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La clave de la fotografía en color y por qué es más difícil que el blanco y negro

La clave de la fotografía en color y por qué es más difícil que el blanco y negro

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La clave de la fotografía en color y por qué es más difícil que el blanco y negro

Es un tema recurrente que siempre sale en los foros y en las asociaciones de fotógrafos. ¿Color o blanco y negro? ¿Cuál es la clave del color? ¿Qué prefieres? No tienen mucho sentido estas preguntas, pues las dos formas de fotografiar son válidas. Lo único que hay que tener en cuenta es que debemos pensar de manera distinta, disparar, en función de lo que decidamos.

La fotografía digital corre el peligro de hacernos caer en la tentación de convertirnos en vagos. Hacer una fotografía desde un punto de vista técnico ya no es tan complejo como antes.

Disparas y la foto es perfecta, con las luces y las sombras en su sitio. Incluso podemos decidir si la queremos en color, con los tonos saturados o en un exquisito blanco y negro con un virado sepia. Y todo después de dar a tres botones.

Pero ojalá todo fuera tan fácil. En las redes encontramos muchísimos fotógrafos que marcan tendencia pero que no se mantienen en el tiempo. Todo el mundo se olvida de ellos porque aparece otro malabarista del ordenador que se vuelve viral al instante. Si tu trabajo se basa en un truco es difícil mantenerse en el candelabro (sí, me vacuno pronto).

Hacer fotografía en color
@ferfoto.es

No es una decisión sencilla decidir hacer color o blanco y negro. No es tan solo dar un botón y listo. Es algo mucho más profundo que puede marcar tu carrera de fotógrafo o tu seria afición. Hacer blanco y negro o color no consiste en elegir lo que queda mejor o peor. No deberíamos ir por ese camino. Es mejor preguntarse qué resulta más difícil.

¿Blanco y negro o color?

En la vida hay que elegir un camino. Y ser sincero con uno mismo. No tiene sentido alardear en las redes de una forma de ser y luego hacer exactamente lo contrario. En la fotografía es igual, siempre y cuando quieras tener un estilo propio.

Si solo disparas por diversión, por estar en las coordenadas gps que indican los fotógrafos de moda y enseñar el disparo en las redes, las cosas que vamos a decir aquí no tienen sentido alguno. Depende, como siempre, de la implicación que tengas. Pero si quieres evolucionar puede que sea interesante hacerse esta pregunta: ¿Blanco y negro o color?

Hacer fotografía en color
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A lo largo de la historia de la fotografía muchos han triunfado por su estilo en blanco y negro o por la fuerza de su color. Y unos pocos elegidos han sido capaces de hablar en ambos idiomas. Son pocos pero sus nombres están escritos con letras de oro en todos los ensayos: Carlos Pérez Siquier, Ramón Masats, Vivian Maier...

Otros son los considerados maestros del color: Saul Leiter, José Manuel Navia, Tino Soriano, Cristóbal Hara, William Eggleston, Alex Webb... Y hay muchos centrados en el blanco y negro con excelentes resultados: Cartier Bresson, Sebastiao Salgado, Robert Capa...

Es verdad que todos han explorado ambos mundos. Cristóbal Hara empezó en blanco y negro y estuvo a punto de dejar la fotografía hasta que descubrió el color (una auténtica referencia); Robert Capa jugaba con el color porque en las revistas le daban más dinero por esas imágenes (pero no era bueno).

Creo que no se debe discutir qué es más difícil. La fotografía en color tiene que lidiar con una dificultad más que la fotografía en blanco y negro puede olvidar. Una persona contra un fondo rojo, por ejemplo, puede cambiar mucho con una u otra forma de mirar.

La clave de la fotografía en color

Para explicarlo vamos a acudir a una de las fotografías más importantes de William Eggleston: El techo rojo (Greenwood, Mississippi, 1973). Se puede encontrar en cualquier libro de historia de la fotografía. Es la imagen de una bombilla con un casquillo dorado, rodeado de cables. Y lo que más destaca es el fondo rojo del techo y las paredes.

Pero cuando la fotografía se reproduce sin recortar, y no es lo habitual, observamos en la esquina inferior derecha una serie de cuadros eróticos con siluetas azules, amarillas y rojas. Ahí está la clave y es cuando empiezas a entender que si disparas en color todo cambia.

Fotografíar en color
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La he enseñado muchas veces en los cursos de fotografía. Y muchas veces los alumnos, al verla, dicen que no la entienden, que la borrarían si la hicieran ellos... que qué fea es... Pero es una de las obras maestras de la fotografía.

Fotografiar en color exige ver el mundo de otra forma. No tenemos que fijarnos en las formas sino en la armonía de los tonos. La imagen funciona por la relación entre los colores.

Fotografiar en color exige ver el mundo de otra forma. No tenemos que fijarnos en las formas sino en la armonía de los tonos. La imagen funciona por la relación entre los colores. Es una triada donde el rojo se apoya en el azul y el amarillo. Parece una instantánea de aficionado pero no es así. Está llena de intención creadora:

Las fotografías de William Eggleston tienen esta inquietante cualidad. A primera vista, sus imágenes parecen las fotografías de un aficionado. Pero sus 'instantáneas' tienen una consistencia que, en última instancia, no puede ser el resultado de una creación accidental. Tras una inspección más cercana, se nota que sus fotografías son el resultado de una apropiación artísticamente justificada de un lenguaje visual popular y, por lo tanto, de fácil acceso. Ocasionalmente, se ve reforzado por perspectivas poco comunes, pero generalmente se favorece un punto de vista humano probable. El resultado es paradójico: Cargado por el artista con una dimensión hasta ahora desconocida para nosotros, el mundo se presenta como familiar y extraño al mismo tiempo.

Si después de leer este artículo te detienes en las fotografías de los grandes maestros del color -y te fijas en ese trozo de coche que aparece al fondo y que tú hubieras quitado, en la mitad de una persona que parece que estropea la composición, en la molesta luz fluorescente del fondo- te darás cuenta por fin de que no están ahí por su forma sino por su color. Seguro que empiezas a apreciar mucho más la dificultad que tiene disparar en color.

Por este sencillo motivo no podemos pensar igual en blanco y negro que en color. Hay que mirar de otra forma y enfrentarse al disparo con una filosofía distinta en la cabeza. Lo importante es la armonía de los colores, la relación que ese establece entre ellos. Y darse cuenta de que la fotografía nunca es apretar solo un botón.

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