Panasonic Lumix DMC-GX1, la hemos probado

Panasonic Lumix DMC-GX1, la hemos probado
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A finales del año pasado Panasonic anunciaba la Lumix GX1, la esperada evolución de la aplaudida y valorada GF1. Mucho no tenían que esmerarse y si hacían una actualización que continuara con el espíritu de esta GF1, el éxito y el aprecio volverían a acompañar con este nuevo modelo a la firma japonesa.

Y es que hace algo más de dos años Panasonic irrumpió en el sistema Micro Cuatro Tercios con una cámara que cumplió con muchas expectativas y fue capaz de captar la atención de fotógrafos, tanto profesionales, como aficionados avanzados. La Lumix GF1 enamoró a muchos con su diseño sobrio, excelente construcción, resultados óptimos, muy polivalente y, acompañado del pancake de la firma el Lumix 20 mm f/1.7, se convertía en una de las más atractivas opciones dentro de las cámaras sin espejo con objetivos intercambiables.

lumix gx1 xataka foto 2

Así lo pude comprobar cuando la probé durante algunas semanas. La Lumix GF1 con el pancake se convirtieron en mi compañía inseparable durante algunos días de verano. Su tamaño era ideal para llevar siempre encima, algo más grande que una compacta al uso pero muy manejable. Y fue de esas cámaras con la que congenias rápidamente, te acoplas bien y te da muchas satisfacciones. Cuando llegó la Lumix GF2, todo indicaba que podía ser una evolución natural, una actualización, pero no fue así del todo. Algo que quedó aún más patente con la siguiente, la Lumix GF3 que ya se desmarcaba en una línea distinta. Diseño más pequeño, formas redondeadas, múltiples opciones automáticas y creativas… estaba destinada a un público diferente.

Así que el anuncio en noviembre pasado de la Lumix GX1 supuso una grata noticia porque, esta vez sí, nos encontrábamos con la verdadera evolución de la apreciada GF1 y una más que digna competidora de la Olympus PEN E-P3, con la que comparte montura. Y eso que llegó en un momento en el que las miradas estaban centradas en otros modelos que consiguieron eclipsar parcialmente su nacimiento. Ahora, hemos tenido ocasión de probarla durante algunos días y comprobar si la actualización y mejora ha seguido la línea deseada y si continua manteniendo las sensaciones satisfactorias.

Lumix GX1, diseño y ergonomía que cumplen expectativas

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Mantiene claramente el diseño sobrio de líneas rectas de la GF1 y por tanto aquí solo cabe aplaudir por esta decisión. De nuevo nos encontramos con un cuerpo sólido, con metal y sin abuso del plástico. Es robusta y tiene un buen agarre gracias a un pequeño grip, pero suficiente. Sigue teniendo un tamaño comedido pero sin echar en falta controles suficientes para el fotógrafo que huye de las opciones automáticas y quiere tener el manejo totalmente manual.

Cuenta con suficientes accesos directos, botones configurables a medida lo que supone un gran acierto. Así, cada uno puede personalizar algunos de estos controles a su gusto y esto hace que sea fácil adaptarse a su manejo. A todo ello hay que añadir que incorpora una pantalla (3 pulgadas y 460.000 puntos de resolución) que es táctil y por tanto aumenta las posibilidades para controlas las opciones y navegar por los menús. Aunque si bien es cierto, que es una alternativa añadida pero no especialmente mimada o cuidado en extremo. Así que no podremos acceder a todo el control de la cámara a través de la capacidad táctil de la pantalla.

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Está dirigido a un público que busca facilidades y, hoy acostumbrado a “lo táctil”. Con todo se agradece aunque teniendo tantos controles configurables, en muchos momentos es prescindible. Quizás en una siguiente evolución, nos encontremos con que sea más operativa y mejor definida, aunque teniendo tanta posibilidad de personalización con los accesos directos queda como un extra para los que gusten de esta opción, más que a tomar protagonismo. Aunque es cierto que opciones como el enfoque táctil o poder disparar solo tocando un punto de la pantalla, puede ser una alternativa para determinadas situaciones.

