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Ricoh GR Digital III, la hemos probado

Ricoh GR Digital III, la hemos probado
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La Ricoh GR Digital III fue una de las cámaras lanzadas el pasado verano que más me despertó la atención. Una compacta de diseño sobrio, pero con un interior de lo más atractivo, que se la convertía en una de esas compactas que enseguida le echas el ojo y deseas tener para acompañarte a todas partes, cuando no deseas cargar con una pesada réflex.

Esta cámara seduce, como digo, por su diseño: cuerpo robusto, elegante color negro y sencillez de formas. Pero también por sus características técnicas: menús personalizables, archivos DNG, 10 megapíxeles, gran LCD de 3 pulgadas y un objetivo luminoso de focal fija. En definitiva, no es una compacta para todo el público, ya que aquél que tiene unos buenos conocimientos le sabrá sacar el máximo partido, gracias a su enorme capacidad de personalización.

La carta de presentación de la Ricoh GR Digital III como se puede apreciar es más que sugerente para cualquier aficionado a a fotografía digital.

Gracias a la gentileza de Ricoh he podido disfrutar durante un buen tiempo de ella y probarla con tranquilidad, a la par que enamorarme por sus resultados. No en vano, es una de las cámaras GR de Ricoh que están muy de moda en Japón. Se une un tamaño compacto, ideal para llevar siempre el bolsillo (algo que suelo valorar mucho, ya que no me gusta cargar con fundas voluminosas) y una focal fija que obliga a pensar cada fotografía con especial cuidado. No estamos acostumbrados, la mayoría, a usar este tipo de objetivos en una compacta, por lo que no es útil para todo tipo de motivos y momentos. Sus 28 mm son una delicia para la fotografía callejera (como se puede apreciar en este ejemplo), y uno termina acostumbrándose rápidamente.

ricoh gr 2 XF 2

El objetivo f/1.9

Y es que su objetivo es uno de sus principales reclamos. Como decimos se trata de una focal fija de 28 mm pero cuenta con una apertura de nada menos que f/1.9. Una verdadera delicia para conseguir imágenes en bajas condiciones de luz y también para jugar con la escasa profundidad de campo. Manteniendo un tamaño tan reducido como el de cualquier compacta, el objetivo GR de Ricoh no tiene apenas distorsión y combinada con la apertura tan amplia se consiguen imágenes muy satisfactorias. Aunque, eso sí, hay que reconocer que hay que hacerse a él, acostumbrarse al encuadre, a usar una profundidad tan corta. Algo que, tras lograrlo, se convierte en una gran satisfacción.

Para los más interesados, hay que comentar que la Ricoh GR Digital III tiene la opción ampliable de un adaptador para un añadir un visor óptico (ya que no dispone más que de la pantalla LCD) o bien a través de un objetivo de gran angular de 21 mm (GW-2) y su correspondiente visera, a través del anillo de conexión del que incorpora en su construcción. También existe, entre sus accesorios, un flash TTL.

Controles y menús

La sencillez de su diseño, como indicamos con un cuerpo de aleación de magnesio muy resistente y de una gran solidez (y escaso peso) cuando se tiene entre las manos, hace que sus controles estén perfectamente integrados, los justos y en su lugar correcto. Lo cual gana mucho cuando se trata de acostumbrarse a su manejo. Algo realmente fácil debido a esta característica. Aunque el dial de modos permanece bloqueado y hay que pulsar el botón de desbloqueo al tiempo que se gira. Un poco incómodo pero se gana en seguridad contra errores involuntarios.

El resto de botones de la parte trasera son los apropiados, incluyendo dos con posibilidad de personalizarlos. Y es que esta versatilidad en sus controles la hacen muy atractiva para el que gusta de trastear y conseguir poner a su antojo algunos controles de forma más asequible. Tanto es así, que uno parece adaptarla conforme se va utilizando a las particulares preferencias, pero con enorme facilidad para cambiarlas según las necesidades que van surgiendo. Hace que te olvides de la rigidez de otros modelos.

