Si sales a la calle, especialmente si vas a algún lugar turístico, verás a muchos fotógrafos inmortalizando con sus cámaras hasta el más mínimo detalle. Pero ¿actúan todos del mismo modo? ¿Hacen fotos por el mismo motivo y con la misma actitud? Sin duda la respuesta es no, porque como personas que somos hay muchas de formas de enfrentarse con el acto de fotografiar y, por tanto, muchos tipos de fotógrafos.
Clasificaciones de fotógrafos hemos visto unas cuantas, por ejemplo la hicieron de algún modo los chicos de Photolari (con un claro sentido lúdico bien es cierto) con sus "fundamentalismos fotográficos". También tenéis ésta otra mucho más simplista de Fotografía inspiradora, que sólo divide entre fotógrafos "cazadores" (los que capturan imágenes de forma documental) y "agricultores" (los que crean imágenes a partir de una idea previa) siguiendo las teorías de Jeff Wall.
Nosotros, para no ser menos, hemos querido elaborar nuestra propia clasificación que, eso sí, está muy lejos de tener ningún ánimo de ser una lista rigurosa ni de tener ningún carácter científico. Simplemente es un listado de “tipos”, sin distinguir entre aficionados y profesionales (que de todo hay) y, por qué no confesarlo, con una pizca de ironía.
Quizá os identifiquéis con alguno de ellos, quizá sólo en parte, quizá en una mezcla de varios. Incluso puede que en algún momento os parezca que habéis pertenecido a alguno de estos tipos pero, con los años, habéis cambiado de hábitos. O quizá sólo os identifiquéis en algunos momentos concretos de vuestra forma de hacer fotos...
En cualquier caso seguro que alguno de ellos os resultará familiar y, esperamos, otros os harán esbozar una sonrisa. De modo que ahí va nuestro listado tipológico de fotógrafos, elaborado basándonos en nuestra propia experiencia como fotógrafos (más o menos avanzados, pero con unos cuantos años a la espalda). Ojo porque no es fácil distinguirlos, salvo en algunos casos, y además pueden encontrarse mezclados entre ellos, pero "haberlos haylos":
El aventurero
A estos se les suele distinguir de lejos, normalmente porque visten con un look muy particular (chaleco multibolsillos, pantalón desmontable, gorro para el sol y la lluvia…), eso que hace años solía llamarse “estilo Coronel Tapioca” y que ahora sería más bien “Quechua style”. Normalmente además van cargados con una enorme mochila en la que llevan un surtido equipo fotográfico, aunque también puede que sólo lleven una pequeña bolsita con su equipo y lo del look sea más bien una cuestión de gustos. Aunque, francamente, dudamos que en su vida diaria vayan vestidos como si fueran a escalar una montaña o atravesar un selva tropical.
El “friki”
Todos sabréis a quién me refiero ¿verdad? No es ya que tenga el último modelo de cámara (que también), sino que siempre la acompaña con muchos otros gadgets. Además de una gran cantidad de lentes y accesorios, que eso lo pueden llevar muchos otros fotógrafos, por supuesto que no falta el smartphone más rompedor que exista en el mercado, ni un ultraportátil o una tablet para ir volcando las fotos y poder ir publicándolas en ese blog en el que está contando, casi en tiempo real, su viaje por la India.
El impaciente/nervioso
Llega como un torbellino y, sin que te des cuenta, ya se ha marchado a hacer fotos (o vete tú a saber qué) en algún otro lugar… Para que os hagáis una idea os cuento un caso real al que yo mismo asistí. En cierta ocasión en la que yo estaba viendo una puesta de sol en un lugar espectacular (que no viene al caso), aparecieron un par de fotógrafos que, sin mediar palabra, se tiraron al suelo con sus mochilas y empezaron a disparar sus cámaras reptando por el suelo en busca de la mejor perspectiva. Contrapicada, eso sí, porque no recuerdo que se levantaran en el poco tiempo que allí estuvieron. Enseguida desparecieron en busca de otras imágenes, y evidentemente se perdieron buena parte del atardecer que sí vimos los muchos otros fotógrafos que allí estábamos disfrutando del entorno.
