Cómo utilizar el balance de blancos con fines creativos

Cómo utilizar el balance de blancos con fines creativos

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Cómo utilizar el balance de blancos con fines creativos

El balance de blancos (más correctamente “equilibrio de blancos”), es uno de esos ajustes que pueden ser incómodos para el fotógrafo novato, obsesionado por capturar el color de la forma más real. Claro que este parámetro no sólo debe verse para este único fin, sino que también puede tener una vertiente creativa que nos proponemos explorar.

Porque también se puede ir más allá de usarlo únicamente para hacer coincidir los colores que nuestra cámara capta con lo que ven nuestros ojos, que como sabéis es muy distinto por aquello de la temperatura del color de la luz. Así, el balance de blancos es también susceptible de utilizarse de forma creativa para obtener unos resultados que no tienen porqué ajustarse a la realidad de forma estricta.

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Dos formas de hacerlo

Para “jugar” con el balance de blancos tenemos dos posibilidades como ya habréis imaginado la mayoría de lectores. Se puede hacer en el momento en la propia cámara, o se puede realizar después a través de un programa de edición de imágenes. Eso sí, en ambos casos deberíamos elegir el formato RAW como modo de captura, imprescindible si queremos hacerlo a posteriori y más que recomendable si elegimos la primera opción, ya que nos permitirá correcciones en caso de que nos hayamos equivocado.

Por tanto, en el primer escenario se tratará de probar con distintos ajustes para ver el resultado in situ de distintas tomas, que para eso la fotografía digital es una gran ayuda. En el segundo simplemente haremos las tomas con el balance de blancos en modo automático para que la cámara tome las decisiones (tratando de captar los colores de forma real) y nosotros luego ya le llevaremos la contraria…

Balance Blancos 02

Porque un pequeño cambio en el balance de blancos puede variar el tono y el impacto de nuestras imágenes. Desde cambios dramáticos de color que modifiquen una foto casi completamente, hasta sutiles variaciones en alguna tonalidad que quizá hagan destacar un elemento de la imagen. Jugar con el equilibrio de blancos, como estamos contando, debería ser otro proceso a incorporar en nuestro trabajo creativo con las fotografías.

Cambios dramáticos del equilibrio

Como apuntábamos, un cambio considerable en el balance de blancos de una fotografía puede hacer que se modifique radicalmente. Por ejemplo, la elección de un ajuste u otro puede resultar en que la imagen tenga unos tonos fríos o, por el contrario, cálidos que produzcan un impacto muy diferente. como en la foto que hemos puesto en portada y que aquí abajo reproducimos en tres diferentes temperaturas de color:

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Como veis, con un simple cambio en el balance de blancos se consiguen resultados muy distintos. La primera está ajustada a 6500K (grados Kelvin que es como se mide la temperatura de la luz) y es como se tomó por defecto, con bastante parecido a la situación real (tal cual la recuerdo). A continuación, dos imágenes llevadas a los extremos, 14500K la imagen más cálida y 2800K la más azulada para demostrar el efecto. Normalmente la elección final recaerá en la imagen más equilibrada, pero vale la pena observar cómo la configuración del balance de blancos cambia el resultado de nuestras fotos.

Resultado que puede servir también para potenciar un determinado look que se asocie a algún concepto (como aumentar la temperatura del color para que las fotos de otoño tengan tonos más cálidos) o para dar la idea de que la foto ha sido tomada en un momento distinto al verdadero. Así por ejemplo, modificando la foto que tenéis abajo podemos dar la impresión de que la foto se ha hecho durante un atardecer o por la noche, con la luz de la luna:

Balance Blancos Ejemplos 02

Cambios sutiles en el color

Claro que el ajuste no tiene porqué ser radical, también puede ser más ligero y, sin embargo, producir un efecto también importante. De hecho, un cambio de unos pocos grados Kelvin puede producir una sorprendente diferencia en el impacto de una imagen:

Balance Blancos Ejemplos 03

Como habéis visto, las diferencias entre las dos fotos superiores son evidentes a pesar de que sólo hay tres mil grados de diferencia. Y cualquier de las dos podría ser válida dependiendo del uso que le vayamos a dar. Además, posiblemente ninguna de las dos sea exactamente precisa con la escena tal cual la vieron mis ojos, pero tampoco son necesariamente antinaturales.

Cambios selectivos

Por supuesto, una imagen no tiene porqué adaptarse a una única temperatura de color y siempre se pueden realizar ajustes selectivos por zonas. Esto puede servir tanto para combinar equilibrios de color en tomas que tengan distintos planos iluminados de forma diferente, o bien para conseguir efectos más creativos como el que mostramos a continuación:

Balance Blancos Ejemplos 04

Arriba tenéis la foto con el balance de blancos automático ajustado a 5100K, lo que hace que tenga un tono relativamente cálido. Abajo, la misma foto pero con una temperatura de color global de 3300K y retoque en las flores, a través del pincel de ajuste de Lightroom, para subir la saturación a +62. El resultado, como podéis ver, es que las hojas del fondo ahora tienen un tono bastante más frío que en el original lo que hace que contraste mucho más el color de las flores.

Amaneceres y/o atardeceres

Sean más o menos sutiles los cambios que se hagan, hay determinados escenarios en los que funciona mejor este "juego" con la temperatura de color de las imágenes. Uno por ejemplo muy típico son las puestas o salidas del sol. En este tipo de tomas el ajuste creativo del balance de blancos puede hacer que la imagen sea muy distinta, como por ejemplo en las fotos de abajo:

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Como se puede comprobar, aquí la diferencia de temperatura tampoco es enorme, de 2800 a 7600K, y sin embargo el resultado es bastante distinto. Además, ambas fotos son atractivas, de modo que el uso creativo del equilibrio de color lo que hace es ampliar nuestras posibilidades de lograr buenas fotos.

Lugares con agua

Otro escenario en el que es interesante probar con distintos ajustes de la temperatura del color es en tomas en las que aparezcan corrientes de agua. Y es que, normalmente, el líquido elemento se asocia a algo muy fresco por lo que uno se lo imagina con un leve tono azulado. Veamos el ejemplo:

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La foto de arriba está tal cual salió de la cámara, a 5600K que es el ajuste de luz de día, mientras que la de abajo se ha ajustado a 4000K logrando esa tonalidad azulada que apuntábamos. De nuevo, ambas fotos pueden ser perfectamente válidas, según los gustos de cada uno.

Y es que es evidente que el gusto de cada uno es importante a la hora de decidir cómo queda la imagen final, pero también deberíamos dejar de pensar en el balance de blancos sólo como una forma de reflejar el color de una escena con precisión y adoptarlo como una herramienta creativa más, tal y como hemos tratado de explicaros ¿No os parece?

Balance Blancos 03

Todas las fotografías de Óscar Condés

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