¿Sabemos qué aceptamos al subir contenido en línea? La polémica de IBM y Flickr

¿Sabemos qué aceptamos al subir contenido en línea? La polémica de IBM y Flickr
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La autoría sobre nuestras imágenes y sus permisos de uso son uno de los elementos comerciales que nos debe importar a los fotógrafos. Muchas veces nos inscribimos a servicios o participamos en concursos sin leer los términos y condiciones de estos. El reciente caso de Flickr e IBM es uno de los ejemplos de la importancia de leer y saber a qué se está aceptando.

En 2014, IBM comenzó a desarrollar una inteligencia artificial que identifica rostros para mejorar la precisión en identificar rostros de manera rápida y teniendo en cuenta la diversidad de rostros. Para alimentar esta inteligencia artificial, la compañía de tecnología se alió con Yahoo para utilizar más de 100 millones de imágenes de Flickr, todas con licencia Creative Commons.

Hace poco un reporte de la NBC habló sobre varios sistemas de alianzas de compañías para alimentar inteligencias artificiales, y mencionó especificamente esta de IBM y Flickr. Un artículo diseñado para generar conflicto sobre el tema de la privacidad de información, los propósitos de los científicos que desarrollan sistemas de reconocimiento facial y cómo se obtienen las bases de imágenes para entrenar a éstas IA.

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Esto causó el inicio de controversia entre usuarios que comenzaron a criticar a la plataforma de fotografía por permitir el uso de las imágenes y la falta de claridad de la compañía en sus políticas. Ante ello, la nueva cabeza de Flickr, Don MacAskill, tuvo que meterse en la controversia explicando que las fotos no fueron ‘robadas’, pues las fotografías usadas fueron de una base compartida bajo la licencia de Creative Commons.

Como reporta DPReview, aquí vemos el gran problema de muchos usuarios que se inscriben a un servicio sin leer las condiciones bajo la cual comparten sus contenidos o, en otros casos, que no comprenden el significado de aquellas cláusulas que aceptan. Esta controversia en contra de Flickr se dió en principio por no entender lo que significa tener una fotografía compartida bajo Creative Commons.

Ryan Merkley, CEO de Creative Commons, entró en esta conversación explicando cómo una licencia CC es diseñada para eliminar restricciones sobre los cerrados derechos de distribución actuales. Sin embargo, este tipo de licencias “no son una buena herramienta para proteger la privacidad individual, hablar sobre la ética en la investigación de desarrollo de IA o regular el uso de herramientas de vigilancia en línea”.

Las licencias de derecho de distribución (regulares, públicas o mixtas) están diseñadas para proteger los intereses comerciales y de uso de la obra de un autor. En este caso, la obra del autor no está siendo distribuida ni utilizada para generar un beneficio económico directamente. Por lo cual queda en un limbo legal; pero que vuelve a caer en la responsabilidad del usuario.

Es importante que revisemos cómo compartimos nuestras imágenes en las distintas redes sociales. Qué permiso estamos dándole a la compañía que almacena nuestro contenido, qué permiso le estamos dando a las personas que encuentran este contenido en línea. No hay forma de controlar el cómo se usa nuestro contenido en línea. Lo único que podemos hacer es tratar de entender y dar una guía de cómo utiulizar lo que subimos.

Varios de los fotógrafos y creadores de contenido que pertenecemos a Creative Commons lo hicimos con un propósito fundamental: las personas deben tener un acceso a la información y la información colectiva nos permite mejorar lo existente y crear nuevas ideas.

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