Stanley Greene, el emblemático fotoperiodista que capturó la dureza de la guerra

Stanley Greene, el emblemático fotoperiodista que capturó la dureza de la guerra
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Stanley Greene es un fotógrafo que puede que no nos suene a la mayoría, pero cuando empiezas a buscar información sobre él te das cuenta de que has visto más fotografías suyas de lo que piensas. Y que sin saberlo es uno de tus favoritos por la intensidad y fuerza de sus encuadres. Ha muerto recientemente tras una larga enfermedad y desde Xataka Foto vamos a reconocer su trabajo.

Ha muerto con 68 años, después de una larga enfermedad, una de las miradas más intensas del sXX. Estuvo en los conflictos más importantes del último tercio del siglo. Y muchos no hemos podido borrar de nuestras mentes lo que vio en la caída del muro de Berlín, en el Chad, o por las inmensas tierras de la antigua Rusia. Esta es la fuerza de la fotografía. Tenía claro que su función era revolver el estómago del espectador para crear conciencia.

Greene Stanley Greene. Fotograma de la Thomson Reuters Foundation

Porque él era de los de la vieja escuela, profesionales curtidos en la vida que se reían de los que cambiaban la escena con la ayuda de los programas informáticos. Y no soportaba a los que recreaban la escena tras llegar tarde al lugar. Sabía que los medios de comunicación están perdiendo credibilidad por motivos económicos y políticos, y los fotógrafos no deben caer en los trucos baratos. Hay que estar en el lugar preciso en el momento justo. Todo lo demás sobra. Ese es su valor, la honestidad por encima de todo.

Una vida dura

Nació el día de los enamorados de 1949, pero su vida no ha sido un camino de rosas. Esos años fueron duros para un niño afromericano en Nueva York. Si encima nos enteramos de que su padre, un hombre del cine, estuvo en la lista negra de McCarthy por su apoyo a la cultura negra, podemos entender el porqué en su vida profesional y personal estuvo en contra de las injusticias y a favor de las causas sociales para luchar contra la exclusión.

Greene 3 Stanley Greene. Fotograma de la Thomson Reuters Foundation

De joven estuvo con los Panteras Negras contra la guerra, pero el virus de la fotografía se le inoculó rápidamente. Si encima es Eugene Smith el que te anima a seguir, entenderemos que dejara atrás la música o la pintura, algunas de las bellas artes con las que estuvo flirteando antes de agarrar la máquina de fotos.

Toda su vida ha estado preguntándose qué es lo que lleva al ser humano comportarse como lo hace, sin pensar e infringiendo daño a sus semejantes. Da igual que estuviera haciendo moda en los 80 o metido de lleno en el golpe de estado de Boris Yeltsin, a punto de morir por los bombardeos que sufrió la Casa Blanca de Moscú. Estaba allí trabajando para la agencia Vu. Como no podía ser de otra forma, terminó fundando su propia agencia, Noor Images. En sus últimos años de lucha contra la enfermedad, siguió recorriendo el mundo con la cámara colgada al cuello, con la inspiración siempre del primer gran reportero de guerra, Robert Capa.

Su trabajo, una forma de entender la vida

A pesar de ser un hombre curtido en mil batallas, o precisamente por esto, siempre desalentó a los jóvenes fotógrafos que querían ir a la guerra para tener una vida de leyenda. Ser fotógrafo de guerra no es algo para todo el mundo, simplemente porque no entienden su significado. Como se puede leer en la magnífica entrevista que le hicieron en 2010 en Lens:

La fotografía es mi lenguaje, y me da el poder de decir lo que de otra manera no se dice. Eugene Smith me dijo que la visión es un regalo, y que hay que devolverle algo. No son los disparos los que me obligan. Nunca lo fueron. Al final del día, no se trata de la muerte, se trata de la vida.

Ha ganado multitud de premios, como los cuatro World Press Photo (1994, 2001, 2004 y 2008). Tiene un fuerte estilo personal, influenciado por su pasión por la música y la pintura, y su reconocida locura. Y siempre está presente la figura de Eugene Smith, un fotógrafo exquisito consumido por la búsqueda de su verdad. Sinceramente me hubiera encantado hacerle una entrevista para conocer cómo veía el estilo de Smith, un gran manipulador para encontrar la fuerza de las historias.

Stanley Greene

Puede decirse que era uno de los últimos fanáticos de la película. Odiaba el digital, incluso criticaba a Leica por sacar una cámara en blanco y negro. Todo lo que no estuviera en el negativo era mentira. El RAW no se parecía ni de lejos a un negativo o una diapositiva con todos sus colores reales. No entendía qué hace esa pantalla que te desvía de la realidad para comprobar algo que ya ha pasado. Y aunque su pensamiento en este tema es radical (si algo funciona para qué cambiar) no estaba muy desencaminado. A pesar de todo podíamos verle por Instagram.

Y dice algo que se puede ver fácilmente. Se domina como nunca la técnica, pero se ha olvidado la humanidad, tener algo que decir, dejar de ser los comerciantes de la miseria, como se conoce a algunos fotógrafos en ciertas ONG´s.

Greene 2 Steve Greene. Fotograma dela Thomson Reuters Foundation

Y encima los fotógrafos de guerra no pueden trabajar libremente. Ninguna revista o periódico quiere que sus anunciantes se vayan por culpa de una foto dura como la realidad de una batalla. No se puede publicar todo, solo imágenes con mensaje para evitar que el dinero vuele... Una paradoja en la que los fotógrafos pierden siempre. Y lo triste es que la realidad queda sepultada para los alegres colores de las bebidas gaseosas.

No queda más remedio que lamentar la pérdida de uno de los grandes cronistas de los últimos treinta años de nuestra historia. Llega el momento de mantenerle con vida viendo sus fotos, toda una crónica de la historia reciente. Siempre podemos buscar su Black Passport, un libro tremendo...

En Xataka Foto| Así es como trabaja un fotógrafo dentro de una guerra

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