Cómo limpiar el sensor de tu cámara y no morir en el intento

Cómo limpiar el sensor de tu cámara y no morir en el intento
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Las manchas en los captadores digitales de nuestras cámaras de lente intercambiable es un tema recurrente y que al menos una vez en nuestra vida de fotógrafos nos ha quitado el sueño, sobre todo con nuestra primera cámara réflex, al comprobar que de repente y sin saber el porqué aparecen unas molestas motitas redondeadas siempre en el mismo sitio en todas nuestras fotos (únicamente visibles utilizando aperturas de diafragma cerradas).

El planeta está vivo y, por tanto, es todo lo contrario a un lugar aséptico y absolutamente todas las cosas acaban por ensuciarse. El sensor de una cámara no iba a ser la excepción e irse de rositas, así que la única solución es la misma que en cualquier otro caso: la temida y odiada, aunque también agradecida a partes iguales, limpieza.

Con este artículo, pretendemos conseguir que os quitéis ese miedo que todos tenemos a estropear nuestra cámara, explicándoos de qué manera podemos limpiar el sensor de nuestra cámara y librarnos de toda esa suciedad tan molesta sin dañarlo.

Sabed que esta suciedad, aparece en mayor o menor medida – y con mayor o menor frecuencia – dependiendo de diversos factores como las condiciones ambientales de temperatura, humedad y polvo en suspensión, las variaciones de las mismas, el lugar y la manera de intercambiar los objetivos, etc. Sin embargo, aunque siempre tengamos la cámara en el mismo sitio – por ejemplo, en nuestro estudio – y nunca cambiemos el objetivo, mágicamente esas partículas de suciedad aparecen de todos modos. Es verdad que si se trata de un cuerpo y objetivo sellados – como la mayor parte de la gama profesional – es mucho más raro que ocurra, pero también es más habitual que si disponemos de ese material sí que intercambiemos objetivos frecuentemente. Ya hemos comentado muchas veces la mejor manera de hacer esa operación (de espaldas al viento, con la cámara “boca a abajo”...) pero hoy vamos a centrarnos en el remedio y no en la prevención.

Limpiando conciencias 2, de Roger Costa

Las cámaras modernas suelen incluir sistemas de autolimpieza, mediante sistemas de vibración por ultrasonidos u otros, pero a decir verdad el único con cierta efectividad es el de Olympus y aún así son una ayuda pero nunca evitarán por completo que tengamos que hacer una limpieza manual al cabo de cierto tiempo.

Hay generalmente un miedo atroz, alimentado por las propias marcas y servicios oficiales de reparación, a tan siquiera mirar directamente al sensor ya que podría dañarse. Es cierto que debemos tener cierto respeto y no tocar nada si no sabemos lo que hacemos, ya que es la parte más crítica de la cámara (si el captador falla, no hay foto que valga), pero siendo cuidadosos y un poco manitas no hay razón para no realizar su limpieza nosotros mismos, al igual que un usuario medio jamás abrirá “las tripas” de su ordenador pero los más manitas se montan el suyo propio pieza a pieza.

Aunque hay varios métodos, a continuación vamos a ver los pasos a seguir más recomendados por los expertos para deshacernos de la suciedad en el sensor:

  1. El primer paso es común a cualquier tipo de intervención sobre el sensor y se trata de bloquear el espejo, para lo cual encontraréis una opción en el menú de vuestra cámara réflex (para cámaras sin espejo obviaremos este paso).

  2. En segundo lugar, empezaremos por una limpieza del polvo depositado pero no adherido, utilizando únicamente una pera de aire normal y corriente (ni se os ocurra utilizar botes de aire comprimido si no queréis cubrir el sensor de escarcha). Son las mismas que se usan para limpiar los objetivos y podéis encontrarlas a la venta en cualquier tienda de fotografía o en la red (eBay, DealExtreme…). Simplemente deberemos “soplar” con ella repetidas veces sobre el sensor y con la cámara boca a abajo para evitar que el polvo que se desprende se vuelva a depositar en él. Tened especial cuidado de no tocarlo con la punta del blower o pera.

    Al terminar esta operación, comprobaremos si hemos conseguido eliminar las manchas del sensor con el método habitual: disparar a algo luminoso y uniforme, como un cielo o fondo blanco, a una apertura lo más cerrada posible como F/22-32 y el objetivo en desenfoque.

  3. Si sigue habiendo manchas en la foto (se ven más claramente si aumentamos el contraste de la imagen), el siguiente paso es utilizar pinceles especiales con cerdas naturales que también podéis encontrar en vuestro proveedor habitual. Nos harán falta dos que sean fáciles de diferenciar, uno para el sensor y otro para el resto (espejo, pantalla de enfoque, cavidad que rodea el sensor y la montura, etc.), que además deberemos cargar de electricidad estática soplándolos con un bote de aire comprimido antes de usarlos y pasarlos solamente una vez por cada lado antes de volver a soplarlos. Otra opción es utilizar un pincel Butterfly que se carga de electricidad estática él solito. Tened mucho cuidado de no tocarlos con las manos ni ensuciarlos con cualquier otra cosa, especialmente el que usemos para el sensor, ya que si no en lugar de limpiar lo ensuciaremos más. Volvemos a comprobar si hay manchas, ya que en muchos casos ya lo habremos logrado.

  4. Si aún así, se sigue apreciando suciedad o motas que resisten, tendremos que ponernos más serios y pasar a fregar, como dice mi compañero Rodrigo Rivas. El siguiente paso o nivel de limpieza, es utilizar almohadillas húmedas o sensor swab si buscáis en inglés, que ya vienen impregnadas en líquido limpiador, colocadas sobre su aplicador de plástico y son de la medida del sensor. Comprad la medida adecuada para vuestra cámara, también en los proveedores habituales, o bien otras toallitas que hay para colocar manualmente en los aplicadores y el líquido limpiador. Por supuesto, antes de usarlas hay que repetir lo de la pera de aire y los pinceles para que no haya ninguna partícula dura que raye el sensor, y se “friega” una sola vez por cada lado de la almohadilla para evitar devolver al sensor la suciedad que hemos capturado.

  5. Si llegados a este punto, todavía no nos hemos conseguido deshacer por completo de la suciedad, sólo nos quedan dos opciones. La primera sería repetir el proceso, lo cual es recomendable si apreciamos una gran mejoría pero todavía resiste un pequeño porcentaje, y la segunda sería optar por el último nivel que consiste en poner nuestra cámara en manos de un servicio oficial que te garantice la limpieza y sobre todo se responsabilizarán de cualquier posible daño que le ocasionasen al sensor.

Personalmente, yo he utilizado este método en varias ocasiones, y la verdad es que siempre me ha funcionado bien, sin tener que llegar a recurrir a los servicios de especialistas. Así que espero que os sea de ayuda esta información.

Fotos de nuestro grupo en Flickr | Andi Licious | Roger Costa | Peter Pearson
Tutorial con imágenes en inglés | Copper Hill Images
En YouTube | The LensRentals.com Method | Tutorial de pictureline.com

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