Siete consejos prácticos para organizarte mejor (tú y tu equipo fotográfico) cuando viajas

Viajar y hacer fotos son sin duda dos cosas que tienen mucho que ver y que suelen producirse juntas. Por eso seguro que sois muchos los que, como un servidor, precisamente cuando viajáis es cuando más tiempo dedicáis a tomar imágenes. Y es que viajar normalmente implica ir a lugares diferentes que suelen ofrecer grandes oportunidades para fotografiar y conviene ser ordenado, no sólo con nuestros preciados archivos.

Claro que también puede implicar que haya que estar en movimiento constante, si el viaje implica moverse por diversos lugares, y esto puede suponer un problema de organización con nuestra maleta, en concreto con nuestro equipo fotográfico, que debería estar siempre preparado para disparar aunque nos estemos trasladando rápidamente de un lugar a otro.

Así, mantener bien organizado el equipo durante el viaje y aprovechar el tiempo puede ser muy importante para un profesional que se esté desplazando entre localizaciones donde tiene que hacer distintas sesiones. Aunque también puede serlo para un aficionado que simplemente quiera disfrutar mucho más tanto del viaje como de la práctica de la fotografía. En última instancia, cuanto más organizado estés menor será el tiempo que necesites para la logística del viaje y, por tanto, más podrás dedicar a hacer fotos.

Los siguientes consejos están pensados precisamente para ello y pueden ser implementados tanto antes como durante el viaje para agilizar tu proceso de trabajo, especialmente si eres profesional y viajas haciendo fotos alrededor del mundo.

1. Respalda tus tarjetas siempre que puedas

No hay nada peor que, llegados a un lugar maravilloso en el que hacer fotos increíbles, nos demos cuenta de que no tenemos tarjetas de memoria suficientes para seguir tomando imágenes. Bueno sí, quizá sea peor sí tenerlo, empezar a hacer fotos y tener que dejarlo por culpa de una tarjeta de memoria corrupta. Este tipo de dispositivos no suelen fallar, sobre todo si seguimos estos consejos, pero todo puede pasar así que lo ideal es realizar copias de seguridad en cuanto se tenga el tiempo y los medios necesarios.

Si sólo eres aficionado a la fotografía puede que irte de viaje con un ordenador (aunque se uno de los modernos ultraportátiles) o un disco duro sea mucho pedir, pero si eres profesional en tu equipo no puede faltar uno de estos dispositivos para ir haciendo un respaldo de tus imágenes por si hay algún problema cada vez que tengas tiempo para ello (aprovecha las pausas en el viaje).

De este modo además, no necesitarás llevar muchas tarjetas de memoria contigo sino que bastarán unas pocas que puedes ir volcando y formateando para volver a usar. Eso sí, importante que las tarjetas sean de confianza, es decir que las hayas usado con anterioridad sin problema, así como seguir una serie de recomendaciones útiles cuando estás de viaje para evitar problemas.

2. Y también carga las baterías

Del mismo modo que haces backups de tus tarjetas de memoria también es importante que pongas a cargar la batería de la cámara siempre que tengas oportunidad de hacerlo. Es una cuestión muy obvia pero a menudo se nos olvida y puede ser la causa de muchos quebraderos de cabeza. Todo dependerá de tu cámara y su autonomía, pero como mínimo deberías tener dos baterías para ella y asegurarte de ponerla a cargar siempre que puedas. Nunca pienses que llevas la bolsa llena de baterías de repuesto completamente cargadas y, por tanto, no vas a tener problemas de energía, porque cuando menos te lo esperes puedes sufrirlos.

Piensa también que, tal y como te explicamos aquí, las baterías guardadas se descargan y la mejor manera de que funcionen correctamente es usarlas y cargarlas a menudo. Así, la mejor estrategia, si tienes dos baterías, es ir alternándolas y recargándolas en cuando puedas, y si tienes más de dos lo mismo. Eso sí ten cuidado de ir utilizando todas las baterías y no dejar alguna olvidada en el bolsillo de la bolsa de fotos; si no es así podrías encontrarte con la desagradable sorpresa de que está descargada en el momento que vas a echar mano de ella.

3. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

Este es un viejo refrán que normalmente no solemos seguir pero que sin duda es muy útil cuando estás de viaje. Es decir, si puedes dejar el equipo preparado hoy para eso que tienes que hacer mañana es mejor que lo hagas con antelación. Imagina por ejemplo que te vas a levantar temprano para fotografiar la salida del sol y que te entretienes preparando el equipo y llegas tarde cuando el sol ya está muy por encima de la línea del horizonte...