Evidentemente la Lumix GX1 no incorpora un visor electrónico, que la hubiera convertido ya en una cámara de miras más elevadas. Aunque habría supuesto un aumento de tamaño y precio. Para compensar encontramos como accesorio opcional el visor electrónico DMW-LVF2 de excelente resolución (1.4 megapíxeles) y orientable hacia arriba en un ángulo de 90 grados. Su uso implica no poder utilizar un flash, ya que se conectaría en la misma ranura. También nos encontramos con un pequeño flash incorporado que si bien no es ninguna maravilla puede salvar alguna situación. Pero eso sí, notamos que es muy frágil el mecanismo por lo que requiere un especial cuidado en su manejo para plegarlo.

Lumix GX1 y objetivos serie X, una excelente compañía

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Los fabricantes nos tienen acostumbrados a acompañar a sus nuevos modelos con objetivos polivalentes, no siempre de suficiente calidad, para contentar al grueso del público. Para no elevar su precio y que sin necesidad de comenzar con un arsenal de objetivos podamos hacer frente a todo tipo de escenas y motivos. En esta ocasión, Panasonic se ha empleado a fondo para ofrecer una nueva gama de objetivos que sean la mejor compañía posible para la Lumix GX1, primando el tamaño y el automatismo como primordial. Así nace la serie X.

La unidad de la GX1 que hemos probado estaba acompañada por el zoom motorizado Lumix G X 14-42 mm f3.5-5.6 PZ y el Lumix G X 45-175 mm f/4-5.6 PZ. Ambas ópticas estabilizadas y donde su tamaño compacto destaca a primera vista. El 14-42 tiene el tamaño de un pancake cuando la cámara está desactivada. Llamativo resultado y que sin duda atraerá a muchos compradores que busquen un tamaño de bolsillo como prioridad. Una vez accionamos la cámara, el objetivo se despliega pero manteniendo unas dimensiones que no son nada excesivas. En principio, no podríamos decir lo mismo del teleobjetivo 45-175, pero si tenemos en cuenta que su longitud focal, en el sistema Micro Cuatro Tercios, se convierte en un 90-350 mm (equivalente), el asunto toma otro cariz. Podemos disponer de un teleobjetivo de gran amplitud focal y que cubre una distancia casi impensable en un tamaño tan compacto.

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Por contra, estos objetivos sacrifican en esta apuesta por la reducción del tamaño, la presencia de aros de enfoque o selección de distancias focales. A cambio nos encontramos con dos pequeñas palancas (como se aprecian en la imagen anterior), que hacen las veces de configuración de distancia focal, el manejo del zoom, y en el otro podemos manejar de forma singular el enfoque manual. Si esta solución es buena o no, depende del tipo de usuario.

Los acostumbrados a las compactas y manejar el zoom con una pequeña palanca o botones no tendrán problema. El usuario habitual de réflex y otras cámaras con objetivos intercambiables, notará que cuesta hacerse con ese sistema. No resulta muy natural y en los primeros días de uso, hay que buscar esta palanca visualmente, no resultando muy intuitiva. Pero lo cierto es luego su funcionamiento es adecuado, aunque no tan rápido como disponer de un anillo de selección. Y eso sí, el sistema se antoja ideal para la grabación de vídeo, ya que permite una transición muy suave cuando ajustamos la focal.

En cualquier caso, lo que si cabe destacar es que el resultado general de los dos objetivos es más que correcto en líneas generales y consigue un buen equilibrio con el cuerpo de la Lumix GX1. No son muy luminosos, pero cuentan con la estabilización como extra, algo muy útil sobre todo en distancias focales largas. Unido al buen compartimiento del sensor Live MOS de 16 megapíxeles en bajas condiciones de luz, tenemos bien resuelto una de sus principales pegas.

