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Sony NEX-7, la hemos probado

Sony NEX-7, la hemos probado
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Desde que se anunciara el pasado verano, la Sony NEX-7 no ha dejado de acaparar atención. No solo por ser la apuesta más fuerte del sistema de sin espejo de Sony, con unas prestaciones y características que claramente la ponían en la cumbre de las CSC, sino por los posteriores retrasos en su producción y llegada a los escaparates.

Mientras, otros fabricantes han ido mostrando sus cartas, pero Sony se había adelantado en la jugada. Una auténtica bestia de cámara nos pareció cuando se anunció y tras conocer las primeras impresiones que nos comentó Mauro A. Fuentes, hemos podido hincarle el diente. Bueno, más bien comprobar sus alabadas bondades a la par que buscarle sus defectos.

Sony NEX-7: tamaño reducido sin renunciar al visor electrónico ni a un sensor APS-C

sony nex-7 con objetivo

Detalle de la Sony NEX-7 con el grip y botón de disparo

Los anteriores modelos de las Sony NEX nos mostraban el proceso de miniaturización por que el fabricante japonés había apostado. Más cercanas en tamaño a cualquier compacta pero sin renunciar a la que es su verdadera punta de lanza: los sensores tecnológicamente más avanzados del mercado.

Así, todos sus modelos han venido presumiendo de calidad en los resultados, acompañados de ese tamaño tan compacto que se valora como un plus tanto para el que busca una segunda cámara de garantías para llevar siempre encima, como el usuario que no se atreve (o no desea) dar el salto a una DSLR.

La Sony NEX-7 sigue esta misma premisa. Un tamaño realmente comedido, aunque en este caso algo menos pronunciado y un sensor CMOS tamaño APS-C de 24 megapíxeles, nada menos, convirtiéndose en un objeto de deseo aún más si cabe por la inclusión en el cuerpo de un ansiado visor electrónico. Y aquí Sony vuelve a demostrar que no hace falta aumentar en exceso el tamaño de una sin espejo para integrarle un visor, algo muy demandando entre los usuarios más avanzados, y sin duda necesario para las pretensiones que la NEX-7 se planteaba. Con estas características, cualquier fotógrafo exigente, profesional o no, puede encontrar ya bastantes elementos como prestarle suficiente atención.

El resto de prestaciones son bien conocidas, aúna la última tecnología de Sony, que cada día viene demostrando su enorme ambición pero también constatando su poderío tecnológico, ofreciendo cámaras que cada vez más compiten en todos los segmentos. El de las CSC no es menos y la NEX-7, al igual que ya demostraba la NEX-5n, posee suficientes prestaciones de altura como para considerarla hoy en día la más avanzada de las mirrorless actuales (con el permiso de la Fujifilm X-Pro1 o la Olympus OM-D E-M5).

Sony NEX-7 detalle visor

Detalle del visor electrónico de la Sony NEX-7

El sensor es un gran reclamo, pero también lo es la integración del visor electrónico. Un visor con tecnología OLED integrado en la parte superior izquierda del cuerpo (quizás no sea lo más ideal, pero tampoco posee mayor importancia) que incorpora un dial para ajuste de dioptrias y un sensor de proximidad. Buena solución que desactiva la pantalla trasera cuando aproximamos el ojo al visor, desde donde podemos obtener una gran información para el disparo. Aunque hay que tener cuidado cuando llevamos la cámara colgada al cuello porque con el roce del cuerpo se activa y puede ser algo engorroso (sobre todo por del consumo de batería).

El visor electrónico requiere de cierta adaptación, sobre todo para quien esté acostumbrado al habitual visor óptico de las réflex, pero su comportamiento, refresco y calidad es incuestionable. Eso sí, a pesar de tener una resolución notable de de 2.4 megapíxeles, hay que reconocer que aún queda mucho camino por mejorar a los visores electrónicos en general. Pero el incorporado en esta Sony NEX-7 cumple su función sobradamente.

Diseño y controles

sony nex-7 detalle ruedas control

Detalle de ruedas de control de Sony NEX-7

A pesar de tener un tamaño compacto, aunque ligeramente mayor que sus hermanas pequeñas de la gama NEX, no deja de ser realmente cómoda, con buena ergonomía y ofrece un adecuado agarre. Su diseño, alejado de la línea más tradicional (por la que apuestan Fujifilm y Olympus entre otras), puede no gustar a los puristas o fetichistas de cámaras que ofrecen más sensaciones (nostálgicas) a primera vista, aunque reconozco que su aspecto tampoco es que me despierte emoción, pero el hecho de mantener un tamaño pequeño y una gran ligereza es un gran factor a favor.

