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Winogrand, o cómo la fotografía callejera se hace arte en su exposición de Madrid

Winogrand, o cómo la fotografía callejera se hace arte en su exposición de Madrid
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Si hay un fotógrafo que dominaba la street photography como nadie, ese es Garry Winogrand. Por ello, la sala dedicada a la fotografía de Mapfre en Madrid situada en Bárbara de Braganza, pone a disposición del público el repaso a la carrera de uno de los referentes indiscutibles en el arte de capturar la esencia de las calles.

A través de un paseo que nos lleva desde Nueva York, escenario para la fotografía urbana por excelencia, hasta otras localizaciones que le llevaron por Estados Unidos, la figura de Garry Winogrand se nos aparece como fuente de inspiración inagotable gracias al cual podemos aprender, no sólo a retratar la ciudad y sus habitantes, sino también a comprender un lenguaje formal del cual hemos bebido de manera inconsciente desde que cogimos una cámara por primera vez.

No hay nada tan misterioso como un hecho claramente descrito

Si reparamos en la citada frase de Garry Winogrand podemos dilucidar en un segundo cuál era su modo de hacer fotografía. Porque claramente sus imágenes son estampas de momentos reales, donde regala toda la información posible, pero que al mismo tiempo se nos antojan muy complejas, quizá misteriosas en su paradoja.

El "cronista de América", como así se le conoce, nos muestra en esta exposición 200 fotografías que nos presentan buena parte de la historia de Norte América. Nos encontramos con la evolución de las décadas gracias a las manifestaciones callejeras que se ven reflejadas en el modo de vestir y de actuar, encontrándonos siempre una manera de fotografiar no cambiante. De hecho somos conscientes del paso del tiempo gracias al atrezzo que confieren las modas en la ropa y en los peinados, así como en la arquitectura del paisaje. Pero sus imágenes siguen siendo las mismas, aunque veamos que en los últimos años su fotografía pierde frescura en favor de una decadencia fruto, se dice, de su descontento con la sociedad americana.

Es importante esa huella que nos dejó un fotógrafo que a su muerte contaba con 6500 carretes sin revelar. Porque Winogrand sentía dejadez por el revelado de las imágenes, a él lo que le gustaba era fotografiar. Buscar la fotografía. Apretar el gatillo. En un mundo en el cual ya no sabemos tomar imágenes sin hacer el gesto de mirar nuestra pantalla tras la toma, es de locos no haber sentido la necesidad de saber que luz había impregnada en esos negativos.

La luz, muy importante en muchas de sus imágenes donde nos regala un complejo juego de lueces y sombras en el asfalto. Como también lo son los rostros. Muy cercanos, fruto de una fotografía que no tiene miedo a acercarse al sujeto. A encuadrarlo en las distancias cortas. Haciendo de esa manera que nos sintamos parte de esa imagen, que la vivamos no como espectadores sino cómo aquel que podía estar cruzando un paso de zebra en Nueva York al mismo ritmo que un señor con gabardina y sombrero.

A veces siento como si [...] el mundo fuera un lugar para el que he comprado una entrada. Un gran espectáculo dirigido a mí, como si nada fuera a suceder a menos que yo estuviera allí con mi cámara

Me acabo de imaginar la escena. Las calles en silencio. La gente petrificada como estatuas de marmol. Winogrand cierra la puerta de su casa. Pone un pie en el asfalto, agarra la cámara y... despiertan las calles. De pronto los autómatas de carne y hueso empiezan a actuar cómo cuando la vida de un fotograma comienza tras el sonido de la claqueta. Garry está ahí dispuesto a contárnoslo. A dejar para la posteridad un documento único sobre la historia americana.

Porque gracias su trayectoria podemos conocer desde manifestaciones a mítines políticos, desde hippies en Central Park a despegues de Apolo. Acontecimientos que no nos son indiferentes gracias a la iconografía que nos ha dado el cine americano, pero también fundamentada en la mirada que fotógrafos como Winogrand hicieron porque esas imágenes pasasen de generación en generación de fotógrafos que han seguido sus pasos.

En resumen

Una muestra obligatoria en nuestra agenda, que nos permite acercarnos a un fotógrafo casi sin parangone en la historia de la fotografía callejera. Para quienes no podéis acercaros a Madrid, estará abierta hasta el 3 de mayo, ya sabéis que Mapfre pone a disposición del público una visita virtual, así como toda la información en su portal. Os comparto también un vídeo de la conferencia que se llevó a cabo sobre su figura.

Más información Mapfre Visita virtual

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