El perfeccionista
Este sería el prototipo contrario, el del fotógrafo para el que el tiempo no importa cuando se trata de conseguir una buena fotografía. Es más, la foto tiene que ser perfecta, para lo cual no escatiman estudiando la luz y el encuadre hasta que todas las piezas del puzzle encajen como él desea. Sin duda hay muchas cosas que hacer antes de apretar el disparador, pero tampoco es necesario tirarse media hora para hacer una foto (salvo casos concretos, claro).
El perezoso/conformista
Damos otro bandazo para hablar de otra tipología que sería opuesta al caso anterior, el del fotógrafo al que le cuesta moverse para conseguir la fotografía. Normalmente se conforma con hacer la misma foto que todo el mundo, y por esa razón no tiene inquietud en buscar más encuadres que los habituales o los que están haciendo los fotógrafos alrededor de él. Nunca se levantaría a las cinco de la mañana para salir a hacer una sesión de fotos de una puesta del sol, ni seguramente caminaría varios kilómetros para llegar hasta ese punto en el que las vistas son espectaculares. Pero qué le vamos a hacer, hay gente para todo.
El fotógrafo estrella
Podríamos hablar del fotógrafo que, sin importarle los demás, se coloca primero en cualquier lugar para hacer la foto pensando que tiene más derecho que nadie. O el que, cuando toma una imagen, quiere que el resto del mundo pare cualquier cosa que esté haciendo para que él haga la foto. También aquí incluiríamos la actitud de ciertos fotógrafos que tienen tanta confianza en sí mismos y en su trabajo que se creen que sus fotos son las mejores del mundo. Desprecian las críticas y creen que nadie puede ayudarles a mejorar en su trabajo porque son los mejores (y los demás unos envidiosos).
El de incógnito
Sería el típico fotógrafo callejero que está por ahí aunque casi nadie le ve. Hace fotos sin que te des cuenta porque sabe pasar desapercibido como nadie. No tiene reparos en meterse donde sea y hacer la foto, o retratar a cualquiera sin pedir permiso (siempre se puede hacer después), lo que muchas veces le lleva a conseguir esas “fotazas” que otros no pueden lograr.
El cansino
Denomino así al que insiste, e insiste, en repetir la misma foto una y mil veces (las que haga falta). Podría ser cualquiera al que le piden que haga el retrato de una grupo familiar y repite la foto una y otra vez, porque piensa que si hace mil alguna tiene que salir bien. Pero sobre todo me refiero al que no sabe e insiste por pura torpeza. Os cuento otro ejemplo que yo viví: Imaginaos delante del famoso cuadro de La Gioconda en el Louvre de París. Bueno, delante no, esperando a poder acercaros porque tropecientas mil personas están fotografiándola.
Lo malo no es que haya tanta gente, es que no se conforman con una foto sino que la repiten mil veces porque no saben que si disparas con flash directamente contra una superficie de cristal lo único que vas a conseguir, por mucho que insistas, es una preciosa imagen de un “flashazo”.
El intrépido
Aquí meteríamos a ese fotógrafo que es capaz de subirse al risco más alto para sacar la foto que los demás no van a hacer por simple sentido común. Por supuesto no decimos nada de arrojarse al suelo o lo que haga falta (lo que les puede relacionar con los “nerviosos” y con los “aventureros”). Todo para obtener perspectivas diferentes al resto y sentirse realizados. Ojo que con esto (como con el resto de categorías) en absoluto queremos censurar este tipo de comportamientos, sólo pedirle que tenga cuidado de no despeñarse.
El marquista
Ésta sería una tipología muy amplia que abarca a todos esos que defienden la marca que utilizan de forma ciega, pensando que viven en posesión de la verdad absoluta. Serían algo así como las tribus urbanas de la fotografía y reciben denominaciones como Canonistas, Nikonistas, Sonystas, Fujistas, Pentaxeros, Olympistas y ¿Lumixtas? (suena fatal ¿no?). Pero seamos serios, es cierto que una vez que te compras una cámara te estás casando con la marca, pero tampoco es necesario despreciar al resto ¿porqué si todas las cámaras sirven para hacer fotos?