Calidad de imagen

Sin duda uno de sus puntos fuertes. La unión de un objetivo de gran calidad y luminoso, la capacidad de conseguir enfoque a tan sólo 1 cm y el amplio rango dinámico, hacen que podamos lograr excelentes capturas, desde macro hasta paisajes amplios, con gran calidad de detalle y magnífico color. Es algo que se aprecia cuando uno se descarga el archivo RAW, en este caso DNG, y con la tranquilidad y la amplitud de una pantalla de ordenador se consigue una gran satisfacción en este sentido.

Podemos personalizar, fiel a su espíritu de libertad para el fotógrafo, también tonalidad, saturación, pero especialmente seleccionar el formato cuadrado (1:1), una delicia para experimentar. También se puede regular la intensidad del pequeño flash retráctil que incorpora, por lo que las grandes posibilidades se ajustan a un gran número de situaciones de luz que nos podemos encontrar.

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Gran pantalla LCD y numerosa información a mano

El panel LCD VGA de 3 pulgadas posee una resolución espléndida, lo que nos permite disfrutar de toda la información que necesitemos para cada toma. Podemos disponer de los habituales parámetros, pero también del utilísimo histograma, un nivel electrónico para evitar fotos inclinadas. También disponemos de una guía de cuadrícula (configurable) como asistente en el encuadre. A esto añadimos que tan sólo con pulsar la palanca ADJ en el modo de visualización obtenemos una ampliación de la imagen para comprobar los detalles.

Otras características

Hay que mencionar también que el sensor CCD es de 10 megapíxeles y que el procesador GR ENGINE II permite unos valores ISO controlados que van desde 64 hasta 1600, aunque si bien es cierto que a 800 ISO ya se aprecia ruido considerable en las sombras, por lo que he intentado no subir más de 400 ISO y con ello conseguir unos resultados aceptables.

Por último destacar que dispone de una autonomía muy apreciable, que según el fabricante ronda los 370 disparos. Y ciertamente, se puede afirmar que resulta muy acertado, y eso que tenemos que disponemos de una pantalla grande y luminosa que consume bastante energía, pero que sin embargo no resta demasiada capacidad a la batería. Ideal para llevarla a plena carga durante varias jornadas y olvidarnos de cargarla. Un punto muy a favor y que suelo valorar mucho cuando se trata de compactas.

Lo más destacado:

  • El magnífico objetivo: pequeño, luminoso y un 28 mm fijo que nos obliga a movernos y pensar la fotografía.

  • Su enorme capacidad de configuración. Botones destinados a funciones que deseemos. Muy personalizable y concebida completamente para sacar el máximo partido a este aspecto.

  • Calidad de imagen. El excelente rango dinámico y la luminosidad de su objetivo nos brindan fotografías de excelente contraste y color.

  • Duración de la batería. Se agradece mucho que nos olvidemos del cargador durante casi 400 disparos.

  • Su diseño: atractivo, cuerpo robusto, perfecto agarre y los botones y diales en su justo lugar.

Lo menos destacado:

  • Hubiese sido muy valorable que el ruido no fuera tan evidente a partir de 400 ISO y sobre todo 800 ISO.

  • Debido a su focal fija, no resulta especialmente versátil. No es la cámara que llevaríamos para cualquier situación.

  • El enfoque a veces no es especialmente veloz y el procesado de la imagen también se ralentiza un poco.

  • Siempre nos genera dos archivos: DNG+JPG, lo cual duplica cada toma y nos ocupa mucho espacio en la tarjeta de memoria. Suelo desechar siempre el JPG cuando disparo en RAW, y con ella no se puede.

  • El elevado precio que le resta mucho del atractivo que ya de por sí tiene.

En conclusión, la Ricoh GR Digital III es un precioso juguete, con el que obtener excelentes imágenes, ideal para aquellos fotógrafos que busquen una compacta de gran calidad y con la que disfrutaran personalizando y sacando el máximo partido a la apertura de su objetivo.

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