El pictorialismo y la fotografía directa vuelven a repetirse en la historia de la fotografía

El pictorialismo y la fotografía directa vuelven a repetirse en la historia de la fotografía

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El pictorialismo y la fotografía directa vuelven a repetirse en la historia de la fotografía

La historia se repite siempre. Es un ciclo del que no se puede salir a no ser que alguien conozca los problemas de una época para reconocerlos y saber cómo evitarlos. Estamos atrapados en una rueda si no. Y en la historia de la fotografía pasa exactamente lo mismo. Las primeras corrientes fotográficas se están copiando, paso por paso, en la actualidad digital. Y pocos se dan cuenta.

La historia es fundamental. Si conoces el pasado no caerás en los mismos errores en el presente. Y tratarás de evitarlos en el futuro. Esa es su importancia. Sin este conocimiento la gente seguirá determinadas creencias por modas. Y si encima quitas la filosofía... En el mundo de la fotografía pasa exactamente igual.

Historiaiv Tres estilos para una misma imagen

Si no conoces el pasado caerás en los errores cometidos y no podrás reflexionar sobre los aciertos de los tiempos idos. Por este motivo es importante saber todo lo que ha pasado para buscar los caminos adecuados y evitar caer en los lugares oscuros. Para cualquier fotógrafo actual es fundamental conocer todas las corrientes fotográficas para tener información de primera mano. No basta con conocer a los youtubers actuales, ni que te suene Cartier Bresson.

En los libros de historia, en sus fotografías, están Lewis Carroll, Julia Margaret Cameron, D. O. Hill, Edward Steichen, A. Steaglitz, Gustave Le Gray, Nadar, Henry Peach Robinson, Oscar Gustav Rejlander, Ansel Adams, Edward Weston, Imogen Cunningham, Alfred Stieglitz, Paul Strand, Albert Renger-Patzch, Karl Blossfeldt, Hein Gorny, Fritz Brill, W. Zielke, August Sander, László Moholy-Nagy, Aenne Biermann, Erich Consemüller, Andreas Feininger, Lucia Moholy, Walter Peterhans, Alexander Rodtschenko, Umbo, Walker Evans, Dorothea Lange, Theodor Jung, Edwin Rosskam, Louise Rosskam, Ben Shahn, John Collier, Sheldon Dick, Jack Delano, Russell Lee, Carl Mydans, Gordon Parks, Arthur Rothstein, John Vachon, Marion Post Wolcott, Garry Winogrand, Diane Arbus, Lee Friedlander, William Klein, Robert Frank...

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Las primeras corrientes fotográficas

Después de leer muchas historias, desde la de Sougez a la de Newhall, podemos ver que todo lo que está pasando ahora es una repetición, paso por paso, de lo que pasó en los tiempos en los que se presentó la fotografía al mundo. Queremos pensar que hemos evolucionado, que somos distintos. Que con nuestros píxeles no tenemos nada que ver con los daguerrotipos y objetivos de menisco de aquellos tiempos primitivos. Pero somos idénticos.

Historiaii Algo recargado

La primera gran corriente fotográfica fue el Pictorialismo. Sus defensores no eran capaces de ver el lenguaje fotográfico y apostaron por esconder cualquier origen mecánico en sus obras escondiéndolos bajo capas y capas de convenciones pictóricas. Creían que la fotografía solo sería arte (qué necesidad más absurda) si se disfrazaba de pintura. La realidad no importaba. El lenguaje fotográfico no tenía sentido alguno para ellos. O más bien eran incapaces de verlo.

Cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia. Los desenfoques, las técnicas complicadas para separarse de la plebe, y todo ornato artístico eran sus señas de identidad. Eran autores de hermosas postales sin sentido fotográfico. Pero hay que conocer a sus autores para entender el contexto. No podemos olvidar que la fotografía se presento en la Academia de París en 1839 como una esclava de las Bellas Artes. Y con ese estigma se quedó. Como algo incapaz de tener un lenguaje propio.

La respuesta a este movimiento que duró hasta entrado el siglo XX -y que es España estuvo presente hasta la década de los setenta por obra y gracia de Ortiz Echagüe- fue la Straight Photography o fotografía directa. La idea era celebrar las propiedades inherentes de la cámara y librarla de los cánones estilísticos de la pintura. Donde antes estaba el flou, los desenfoques y las luces teatrales se impondría ahora todas las características técnicas de una buena cámara.

