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Del móvil a la cámara, de la cámara al móvil, y vuelta

Del móvil a la cámara, de la cámara al móvil, y vuelta
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Repasando mi timeline de Twitter, donde abundan los fotógrafos, veo contínuamente a muchos que llevan su carísima reflex digital en la mochila, pero que suben fotos con el móvil. Así, parece que tenemos la cámara del teléfono para las capturas instantáneas, y la cámara “buena” para las fotos que vayamos a conservar.

Por otro lado, en Flickr, un servicio que en principio no se encuentra demasiado unido al mundo móvil, la cámara más utilizada es el vetusto iPhone 3G, hasta que dentro de poco le sustituya su versión más reciente.

La democratización de la Red nos ha llevado a compartir, a veces de manera excesiva, todo lo que ocurre en nuestro día a día. ¿Calidad o inmediatez? ¿Por qué tenemos que elegir?

Cuando hablamos de la integración de los teléfonos móviles y las cámaras compactas, normalmente vienen a nuestra mente móviles aparatosos con grandes objetivos, como ocurre en cierta medida con el Altek Leo 3.5G de la parte superior, pero esta fusión ocurre a menudo de maneras más sutiles, o al menos más originales.

WVIL

WVIL

De los inventos extraños presentados en el CES, quizá el concepto “WVIL” se lleve la palma, y es que se trata nada más y nada menos que de un móvil y un objetivo unidos inalámbricamente para formar en conjunto una cámara completa.

Según indican las especificaciones que imaginan sus creadores, como móvil tenemos un buen elemento (5” y pantalla Full-HD, superando todo lo visto hasta ahora), y como objetivo/cámara no nos quedamos atrás: sensor de formato completo de 31.6Mpixels, y adaptadores para todo tipo de lentes, incluyendo micro 4/3.

Aunque se presentó una recreación física de la idea (no olvidemos que se trata de un producto conceptual de un estudio de diseño), dudo que estas apabullantes características lleguen al mercado en un corto plazo, aunque ignoremos algunos errores bastante obvios. Por ejemplo, un sensor de 35mm y un objetivo micro 4/3 no podrían ofrecernos más que un pequeño círculo en mitad de la imagen.

En cualquier caso, quedémonos con la idea de interconectar dos dispositivos heterogéneos (en este caso, un móvil con empuñadura y una cámara con forma de objetivo) para que trabajen juntos, utilizando un protocolo potente a distancias cortas como el Wireless HD.

Desde luego, me parece un sistema mucho más polivalente que el que ha presentado estos días Sony, y que funciona a través de HDMI, por ejemplo.

Las cámaras de Polaroid / Lady Gaga

Polarois GL10, 20 y 30

Ya hemos hablado recientemente de estos dispositivos, así que no vamos a repetiros sus características. Sí es de destacar el hecho de que Polaroid ha decidido añadirle conectividad Bluetooth a todos ellos para que sean capaces de comunicarse entre sí, y a su vez con dispositivos externos.

Así, podemos tomar una foto con las gafas o con la cámara, y mandarla a imprimir a la impresora portátil. También podremos utilizar también esta impresora para sacar fotografías de nuestro teléfono móvil, o quizá incluso podríamos darle usos más complejos como visualizar en las gafas las fotos de nuestra cámara, o enviar fotografías de la cámara Polaroid a nuestro teléfono, si es que la compañía decide soportarlo (lo cual, personalmente, veo poco probable).

PENPal de Olympus

Olympus E-PL2 con Penpal

Junto con su última cámara, y sin hacerle demasiada publicidad, Olympus presentó un módulo que, a través de puerto de accesorios (despedíos por tanto del flash y el visor electrónico), ofrece conectividad Bluetooth a sus cámaras. Una vez más aparece este protocolo, pese a ser poco adecuado para la fotografía, especialmente por su lentitud.

La idea es muy similar a lo visto anteriormente: podemos enviar una versión reducida de las imágenes a nuestro teléfono móvil, y una vez allí, subirlas a cualquier red social, a nuestra página web, o compartirlas con nuestros amigos. Como extra, almacena hasta 2600 de estas imágenes, proporcionando una suerte de mini-backup de emergencia.

Los nuevos sensores y procesadores

Sony Ericsson Xperia Arc

Hasta ahora hemos unido fuerzas entre cámaras y móviles, para que trabajen conjuntamente, pero, ¿por qué vernos forzados a utilizar varios dispositivos, cuando muchas veces sólo necesitaremos uno?

Si pensamos que muchas ultracompactas tienen tamaños similares a algunos teléfonos, o que el volumen que ocupa de una antena 3G es despreciable frente al robusto cuerpo de una reflex de gama alta, la fusión parece bastante natural.

Tanto es así que, a día de hoy, vuelan a nuestro alrededor noticias todos los días de teléfonos con 10 megapixels y soporte RAW, o de otros con poderosos sensores retroiluminados, todos aún a la sombra del enorme sensor del Nokia N8.

De todas formas, si tuviera que elegir una noticia reveladora para los usuarios de cámaras digitales, me quedaría con la presentación del Ambarela iOne: este chip, diseñado para cámaras y no para teléfonos, tiene unas características más que interesantes:

Ambarella iOne

  • Procesador ARM de doble núcleo y 1Ghz

  • Es capaz, por ejemplo, de grabar vídeo a 1080p a 30fps en formato H.264, y enviarlo simultáneamente por WIFI

  • En cuanto a imagen fija, puede realizar bastantes procesados complejos (reducción de ruido, estabilización, procesado 3D, etc.) sin perjudicar la velocidad de captura

  • Tiene soporte de WIFI (802.11n), GPS, Bluetooth, y puede completarse con intefaces Ethernet, USB, SATA, etc.

  • Está diseñado para su uso con el sistema operativo Android

Muchos se rasgarán sus vestiduras al imaginar en una cámara con Android, pero pensándolo fríamente es muy adecuado: es adaptable para cada fabricante (pueden utilizar, por ejemplo, el interfaz de una cámara convencional), es muy versátil, y permite integrar nuestra cámara con La Red, eliminando en muchos casos la necesidad de transportar un portátil o un tablet para tratar y enviar las fotografías.

El problema a tratar será, desgraciadamente, el uso de la batería, pero eso no es nada nuevo: desde que las cámaras han dejado de ser puramente mecánicas, cada nuevo elemento ha supuesto un desafío en consumo que se ha tenido que lidiar.

Con una buena implementación, por ejemplo, se podrían apagar todas las capas innecesarias del sistema operativo, dejando las mínimas necesarias para el trabajo fotográfico, levantando los procesos de red sólo cuando sea estrictamente necesario. Como decía, no es ningún problema que no se haya resuelto en muchos otros entornos.

Con conceptos como “pixel” o “RAW” aún asentándose en la mentes de los fotógrafos, dentro de poco transmitiremos a velocidades de vértigo por LTE o HSPA+, después de haber retocado la imagen a “dedo alzado” con la última versión de nuestra suite fotográfica favorita para nuestro tablet o para la propia cámara. Y no, no podemos hacer nada para evitarlo.

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