sol en condiciones "ideales").
La explicación está en una limitación que tenemos los seres humanos en nuestros ojos. Cuando la luz es tenue, nos cuesta mucho menos captar los tonos frios que los cálidos.
Por tanto, un buen valor de temperatura de color durante una sesión con luna sería en torno a los 4000K, para después en el procesado ajustar el balance de blancos y obtener un resultado más parecido a lo que son capaces de captar nuestros ojos. En el caso de que tu cámara no permita introducir un WB personalizado, lo más parecido a lo que buscamos estaría en la opción predeterminada "luz de tugsteno".
Conclusión
Quizás esta conclusión os desilusione un poco a priori: estos consejos no os van a decir de manera inequívoca como exponer perfectamente una escena nocturna con luz lunar. El motivo es que se basan en fundamentos teóricos. La técnica fotográfica puede llegar a ser muy precisa, pero la fotografía, como arte, no es una ciencia exacta. Jugamos con más elementos que los que nos proporciona nuestra cámara e incluso nuestros cinco sentidos.
La luna no emite la misma luz en cualquier latitud, ni a cualquier hora. Por supuesto, las condiciones atmosféricas y la estación del año serán determinantes. Además, tampoco hay una regla fija sobre cómo debe exponerse un paisaje nocturno: podríamos querer oscurecerlo para resaltar esa sensación de oscuridad, o por el contrario tratar de imitar la luz diurna. Criterios creativos que nada tienen que ver con fórmulas o reglas.
Sin embargo, tenemos una referencia para empezar a practicar. Y con esta práctica, ir interiorizando un método de trabajo que nos permita olvidarnos de todos esos detalles técnicos para que una vez seamos expertos en este tipo de fotografía, podamos limitarnos a disfrutar de fotografiar estas noches de luna llena y sacarles todo el partido. Así que espero que esta pequeña introducción os sirva para animaros.
Foto de portada | Sergio Perea
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