Con motivo de la exposición enmarcada dentro del Festival Off de PhotoEspaña en la galería Espacio Foto sobre la obra de Eduardo Momeñe, "Fotografías en un cierto espacio. 1978-2014", tuvo lugar ayer tarde un encuentro con el fotógrafo, como ya tuvimos ocasión de disfrutar la presencia de Miguel Bergasa con la anterior muestra.
En esta ocasión, por fin pude escuchar en persona a Eduardo Momeñe desde que hace años me hablaran maravillas de su libro "La visión fotográfica. Curso de fotografía para jóvenes fotógrafos" y adquiriera un ejemplar para darme cuenta que sus ideas sobre cómo formarse fotográficamente no estaban tan alejadas de las mías.
Hubo tiempo para sacar varios temas durante la tertulia mantenida, sobre su obra, sobre sus referentes, sobre la pasión que hay que tener si uno quiere dedicarse a este medio y hasta de la post-fotografía abanderada por Joan Fontcuberta. Pudimos además hablar sobre la eterna dicotomía entre blanco y negro y color, sobre la fotografía analógica versus digital, así como la discusión de términos entre lo que es una fotografía y una imagen postproducida.
Lo que hay detrás de la exposición de Eduardo Momeñe
Comenzamos entonces hablando de esta exposición, cuyas obras se sitúan desde aquel año, 1977, en el cual Momeñe abrió su estudio en Madrid,hasta la actualidad, siendo esta muestra una recopilación, en el cual los trabajos comerciales se mezclan con los personales igual que las caras conocidas con las desconocidas.
Según nos comentaba, trabajar en un estudio le supone aislarse del mundo, es su pequeña burbuja, quizá motivado por la idea poética de fotografía que le llevaron a esta profesión gracias a la película "Blow up" y al fotógrafo Bourdin cuyos trabajos para Vogue le fascinaban. También el retrato como gran tema de la historia del arte desde esos retratos aislados, en 3/4 y con perspectiva intuitiva (no matemática como los italianos) de Van Eyck. E incluso llegó a comentar que la fotografía del siglo XIX le fascina y que tampoco habría pasado nada si se hubiese quedado estancada en esa época.
Comentó cómo le gusta usar la paradoja y la ironía, de la potencia que debe tener un retrato, que debe contarnos algo, independientemente de si existe o no una empatía o una amistad con el modelo, no se trata tanto de robar el alma sino de hacer que la conjunción (e interacción) del espacio más el lenguaje corporal del fotografíado funcionen en un todo que nos atrape como espectadores. Con ello nos comentó su esquema de luces, fundamentalmente gracias a un único flash y a su gusto por utilizar la luz Rembrand situada a 45º para potenciar las texturas.
El copiado de sus fotos
Nos habló de su laboratista, Antonio Navarro, del cual hay varias copias expuestas en la muestra y de cómo utilizaban papeles como el Recordapic, el Portrene R112 que daba tonos cálidos o el Ilford Gallery que era un papel frío que se acercaba mucho al efecto dado con las platinotipias. O de cómo, por ejemplo, ponían una rudimentaria media en el objetivo de la copiadora para suavizar el contraste que daban ciertos tipos de papeles.
Con ello nos comentó que usa blanco y negro porque le gusta, a pesar que muchos de sus fotógrafos favoritos trabajan en color. Reflexionamos con ello en torno a los colores, a la realidad del mundo que con los filtros vintages de hoy en día hacen que no sepamos muy bien cuál es el color de estos tiempos. Pero a su vez nos habló de la calidad y la inmediatez que tiene la fotografía digital, y sobre que con los medios técnicos de los que disponemos actualmente, tenemos que centrarnos en hacer buenas fotografías, polémicas innecesarias aparte cerradas con la pregunta: ¿por qué en el cine no se preguntan si es una copia digital o analógica?
La fotografía hoy en día
Discutimos en torno a la imagen, de cómo las tomas post-producidas son otra cosa, también de que una instantánea correctamente tomada no necesita milagros en Photoshop, porque podemos estar equivocados pensando que todo lo puede arreglar esta herramienta.
Y hablamos de post-fotografía, de cómo Joan Fontcuberta está haciendo una labor encomiable volviendo a unir texto y fotografía de forma coherente, teorizando sobre la imagen fotográfica, para cerrar la tertulia comentándonos que cada vez está más centrado (Momeñe) en su labor docente para poder "enseñar lo que ha tenido la suerte de aprender". Chapeau.
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