Lo que más nos ha gustado

lumix gx1 ruido test

No podemos olvidar que además la GX1 y su nuevo sensor supone una cada vez más corta distancia, en lo que al control del ruido se refiere, frente a otros sistemas que apuestan por sensores más grandes, los APS-C. Aquí, la Lumix GX1 consigue demostrar que es capaz de ofrecer resultados muy aceptables incluso a 3200 ISO, aunque recordemos que es capaz de alcanzar 12800 ISO (ver muestras en la galería con todos los valores).

Muy recomendable trabajar con archivos RAW sobre todo para encontrar mejoras, con respecto a la GF1, en cuanto a rango dinámico y este mismo control del ruido.

Además, podemos destacar la mencionada buena construcción del cuerpo, su calidad de imagen en general y sobre todo acompañada de los objetivos de la serie X y el autofocus. Veloz, efectivo, incluso en situaciones de baja luminosidad y falta de contraste. Esto unido a un procesador veloz que nos permite disparar en ráfaga sin que llegue a “ahogarse” y nos demore en siguientes disparos. Aunque sin duda es recomendable usar tarjetas de grabación rápidas para sacarle partido, especialmente si somos de los que encontramos en las ráfagas un método habitual para disparar.

Las debilidades de la Lumix GX1

Aunque en general la sensación es muy satisfactoria, ya que esta GX1 ofrece prestaciones muy apetecibles dentro del sector de las CSC, encontramos algunos puntos débiles que se podrían mejorar para futuras versiones (quién sabe si se reservan para sacar una tope de gama y competir con los grandes de la liga: Sony NEX-7, Fujifilm X-Pro1 y Olympus OM-D E-M5). Estos giran en torno a la capacidad táctil de la pantalla, muy mejorable, además de su resolución y su función de vídeo. Que aunque resultará más que suficiente para gran parte de los usuarios (o los menos exigentes en este terreno), ya que no olvidemos que es capaz de grabar en Full HD, lo cierto es que solo permite hacerlo en formato AVCHD y a 50 fps entrelazados. Como digo esto será suficiente para muchos, pero viendo cómo avanza la competencia en prestaciones de grabación de vídeo, aquí hay margen de mejora.

Conclusiones

Como señalaba al principio, se esperaba de esta Lumix GX1 que mantuviera la filosofía y calidad de su antecesora la GF1 y en este sentido ha cumplido. Consigue mejorarla con prestaciones a la altura de lo que en la actualidad se puede encontrar entre las mejores “mirrorless” del mercado. Y todo ello sin caer en el efecto miniatura que invade a otros modelos y que, en Panasonic, ya cubren con la actual GF3. Aquí hay un diseño sobrio, que enamorará a los fotógrafos amantes de cierto clasicismo, manteniendo un tamaño compacto pero no diminuto y, sobre todo, una alta capacidad de personalización, con lo que es fácil congeniar rápido.

El acompañamiento de los objetivos de la serie X parece un acierto de cara a un público general, aunque seguro que parece una opción menor para los más exigentes. Al fin y al cabo son objetivos que viene a acompañar al cuerpo en un kit ajustado de precio. Pero por suerte, el catálogo de objetivos para Micro Cuatro Tercios es amplio y con excelentes opciones (no nos olvidemos del venerado y pancake 20 mm f/1.7, que si bien no enfocará tan rápido, sí que logrará extraer gran calidad al sensor), además del amplio mundo que se abre con los adaptadores para objetivos de otras monturas.

Por un precio ajustado, en torno a los 600 euros, se puede adquirir la Lumix GX1 con el 14-42 ultracompacto y esto es una baza importante si tenemos en cuenta cómo se disparan los precios en modelos supuestamente muy superiores, pero a los que esta completa Lumix resta distancia.

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