El del palo selfie
Hace unos años a lo mejor no lo hubiéramos incluido en esta lista, pero hoy día no se puede negar que los teléfonos móviles también pueden servir para hacer grandes fotos. Ahora que una cosa es ver como cada vez más gente usa el móvil para hacer foto y otra lo del palo selfie, cuyo poseedor parece un personaje un tanto especial. ¿Podemos tomar en serio a un fotógrafo que hace fotos con un móvil enganchado al otro lado de una especie de palo de golf? Pues supongo que sí, que no queda más remedio.
El protagonista
Muy relacionado con el anterior (pero no confundir con el fotógrafo estrella) tenemos al que sólo hace fotos en las que aparezca él/ ella. Y es que, por muy bonito que sea un lugar, la foto de ese espectacular valle que se abre ante sus ojos no tiene mucho sentido sin que él/ella esté en el cuadro? Vamos que hace fotos básicamente para demostrar que ha estado en el sitio, pero el lugar en sí no parece que le interese mucho.
El “intruso”
Ojo, que nadie se enfade porque todo el mundo tiene derecho a hacer las fotos que quiera y a gastarse el dinero en una cámara cara si le da la gana. Pero no me negaréis que es un hecho que se ven muchos fotógrafos a los que parece que la cámara le queda grande. Probablemente porque se han comprado una réflex porque “mola mucho” pero no tienen mucha idea de esto de la fotografía (¿y eso del diafragma para qué decías que servía?). A veces se les puede distinguir por la forma de coger la cámara (como si tuvieran miedo de romperla) o porque se pelean con ese maldito flash que, por estar la cámara en modo automático, se empeña en saltar cuando no quieren utilizarlo.
El de la tablet
Este es un tipo de “fotógrafo” que, la verdad, me pone de los nervios. Recorre los lugares turísticos cargado con una tablet descomunal (a mí al menos me lo parece) y la utiliza para hacer fotos. ¿Es que no tiene algo más cómodo? Os confieso que mi propia madre lo hace algunas veces. Dice que le gusta hacer fotos con la tableta porque así salen más grandes [sic]... Mi madre ya tiene una edad, y todo lo que sea tecnología es complicado para ella, pero ¿la gente joven que usa la tablet para hacer fotos pensará como ella?
El vintage
Hablamos del fotógrafo que no se ha dejado influir por los avances tecnológicos y dispara con película fotográfica. Es posible además que mire por encima del hombro al resto pensando que él sí que practica fotografía “como Dios manda”, y que sus imágenes están mucho más cerca de eso que podemos denominar “la esencia de la fotografía”. En este tipo podemos encuadrar tanto a los que empezaron con la foto analógica y nunca se dejaron vencer por la tecnología digital, como los “modernos” que se han apuntado a la moda retro (quizá con una cámara Lomo), porque es lo más cool.
El Instagramer
Hace fotos básicamente para publicarlas en Instagram y fardar con ellas (eso que se denomina "postureo"). Por supuesto previa aplicación de uno de esos filtros con los que tan famosa se ha hecho esta red social porque permiten, de forma muy sencilla, mejorar cualquier foto. Sin los filtros de Instagram este tipo de fotógrafo estaría perdido, pero tranquilo, no pasa nada, si esto te sirve para aficionarte a la fotografía (y quizá animarte a avanzar y olvidarte de los filtros) bienvenido sea.
En fin, con esto hemos concluido nuestro listado que espero os haya gustado o, como decía, al menos os haya divertido. Ahora que seguro que nos olvidamos de muchos otros posibles “tipos” y que vosotros nos podéis ayudar a completarlo contándonos otros “prototipos” de fotógrafos que incluiríais en la lista.
Por cierto, ¿y tú? ¿qué tipo de fotógrafo eres? ¿te ves reflejado en alguno de ellos? ¿Quizá sólo alguna parte? Anímate a contarlo en los comentarios.
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Foto de portada | Gabriel González
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