Historiaiii ¿Más natural?

La nitidez, la riqueza de tonos y la calidad por encima de todo. Su culmen sería el grupo f64 liderado por Ansel Adams y Edward Weston. Y todos apostaban por las ideas volcadas por Sadakichi Hartmann en su ensayo 'A Plea for Straight Photography' (1904):

Confiad en vuestra cámara, en vuestro ojo, en vuestro buen gusto, en vuestro conocimiento de la composición; considerad toda fluctuación de color, de luz y de sombra; estudiad líneas y valores y divisiones del espacio; esperad pacientemente hasta que la escena o el objeto de vuestra visión se revele en su momento supremo de belleza; en otras palabras, componed tan bien la imagen que queréis hacer, que el negativo sea absolutamente perfecto y necesite poca o ninguna manipulación.

Se pasó de un extremo a otro. Aunque afortunadamente Ansel Adams terminó ideando el famoso Sistema de zonas y empezó a vislumbrar la verdadera fuerza de la fotografía como forma de expresión independiente con sus propias normas. Todavía quedaban una décadas para que Robert Frank y William Klein cambiaran el curso de la historia y fueran capaces de entender la esencia de todo esto.

Tropezando dos veces en la misma piedra

Y llegamos a la actualidad. La fotografía se hace digital. Las cámaras desaparecen por obra y magia de los teléfonos móviles. Cada vez más gente entra en este mundo. Pero la historia se olvida. En las grandes escuelas es un tema que no se toca. Es mejor enseñar técnicas fotográficas que el trabajo de Walker Evans. Fotografía móvil en vez de Historia... Y se debería ver todo, aunque haya temas más atractivos que otros.

Pero, como no podía ser de otra manera, todo se vuelve a repetir. La rueda de la historia vuelve a su posición inicial. La supuesta revolución no es más que una segunda parte. No hemos aprendido nada. En la actualidad el pictorialismo es una de las corrientes o tendencias más practicadas por los fotógrafos. Hay mil técnicas para hacerlo, desde el apilamiento de imágenes hasta sacar el sol como una estrella gracias a los diafragmas cerrados e incrustarla en el apilamiento anterior.

En la actualidad el pictorialismo es una de las corrientes o tendencias más practicadas por los fotógrafos

Se busca que las fotografías parezcan cuadros con tratamientos excesivos en los que las sombras se igualan a las luces. Se borran o eliminan elementos que rompen la regla de los tercios o el número áureo. Los colores exagerados, el efecto orton, el HDR, el volumen extremo y las composiciones pictóricas inundan las redes sociales, los libros y los vídeos de muchos autores. Se premia la postal, el uso indiscriminado del software para imitar efectos de otros. ¿A que muchas imágenes de la actualidad parecen cuadros? Es el neopictorialismo en su plenitud. La fotografía se hace en el ordenador, pocas veces en la cámara...

Pero lo más curioso es que también estamos viviendo la fotografía neodirecta, como se podría llamar si nos fijamos en la Historia de la fotografía. Muchos fotógrafos, para luchar contra el uso excesivo de los programas, apuestan por una fotografía directa en la que el ordenador casi no intervenga.

La idea es luchar contra el exceso de tratamiento y buscar que la imagen salga directa de la cámara. Incluso existe un manifiesto de la Asociación de Fotografía en Estado Puro en el que dicen:

La fotografía debe acabarse en la cámara, finalizarse en el momento de cerrar el obturador y no con posterioridad. La imagen final debe ser fiel a la captada por la cámara, admitiendo leves ajustes de procesado de la imagen que no le afectan parcialmente. Admitimos bajo el nombre de ajustes de procesado o revelado, aquellos que afectan a la imagen como un todo y no alteran su esencia, como el leve ajuste del balance de blancos, la nitidez o la saturación. Entendemos como retoque de la imagen, realizar modificaciones parciales, como capas, calados, o bien añadir o eliminar elementos de la imagen, alterando la esencia de la misma.

Al final siempre volvemos a los pasos que ya hemos dado. Lo mejor es que cada uno podemos hacer lo que más nos guste. Pero para poder avanzar y lograr hacer mejor lo que más nos gusta, tenemos que ser capaces de ver por nosotros mismos, ajenos a las modas y todo lo que suene a imposición. Para mejorar tenemos que ser conscientes de la necesidad de conocer todo lo que se ha hecho, no vaya a ser que nos comportemos como espejo de nuestros antepasados.

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