Si ayer os comentábamos la exposición de Miguel Trillo en Tabacalera de Madrid, hoy toca el turno de hablar sobre la otra muestra que comparte espacio y tiempo con la del gaditano. Nos referimos a la que nos enseña los retratos tomados en Asakusa (Japón) por el fotógrafo Hiroh Kikai, que en sí nada tienen que ver con el trabajo del autor español.
No puedo dejar de comparar ambos trabajos, puesto que nos viene muy bien para conocer como un mismo género (el retrato) se soluciona desde dos perspectivas distintas y desde dos planteamientos donde se ven cláramente las mentalidades de ambos fotógrafos. Las 55 fotografías que Hiroh Kikai nos enseña, se han presentado desde la homogeneidad en cuanto a misma enmarcación y en cuanto a que todas son en blanco y negro, porque su autor nos contaba que era cómo él veía que debía hacerse la fotografía artística.
Con esa primera declaración de intenciones sobre el uso del blanco y negro (dice que el color es para los trabajos comerciales), nos encontramos ya con un fotógrafo que es fiel a sus ideas y que nos habla de perseverancia y paciencia para llevar a cabo un proyecto en el cual ha trabajado desde 1973 y que aún está está en proceso.
Los estereotipos de Hiroh Kikai
Si a Miguel Trillo no le interesaba fotografiar a un mismo sujeto años después, con Hiroh Kikai nos encontramos en la primera pared a un personaje que fotografió con varios años de diferencia por casualidades del destino. Pero también sucede con una prostituta a la que fotografió en varias ocasiones o a un hombre que gustaba vestirse de mujer, los cuales no es que quedase con ellos previamente, sino que los encontraba habitualmente siempre en los mismos lugares. Hay que tener en cuenta que este autor se ha basado en un trabajo transitando durante todo este proyecto en los mismos lugares anexos al templo de Senso-ji.
Al japonés no le gusta retratar a jóvenes (según él disfrazados) porque prefiere acercarse a otro estereotipo de personas, digamos que según su manera de pensar, serían más reales. Comentaba que si se pierde fotografiar a alguien en concreto, busca a otro que encarne esa idea que busca encontrar dentro del catálogo de almas humanas que nos presenta.
Resultan interesantes los apuntes a cada fotografía a modo de título que este fotógrafo nos ofrece, así nos encontramos frases como "Hombre joven que anduvo hasta aquí desde muy lejos", que pertenece a la fotografía que forma parte del cartel de la exposición. Muy significativo porque representa esa idea de que Hiroh Kikai no va más allá del personaje sobre cómo se llama o cuestiones más profundas, sino que se queda con las anécdotas.
Reflexiones y otras anécdotas en la entrevista de Noriko Fuku
Junto a la muestra se ha publicado un periódico donde se reproduce la entrevista que la comisaria Noriko Fuku le hizo y donde nos enteramos de situaciones como cuando la gente se piensa que esas fotos son comerciales que después intentará venderles a modo de foto a la entrada del ZOO; que no da instrucciones concretas a sus fotografiados porque "terminarían imitando algo que no es"; o que hubo un momento en el cual utilizaba un carrete de 12 exposiciones por persona.
Un fotógrafo a quienes el circuito del arte japonés ignora, no así sus escritos, ha publicado once libros de fotografía y una obra literaria, cuyo trabajo como él dice que debe pensar la crítica "lleva haciendo lo mismo de manera incorregible durante muchísimo tiempo" y cuya entrevista os recomiendo, y para lo cual tenéis que visitar la exposición que estará en cartel hasta el 19 de noviembre en La Fragua de la Tabacalera Promoción del Arte.
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