Sigue siendo una cámara fácilmente transportable, que no cansa colgada al cuello o en las manos, cuando se lleva mucho tiempo encima.

Del diseño además debemos destacar su pantalla trasera de 3 pulgadas y una resolución de 921.000 puntos (en formato 16:9), que además es basculante. Buena calidad de imagen aunque hemos notado que se ensucia con especial facilidad, menos que mal que no es táctil, porque sino el acabado no es el más adecuado. Al margen, sobresalen las dos ruedas de control de la parte superior derecha. Sin información grabada, escuetas, de color negro y algo sensibles, son la apuesta de Sony por tener a mano dos controles esenciales.

Aunque hubiese estado bien que fueran mucho más pesonalizables (como el resto de opciones y botones), no resulta difícil adaptarse a ellas y su accionamiento con la práctica resulta muy ágil. Aquí me ha sorprendido a pesar de cierta reticencia inicial.

sony nex-7 detalle de menus

Detalle de la interfaz de la Sony NEX-7

No puedo decir lo mismo de los menús y opciones que nos encontramos. Navegar por la interfaz es un verdadero infierno, por mucho que los coloristas y gráficos menús nos resulten agradables a la vista. No tiene mucho sentido mantener este diseño de menús heredado del resto de NEX y de compactas avanzadas de la marca para una cámara con mayores pretensiones. Un usuario avanzado o acostumbrado a controles más prácticos hasta en la réflex más básica se encontrará con un auténtico engorro y proceso de aprendizaje para manejarse por las opciones que ofrece la pantalla. Aquí la paciencia y una lectura a fondo de las instrucciones son las únicas armas para contrarrestrarlo.

Por úiltimo, también destacar negativamente el diminuto flash integrado y la fragilidad de su sistema de accionamiento. Aunque está claro que no es una opción muy habitual por su rendimiento (apenas para salvar ciertas situaciones), el hecho de que devolverlo a su espacio tras accionarlo da grima y sensación de una fragilidad extrema. Tras algunas pruebas opté por volver a usarlo y creo que será la sensación general del usuario de la NEX-7. Menos mal que con posee una zapata para incorporar un flash en condiciones.

El sensor es la estrella y más si está acompañado de un buen objetivo

Paso de penitentes por el interior de la Catedral

Paso de penitentes por el interior de la Catedral (Sony NEX-7 f/2, 1/40s, 6400 ISO)

De su funcionamiento y rendimiento solo podemos reunir alabanzas. En efecto, la Sony NEX-7 ofrece una calidad elevada que se comprueba ya con las primeras capturas y visionado en pantalla. Cuando acabas descargando las imágenes y comprobando en detalle, se comienza a apreciar las bondades del sensor CMOS de Sony. Elevada definición y detalle, unos colores muy fieles, un control del ruido comedido… los resultados son muy satisfactorios en líneas generales y especialmente disparando en RAW (no podemos decir lo mismo de los JPEG).

Eso sí, tenemos que reconocer que la prueba ha ido acompañada del estupendo Carl Zeiss 24mm f/1.8, un objetivo de enorme calidad que se postula como una de las mejores opciones para el cuerpo de la NEX-7. Claro que esto no es muy difícil de conseguir, puesto que las opciones en cuanto a objetivos en el sistema NEX adolece de carencias, que suponemos en Sony no tardarán en compensar. Sobre todo porque para el usuario que quiera apostar por la montura E de las NEX no encontrará suficientes recursos en cuanto cristales para sacarle todo el partido (al menos con sistemas automáticos que extraigan rendimiento a las prestaciones).

Y esto, con la NEX-7 se hace aún más acuciante. Un sensor de esta calidad, con tanta resolución requiere ir acompañado de un objetivo que le pueda extraer todo el rendimiento posible. Lamentablemente no he podido probarlo con el pancake Sony 16mm f/1.8 para comparar, pero mucho me temo que quedaría patente aún más que se trata de un objetivo de escasas pretensiones (aunque resultón para el precio que tiene como ya pude comprobar con la NEX-5n y la NEX-5).