Igualmente, debes asegurarte de que tienes todo lo necesario (por ejemplo tarjetas de memoria y baterías suficientes…) antes de salir a realizar una serie de fotografías. Si no lo haces antes luego quizá sea tarde y saber que tienes todo preparado antes de necesitarlo ayuda a que no tengas presión en este sentido y puedas dedicarte a otras cosas relacionadas con el viaje.

4. Mantén bien organizada tu bolsa fotográfica

Una vez que tienes claro que es lo que va a incluir tu bolsa o mochila cuando te vas de viaje, y cómo vas a guardarlo (aprender a hacerlo correctamente no es un tema baladí y requiere de tiempo y experiencia), es importante mantener cada cosa en su sitio a lo largo de todo el trayecto que realices.

Es posible que con el trajín del viaje o de una sesión fotográfica guardes las cosas sin ordenar dentro de la bolsa, y esto sólo puede acarrearte problemas porque luego te costará mucho encontrar las cosas y perderás un tiempo que podría ser precioso. Por eso, a menos que sea totalmente imposible, tómate tu tiempo para volver a guardar las cosas en su sitio y así poder encontrarlas rápidamente siempre que las necesites.

Por otro lado, si un día sólo necesitas parte del equipo para realizar una sesión concreta, asegúrate de preparar lo necesario con antelación y tenerlo todo guardado en una única bolsa o mochila.

5. Cuida bien de tu equipo

No debería hacer falta hablar de la importancia de cuidar nuestro equipo, pero esto es algo que resulta crucial cuando estamos viajando ya que la cámara y demás puede verse expuesta a circunstancias adversas como el salitre del mar o el polvo de un camino no asfaltado.

Por eso, además de procurar tener el equipo bien protegido dentro de la bolsa o mochila (que para eso está), siempre que sea posible deberías darle un repaso a la cámara y objetivos (fundamentalmente) para evitar que el polvo y la suciedad puedan acumularse con el tiempo. Igualmente, para largas estancias y siempre que se den las circunstancias adecuadas, plantéate limpiar el sensor de la cámara para evitar tener que perder mucho tiempo en el proceso posterior de edición para borrar las manchas acumuladas en el captador de imagen.

6. Mantén aparte lo que no sea equipo fotográfico

Es fácil que durante el viaje tengamos que echar mano de una serie de objetos personales a menudo (billetes, pasaporte, dinero…) que pueden acabar mezclados con el equipo fotográfico. Por eso, para mantener la cámara y demás accesorios lo más ordenados y protegidos que sea posible hay que separar los objetos personales de los fotográficos.

Eso no significa que no podamos utilizar el mismo bolso para guardarlo todo, sino que debemos separar muy bien ambos espacios, sobre todo si estamos trabajando en un entorno difícil, y mantenerlo todo bien ordenado como contábamos antes.

7. Aprovecha el tiempo para ir seleccionando imágenes

Muchas veces tenemos la tentación de dejar todo el trabajo para cuando lleguemos a casa o la oficina, pero si puedes aprovechar el tiempo para ir seleccionado las imágenes, descartando las que no sirven, etiquetando las que sí, etc, etc eso que ganarás.

Esto será especialmente importante si eres profesional y tienes que entregar las fotos a tu vuelta, algo que podrás hacer más rápidamente si ya llevas el trabajo adelantado. Puede que te parezca que no puedes hacer mucho hasta que no estés de vuelta, pero piensa que tener más fresca la toma de imágenes puede ayudar. También que, por poco que hagas, seguro que ahorrarás tiempo en los (normalmente largos y tediosos) procesos de edición posteriores.

Como veis, la mayoría de estos consejos tienen mucho que ver con aprovechar el menos común de los sentidos, osea el sentido común, con la organización y con evitar la pereza y adelantar ciertas tareas aprovechando los tiempos muertos que suele haber en los viajes. Todo ello nos ayudará tanto a lograr una mayor productividad o que nuestro viaje sea más placentero y podamos compaginar mejor viajes y fotografía (especialmente si viajamos con la familia), como a reducir nuestro estrés posterior cuando nos encontremos con la tarea de decidir qué hacer con las fotos.

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