Se trata de un tema del que hemos comentado en varias ocasiones pero no deja de tener interés, sobre todo para los que quieran iniciarse. Para ellos, y para todos los que busquen mejorar sus tomas, vamos a explicar los seis puntos esenciales a considerar para lograr buenas fotografías de larga exposición.
Porque no cabe duda que una exposición prolongada puede convertir una toma anodina y sin movimiento en algo mucho más dinámico y atractivo. Y aunque eso se logra con algo tan simple (en principio) como dejar abierto el obturador durante bastante tiempo, los resultados pueden no ser lo esperado si no se sabe realizar. Por ello, nos proponemos mostraros cuáles son los aspectos específicos que hay que cuidar para que una toma de larga exposición funcione. Así que vamos a ello.
1. Elegir una ubicación adecuada
Lo primero, antes de pensar siquiera en disparar, es planificar la fotografía que queremos hacer. Desde el tipo de toma que vamos a hacer (paisaje, urbana...), hasta el lugar concreto que pensamos sea mejor para ello. Y por supuesto es importante pensar de qué manera queremos que el movimiento influya en la imagen final.
Porque este tipo de fotos se basan en capturar y traducir el movimiento dentro de la imagen, y por eso tenemos que pararnos un momento a imaginar cómo se verá la escena, qué partes quedarán estáticas y cuáles aportarán la fluidez de la que hablábamos. Así que, antes de nada piensa en qué movimiento quieres acentuar ¿una corriente de agua? ¿las nubes pasando? ¿estelas de luz en una escena callejera?
2. Buscar el mejor momento
Las exposiciones largas, como seguramente ya sabes, condicionan mucho los ajustes del triángulo de exposición hasta el punto de que requieren o bien que haya una luz tenue en la escena o bien utilizar algún tipo de filtro, normalmente un filtro de densidad neutra (aunque también se puede usar otros como un polarizador) que atenúe la luz que llega al sensor de la cámara. Esta segunda posibilidad es bastante socorrida, pero desde luego lo más recomendable es optar por la primera.
Por eso, la mejor solución es planificar vuestras sesiones de fotos muy temprano por la mañana o tarde por la noche, aprovechando los atardeceres/ amaneceres y la hora dorada. Cuanto menos luz ambiente haya más fácil será dejar abierto el obturador el tiempo suficiente y, por tanto, mayor cantidad de movimiento podrás captar en la imagen.
3. Seleccionar el equipo adecuado
Si al principio hemos hablado de planificar, aquí debemos meter un punto clave: ¿Cuál es el equipo necesario para lo que nos proponemos? Podemos empezar por la cámara y el objetivo, los elementos imprescindibles para cualquier foto. En este caso, será el momento de echar mano de la cámara con la mayor resolución que tengamos (si es que tenemos más de una) y de un objetivo de calidad, preferiblemente con una distancia focal corta (osea un angular) para captar una escena amplia en la que tenga cabida la mayor cantidad de movimiento.
Otro elemento casi imprescindible será un trípode, una pieza importante para muchos fotógrafos que aquí se convierte en esencial. Como sabréis, al estar hablando de exposiciones de varios segundos necesitamos que la cámara se mantenga estable para evitar trepidaciones, es decir movimientos producidos en la cámara. También será necesario algún tipo de disparador remoto, ya sea de cable o inalámbrico, aunque hay muchas alternativas incluso gratuitas (como usar el disparo retardado para este fin).
4. Usar la configuración correcta
Al utilizar tiempos de exposición largos es necesario que el resto de ajustes de exposición (apertura de diafragma y sensibilidad ISO) vayan en consonancia. En líneas generales, esto significa que se debe utilizar una apertura pequeña, algo que permite aumentar la profundidad de campo, aunque lo ideal es elegir el punto dulce para lograr la mayor calidad de imagen final.
También implica ajustar el ISO a niveles bajos, lo que ayuda a evitar el ruido de la imagen que se produce con altas sensibilidades (y que suele intensificarse en zonas oscuras). Por supuesto, no habría que decir que hay que elegir el formato RAW para la toma, de manera que tengamos un archivo con la mayor información posible con el que realizar ediciones más adelante y corregir, si es necesario, el balance de blancos que en este caso dejaremos en automático.
5. Cuidar mucho la composición
Una vez que estés en el lugar adecuado, a la hora correcta, con la cámara ajustada para disparar piensa en la importancia de la composición. Recuerda lo que habías pensado en el primer paso sobre qué es lo que quieres destacar en la imagen y ajusta tu encuadre a ello, potenciando lo que sea más adecuado.
Por ejemplo, si quieres destacar la corriente de agua que trascurre por una escena lo suyo es que la parte del suelo ocupe un tamaño mayor en el imagen que en el caso de que lo que quieras poner de relieve sea el movimiento de las nubes sobre un profundo cielo azul. Además, si importante es tratar de visualizar cómo va a quedar el movimiento en la imagen final, también lo es tratar de anticipar por dónde va a transcurrir. Porque disparar una escena en movimiento para capturar éste implica una cierta previsión de hacia dónde se dirige y donde se cortará el movimiento dentro del cuadro.
6. Mejorarlo con el procesado
Finalmente, y aunque esto es algo que dependerá bastante del gusto de cada uno, es interesante ser capaz de afinar la imagen el proceso de postproducción. Porque normalmente una fotografía de este tipo ya llamará la atención por sí sola pero con un buen trabajo de edición puede que logremos resaltar aún más la belleza capturada por la cámara.
Por supuesto, recomendamos que los cambios no sean dramáticos, pero ajustar los niveles para mejorar la imagen e incluso hacer retoques por zonas, para subir la luz en partes que hayan quedado muy subexpuestas, o incluso en puntos concretos, siempre es aceptable si no se exagera y lo que se busca es la belleza de la imagen final.
Y eso es todo. Como habéis visto no parece que sea un proceso muy complicado pero, como ya sabréis muchos, no estamos hablando de una disciplina fácil. Sin embargo, con estos seis pasos que os hemos contado para conseguir buenas fotografías de larga exposición esperamos haberlo facilitado un poco. Por supuesto, aceptamos (y esperamos) vuestras aportaciones y comentarios al respecto.
Foto de portada | Jason Chen
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