Cadena con bokeh

Con la máxima apertura (f/1.8) se puede apreciar el gradual desenfoque (ver a mayor tamaño en Flickr)

El conjunto que forma la NEX-7 con el Zeiss 24 mm es realmente el de una pareja bien avenida. Con un equivalente a un 36 mm aproximadamente y un diámetro de 49 mm, su tamaño más próximo al zoom 18-55 mm posee un volumen adecuado como para compensar el conjunto y, si se prescinde del parasol, resulta aún más cómodo su uso, además del transporte.

El comportamiento de este objetivo de unos 1.000 euros es el que se puede esperar al venir acompañado del sello Zeiss. Extraordinaria nitidez, un bokeh sobresaliente, aunque es cierto que se comporta mejor cuando se prescinde de sus máximas y mínimas aperturas.

Por suerte, como bien se encargaron de resaltar nuestro compañero Javier Prieto con la NEX-5n y Mauro en sus primeras impresiones, la existencia de adaptadores para otros objetivos es una solución tan viable como atractiva y que aumenta las posibilidades. Especialmente si disponemos de objetivos manuales, ya que Sony también ha incorporado en la NEX-7 la excelente solución de “focus peaking”. Sin duda la mejor ayuda que hemos probado para el enfoque manual en una cámara digital y que recordemos se encarga de marcarnos en pantalla con un tono resaltado las zonas enfocadas en cada momento.

Sony NEX-7: lo mejor

Haciendo un resumen de los puntos a favor, hay que volver a destacar el tamaño y ligereza, la posibilidad de personalizar varios de los controles, su excelente visor electrónico y, en general, la excelente respuesta de su sensor APS-C. Suficientes argumentos para una cámara avanzada y que convencerán a los más exigentes en este sentido.

Tampoco podemos olvidarnos de su capacidad de grabación de vídeo que resulta más que suficiente para un uso esporádico y que seguro los más aficionados al vídeo encontrarán resultados satisfactorios, con opciones muy completas.

Y no podía olvidarme de la capacidad de la batería, que teniendo en cuenta la inclusión de un visor electrónico, esperaba que fuera mucho menos duradera. Y lo cierto es que su autonomía no está nada mal, además de disponer en todo momento (si lo deseamos) el porcentaje de carga restante en la pantalla (algo que no muchas cámaras suelen incorporar y que es sumamente práctico).

Lo que se puede mejorar

Sony NEX-7 detalle flash

Detalle del pequeño flash de la Sony NEX-7

Sin duda hay que empezar por los menús de pantalla, la parte más negativa del conjunto al que solo cabe ponerle paciencia y un buen aprendizaje.

Asimismo, aunque el control del ruido es aceptable, sí que hay que destacar si comparamos con la NEX-5n, que su “exceso” de megapíxeles limita que este control de ruido sea aún mejor. Aunque nos permite configurar unos valores ISO desde 100 hasta 16.000, lo cierto es que no es muy recomendable pasar de 1.600 para encontrar un resultado bastante aceptable. Haciendo pruebas en situaciones de baja luminosidad, el sensor bien acompañado de un objetivo de gran apertura, nos permitirá sacar buenos resultados sin tener que recurrir a elevar la sensibilidad.

Pero en líneas generales, el hecho de conocer cómo se comporta en este mismo sentido la NEX-5n parece muy mejorable esta faceta por parte de Sony (a pesar de permitir la opción de un HDR que también es una buena opción para determinadas situaciones con un resultado aceptable).

El autofocus también se puede contar, siendo exigentes, en el saco de lo mejorable. Aunque su comportamiento en líneas generales es bueno, hay un gran margen de mejora para aumentar su velocidad y conseguir que uno no eche de menos un sistema más cercano al de las mejores DSLR. Comparado con la prueba reciente con la Lumix GX1 he de reconocer que es mucho mejor, casi diría que un punto por debajo incluso.

Y por último, se hace deseable encontrar un catálogo de objetivos amplio. Apostar por el sistema NEX hoy en día tiene este hándicap bastante considerable y hacerlo por la NEX-7 y sus 1.200 euros el cuerpo, es aún más arriesgado. Si tenemos disponibilidad de hacernos con el Carl Zeiss 24mm f/1.8 no hay que dudarlo, pero eso nos supondrá un desembolso en torno a los 2.000 euros en conjunto, algo al alcance de menos bolsillos. Y más teniendo en cuenta que la NEX-5n ofrece menos distancia con la NEX-7 en resultados del que marca su precio en el escaparate.

A continuación podéis ver una galería de imágenes de prueba. También se puede ver en el set de Flickr a mayor tamaño para apreciar los detalles.

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